Discos
Danzando entre el ordinario
Esteban Hernández
La Spagna. Felipe I El Hermoso, mecenas de la música europea. Josquin des Pres: Kyrie; Gloria; Sanctus. Harmonice Musices Odhecaton: Dit Le Bourguignon; Rompeltier. Vicenzo Capirola: De tous bien pleine; Ricercare a spagnola. Francisco de Peñalosa: Por las sierras de Madrid. Juan de Anchieta: Dos anades madre. Juan del Encina: Quien te traxo cavallero; Fata la parte. Joan Ambrosio Dalza: Laudate Dio; Saltarello y piva. Cancionero de Colombina: Reyna muy esclareçida. Cancionero de Palacio: Pase el agoa; Rodrigo Martines. Heinrich Isaac: Spagna. Glosa instrumental de Venegas: Gloriosa Domina. Camerata Iberia. Juan Carlos de Mulder, director. Un disco compacto DDD de 53:11 de duración, grabado en el Teatro la Abadía, Madrid en julio de 2005. Openmusic BS059. Distribuidor en España: LR Music
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Con el nombre de una de las bassedanze más famosas del repertorio del Renacimiento se presenta este interesante trabajo de la Camerata Iberia, formación liderada por Juan Carlos de Mulder (vihuela y dirección). La interpretación estará a cargo de una equilibrada formación vocal, compuesta por un altus (David Sagastume), dos tenor (Lambert Climent y Miguel Mediano) y un bassus (Bart Vandewege); mientras que la instrumental lo hace con flautas (Ernesto Schmied), corneta (Francisco Rubio), bajón (Fernando Sánchez), órgano positivo (Alberto Martínez-Molina), percusiones (David Mayoral) y vihuela.El CD está compuesto por una selección de piezas con las que se pretende reflejar el repertorio que emergió de las cortes europeas del renacimiento, trabajo que ve la luz a través de un encargo de la Comunidad de Madrid con motivo del centenario de Felipe El Hermoso. Si una sola virtud tuviese este trabajo, ésta sería sin duda el hecho de que llega a plasmar el mundo de contrastes en el que se encontraban tan encomiables siglos (XV y XVI), donde la bonanza económica se debatía con una sociedad envuelta en constantes conflictos bélicos, contrastes que en la música nos llevan desde el lenguaje llano contenido en los cancioneros (enriquecido con glosas) hasta el contrapunto más recatado del repertorio instrumental.
El disco, sin embargo, comienza con lo más complicado que se le puede ofrecer para “gestionar” a un polifonista como De Mulder, una pieza con secciones –si bien breves– en canto llano. Sabemos que para quienes desean realizar un disco la limitación presupuestaria no siempre permite llevar a cabo todos sus deseos artísticos, y menos en un caso en el que la intervención resulta tan breve, sin embargo debemos aplaudir a quienes realizan el esfuerzo de requerir los servicios de expertos en tales menesteres, prueba de lo cual son las cada vez más numerosas intervenciones de la grupos especializados. La respiración en la entonación gregoriana del Kyrie (Pista 1) rompe en cierto modo el sentido melismático de la misma, seguramente condicionado por un tempus algo lento en lo monódico y sin duda acertado en lo polifónico, deficiencia que se repite con las demás invocaciones monódicas de esta proeza del ordinarium compuesta por Josquin des Pres, a quien Felipe I quiso traerse a España, junto a Agricola y De la Rue, tras su legitimación como heredero del reino de castilla en 1502.
Si bien esta primera pieza se demuestra una coherente introducción, al menos estructural, como presentación de este interesante trabajo se nos antoja sin duda como la parte más floja del disco, con una primera sección más bien poco precisa en entonación del tenor (0’20’’ al 25’’) o un salto de octava algo “sucio” por parte del altus (3´23´´), pese al sostén que constituye el positivo, lo que no impide que en varias ocasiones disfrutemos de un moderado equilibrio. A este Kyrie le acompañarán -absolutamente descolgados- el Gloria (pista 8) y el Sanctus (pista 18) de Josquin des Pres, que merman la coherencia interna del disco pues ante estos casos uno siempre se pregunta qué hacen tres partes del ordinario repartidas entre tan diverso repertorio (los que somos algo puristas en estos menesteres nos quedamos con ganas de otro disco, aunque solo sea para poder entonar en canto llano el Ite missa est).
Sorprendentemente sólo Maricarmen Gómez hace alusión a la misa de donde proceden estas tres partes del ordinario, la Missa Hercules dux ferrariae, sin aludir a sus pistas o a su literal “castración”, seguramente por desconocimiento de las deficiencias del libreto final. Su título, derivado de las vocales del nombre y título de la persona a quien iba dirigida (re ut re ut re fa mi re), evidencia una más que compleja justificación –salvada sólo por la audacia de Maricarmen Gómez- que por ejemplo aquélla que compuso Isaac sobre el bajo de La Spagna.
La pista 2, Dit le bourguignon, obra editada por Ottaviano Petrucci en 1501 (quien también editaría la citada misa de Isaac) en la primera colección de música impresa con tipos móviles de la historia -y la primera antología de música instrumental- la Harmonice musices odhecaton, es ya sí un claro ejemplo del buen trabajo de Juan Carlos de Mulder y Ernesto Schmied (selección y arreglos musicales). A raíz de la versión del citado impreso (fols. 20v-21r) para Cantus, Altus, Tenor y Bassus, la Camerata Iberia elabora una interesante recreación en la que vihuela y corneta presentan la base armónica y melódica de la pieza a través de una interpretación ad libitum, para pasar a una ejecución más fiel, liderada por el cantus y donde las restantes voces ganan en frescura, premiando el carácter danzable en detrimento de su primitiva versión ‘a 4’.
De esta misma fuente se extrae Rompeltier (pista 15), atribuida en el mismo manuscrito a Jacob Obrecht [Ja. Obrebt en ms.], atribución que por error u omisión no aparece en el libreto. En esta ocasión la introducción es el fiel reflejo de la versión ‘a 4’ de la edición de Petrucci (fols. 27v-28r), adaptada a la formación instrumental de la Camerata Iberia, para pasar después a una libre interpretación del motivo donde Ernesto Schmied y David Mayoral dejan entrever sus habilidades, cerrando nuevamente con la pseudos versión ‘a 4’. Toda esta maniobra permite llevar la obra a una duración de 4’35’’, labor de adaptación, tan interesante como necesaria, para presentar una obra de extensión proponible a las discográficas sin tener así que aburrir a un público que sin duda ha perdido toda referencia de este repertorio.
Este disco ha sido enviado para su recensión por LR Music
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