Argentina
Salta va llegando a un desusado esplendor cultural
José Mario Carrer (1937-2022)
Treinta y cinco artistas de la danza, nombradas por concurso, conforman el ballet que acaba de hacer su primera presentación ante un teatro que explotaba de público con una segunda presentación para el día siguiente con localidades agotadas. Se trata de un conjunto de buenos intérpretes, de más que interesantes aptitudes técnicas. El trabajo del maestro Regueiro y de su asistente Liliana Ivanoff se vio reflejado en una intensa labor preparatoria, en un enfoque al estilo de las grandes presentaciones escénicas puestas de manifestación en detalles como el uniforme trabajo de conjunto en el cuerpo de ballet, el movimiento del mismo cuando la escena está al servicio de los solistas y la gestualidad empleada. Es cierto que hubo algún salto de final inseguro o piruetas finalizadas con ruidos de carpeta, lo que no obstó para mostrar buenas elevaciones como así también perfectas posiciones de pies y etéreas manos en los momentos de cierta dramaticidad.
Grand battement, battement piqué, pas de deux con sus intensas emociones -alegría, amor, tristezas- rondas, movimientos vertiginosos, entre otras técnicas de la danza clásica a cargo de los solistas Sofia Newell, Pablo Torres, un llamativo Samuel Bianchi, casi sobresaliente en sus dos poderosas intervenciones, para citar solo algunos nombres destacados, dieron vida a la dinámica de ambas obras, fundamentalmente a Nápoli con sus saltos bien atacados, giros de enorme exigencia y a su gran movimiento escénico final. Sin duda es el inicio que deberá llevar al camino de las grandes obras del ballet clásico universal.
La orquesta sinfónica tuvo un feliz acompañamiento y su conductor Luis Gorelik estuvo atento en la intención de brindar un marco sonoro y rítmico para el lucimiento de esta gala inaugural que, como dije antes, también tiene su parte en las estupendas perspectivas del arte en nuestra provincia.
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