España - Cantabria
Festival de SantanderSin enigmas para Oramo
Roberto Blanco
Oramo propuso abrir boca con la intranscendente Jota Aragonesa de Mijail Glinka subrayando con brillantez la riqueza tímbrica y rítmica, así como los elementos folklóricos de esta música de raíz nacionalista pasada por el tamiz del orquestador ruso.
Después, la moderación y el buen hacer del finés se reflejaron con efectividad en las Variaciones Enigma con una lectura romántica y refinada de la obra de Elgar, extrayendo un excelente sonido de su orquesta. A lo largo de su desarrollo hubo momentos soberbios, como el ‘Tema’ y la primera variación, ‘W.M.B.’, con una orquesta de Birmingham lanzada, o ‘Troyte’, con metales y timbal vertiginosamente exactos, o también el chispeante y pastoral encanto de ‘Dorabella’.
En la segunda parte del concierto, Oramo siguió demostrando poseer aliento romántico y tener un claro concepto del lenguaje brahmsiano. Tiene la fuerza y energía necesarias para la empresa, afinando en los aspectos de precisión y control. De esta manera, la Segunda resultó muy convincente, con buen equilibrio dinámico y la intensidad requerida, mostrando con claridad la riqueza estructural y el desarrollo de la obra. Una versión madura con hallazgos expresivos muy interesantes, como el bien y sutilmente dibujado segundo movimiento, o el fulgurante final del cuarto, dentro de un planteamiento global impecable, de gran control y admirable respuesta orquestal.
Tras los prolongados aplausos, director y orquesta ofrecieron una agradable propina, la Canción de la mañana de Elgar, que finalizaba la velada con sus apacibles sones.
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