Antonio Gómez Sotolongo

Comenzó a escribir en Mundoclasico.com el miércoles, 22 de marzo de 2000. En estos 24 años ha escrito 153 artículos.

Carola Lozano Ferrer: La familia y la profesión son para siempre

Carola Lozano Ferrer © by Carola Lozano
En cuanto al arco, se dice que con el francés se consigue mejor fraseo y musicalidad y con el alemán mejor cantidad de sonido y facilidad para emitirlo, pero yo he escuchado muy buenos intérpretes de ambas técnicas consiguiendo tanto calidad como cantidad de sonido

Oscar Rodríguez Calvo: El contrabajo entre el sinfonismo y el jazz

Oscar Rodríguez Calvo © 2022 by Oscar Rodríguez Calvo
No hay perdón para el que abandona el estudio técnico, porque es nuestro cimiento, no se hace música con la técnica, pero ayuda a que todo sea más fácil y suene mejor.

Luis Cojal: Los instrumentos fueron creados para imitar las voces humanas

Luis Cojal © 2022 by Luis Cojal
Para mí tocar es cantar a través del instrumento y eso es lo que he intentado hacer siempre.De hecho, mis conciertos casi siempre los termino cantando canciones cubanas.También fundé el grupo de música africana Afará Ancestros que integramos músicos cubanos y africanos en el que también canto y toco el contrabajo.

Manuel Valdés Argudín: La escuela búlgara y la rusa para el contrabajo

Manuel Valdés © 2022 by Teatro de la Zarzuela
...pues sí, había mucha diferencia entre la escuela búlgara y la rusa, sobre todo en la mano derecha, en la manera de emitir el sonido, la manera de pasar el arco sobre las cuerdas.

Hay que tocar el violín para domar a las fieras, pero si llega el de la amusia...

La música amansa a las fieras © by Kuto / verimagenes
Los músicos se aferran a sus instrumentos, aunque los peligros acechen.No paran, aunque las fieras les rodeen, no dejan de tocar, aunque el cielo se les venga encima.Ellos pretenden, como Anfión, domar las fieras y los elementos.

y 5. El regreso de Bottesini a La Habana (1854-1855)

Caricatura de Giovanni Bottesini © 1996 by Ian Webber
El contrabajo en manos del Sr.Bottesini puede decirse que se transforma en un violín.Todo lo que pudiéramos decir no daría una idea de la perfección a que ha llegado en el manejo de ese instrumento, que parece encerrar en su mismo nombre la idea de la inaudita constancia y de la disposición natural que se necesita para brillar en él como brilla el Sr.

4. Las temporadas 1849-51. Los tambores

Giovanni Bottesini © Dominio público
Entre 1846 y 1851, Arditi y Bottesini pasaron largas temporadas en La Habana y algunas ciudades de los Estados Unidos, y las páginas del «Diario de la Marina» documentaron parte de sus presentaciones en público y del repertorio interpretado.

3. La temporada 1848-49. Las Danzas cubanas

Luigi Arditi © by DEA Picture Library
Cuando miro hacia atrás a esos conjuntos, en los que estábamos orgullosos de incluir artistas de primera clase como Steffenone, Bosio, Salvi, Geremia, Bettini, Badiali y Marini, todos los cuales lograron éxitos completos y brillantes en Europa más tarde, no dudo en decir que nunca, por el momento y el lugar, habría sido posible obtener representaciones operísticas más admirables que las de esta compañía en particular.

2. La temporada 1847-48. Colón en Cuba

Luigi Arditi en 1875 © Dominio público
El Diario de la Marina es una fuente primaria en la que se documenta el trabajo creativo y performativo de Giovanni Bottesini (1821-1889) y Luigi Arditi (1822-1903) en Cuba y los Estados Unidos.La historiografía no ha utilizado esta fuente en la investigación de sus obras, incluso, para documentar el estreno de las más citadas: la ópera «Gulnara o El Corsario» de Arditi;

1. La temporada 1846-47. La fiesta de los gitanos

Federico Mialhe, Teatro de Tacón (ca 1840) © Dominio público
El "Diario de la Marina" es una fuente primaria en la que se documenta el trabajo creativo y performativo de Giovanni Bottesini (1821-1889) y Luigi Arditi (1822-1903) en Cuba y los Estados Unidos.La historiografía no ha utilizado esta fuente en la investigación de sus obras, incluso, para documentar el estreno de las más citadas: la ópera «Gulnara o El Corsario» de Arditi;
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Antonio Gómez Sotolongo nació en Aguada de Pasajeros, Cuba, el 19 de junio de 1954. Durante ocho años realizó estudios musicales en la Escuela Nacional de Arte de La Habana donde obtuvo, en el año 1978, los Títulos de Bachiller en Ciencias y Letras y de Instrumentista y Profesor de Contrabajo.

Posteriormente cursó estudios universitarios en el Instituto Superior de Arte de La Habana, donde obtuvo el Diploma de Licenciado en Música con Especialización en Contrabajo en 1984. Fueron sus profesores los prestigiosos contrabajistas y pedagogos Andrés Escalona Graña y Karel Kopriva, quienes le formaron en la sólida escuela clásica checa del contrabajo. Desde 1978 ha integrado prestigiosas agrupaciones sinfónicas y de cámara, entre ellas la Orquesta Sinfónica de Matanzas, la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, la Orquesta de Cámara de Matanzas y la Orquesta de Cámara del Instituto Superior de Arte de La Habana.

Desde 1991 reside en Santo Domingo, República Dominicana, donde ha integrado la Orquesta de la Catedral Primada, la Camerata de Santo Domingo y otras muchas agrupaciones. Se ha presentado como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional Dominicana y ha ofrecido recitales en los que ha estrenado obras del repertorio para el contrabajo.

Es desde marzo de 1991 Contrabajista Principal de la Orquesta Sinfónica Nacional de la República Dominicana. Sus artículos musicográficos y de crítica musical han sido publicados en la revista cultural El caimán barbudo, de La Habana; el periódico Girón, de Matanzas; Las revistas Umbral, Teatro, [A]hora y Cariforo y los periódicos Listín Diario, Hoy y El Siglo de Santo Domingo. Es autor del libro Los Cien Músicos del Siglo que publicó la editorial Cañabrava en su colección El Siglo XX Dominicano.