España - Valencia
Aquello...
Lope de Osuna
Descalzo estudió piano en los conservatorios de Alicante y el Sweelink de Amsterdam, especializándose aquí en música del siglo XX; percusión en las mismas ciudades, y es premio extraordinario fin de carrera en el Superior de Sevilla. Por su parte, Narejos es también pianista y su carrera se caracteriza por su interés en relacionar todas las facetas de su formación, incluyendo aquí el hecho de basar su trabajo en la investigación musicológica paralela sobre el repertorio que interpreta.
Hablando en términos tradicionales, podríamos definir AQUA como un recital de música y danza. Pero no estoy seguro de hacer plena justicia a Narejos y Descalzo con ese nombre. La relación personal con el agua en todas sus manifestaciones llevó a Descalzo a preparar AQUA cuando buscaba un programa coherente en torno a un tema común.
...tan lleno de agua y luz
La sombra del viento comienza con la sala totalmente a oscuras con la única luz de pequeñas linternas portadas por ambos sobre el escenario. Descalzo, de pie junto a la curva cóncava del piano y tocando en registros agudos directamente sobre el arpa del instrumento, mientras Narejos, sentada al teclado desgrana tríadas en notas sueltas o acordes. Hecha la luz, mientras el piano endurece su discurso y sus ataques se prolongan en resonancias llenas de vibraciones, la bailarina, con un vestido verde mar, se recoge en un lateral del escenario sentada en una posición meditativa, rodeada por un biombo de caña del que pende sobre su cabeza un hilo con una pequeña bolsa de agua, como si fuera la expresión plástica de un pensamiento o de una premonición que, antes o después hubiera inexorablemente de cumplirse.
Ricardo Descalzo y Eva Narejos
©2007 by Xavi M. Miró
©2007 by Xavi M. Miró
...de oscuridad,
En Klangregie, Caettano evoca algunas de las muchas caras que ofrece el mar: la amable, que Narejos interpreta con una danza llena de elegante sensualidad. Pero también la más inquietante y nostálgica. Luego, en Perduto in una cittá d'acque y en ...y negro el mar, llega la calma de la tonalidad, de la singularidad de su escritura, espléndidamente ejecutada por ambos intérpretes, la digitación impecable de Descalzo y la percusión sobre la caja de un piano al que parecen estar destinados unos latidos que suenan a presagio, a término. El pulso de Black intention III nace “del ritmo interno del propio músico”, según dice Descalzo en sus notas para el libro del festival. Un tempo firme, que va bajando su intensidad en un larguísimo decrescendo interrumpido por algunos episodios de dinámica más tensa mientras Narejos va descubriendo la cara negra del siempre presente biombo, envolviéndose con él como quien se pasa al 'lado oscuro de la fuerza' del universo Jedi.
Crystaline es una de esas obras que cuando falta una mejor descripción, se tiende a definir diciendo que el agua resuena en sus notas. Aquí lo hace entre glissando y pequeñas melodías del piano. Pero el agua no es sólo remanso y Cristaline está también llena de una fuerza como de torrente. Entrando y saliendo de escena, Narejos toca parte de la partitura, entre colaboradora y traviesa.
En Wasserfall entra en el escenario dominado por el silencio del piano, con un brazo en alto que cae solemnemente para pulsar la primera nota de la obra. En medio de sus entradas y salidas del escenario, pasa las páginas de la partitura como parte de la coreografía para, al final, acabar estallando pequeñas bolsas de agua sobre su cabeza. Se cumplió la premonición en AQUA; se avecina su fin.
y, al fin, la paz
El biombo se transforma en estera que marca el espacio de la danza. Sobre las notas del piano, Narejos juega con un haz de hierba alta seca, lo mece, lo mima. A veces parece temerlo o reverenciarlo con recogimiento casi religioso. Como el del auditorio respetuoso y silente que está escuchando la música de Takemitsu con veneración. La misma con la que Descalzo extrae de sus notas música y sentimientos.
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