Bélgica
Tiempo de amenaza
Jorge Binaghi
Pese a que también se ofrece en el marco del Festival Ars Musica, donde la novedad musical es tal y tanta que suele espantar a buena parte del público, aquí no hay problema con la escritura o la factura. Es buena y se sigue bien. El problema es la monotonía, particularmente en la utilización de la voz humana, y sobre todo, el libreto. No sólo porque hay poco de teatral: un monólogo inicial de la protagonista ‘antigua’, un diálogo -encuentro intemporal con la artista y música que la reencarna en la actualidad, y el monólogo final de Hannah con Antigona ya desaparecida pero cantando desde los bastidores alguna palabra ‘clave’. Y sobre todo, que con tanta insistencia en las locuras del ser humano y las máquinas como nuevos dioses llegamos de la espiritualidad o esencialidad a la casi trivialización de esos temas, en sí mismos importantes.
La puesta en escena y la iluminación de Philippe Sireuil, como suele suceder con este gran director de teatro, son tantos a favor, por la sobriedad y la belleza, con una gruta -casi un cubo en diagonal- que sin embargo deja a los de la derecha sin ver nada de lo que se oye al principio durante casi un cuarto de hora.
Las dos intérpretes son buenas artistas y tratan de insuflar vida a abstracciones más que personajes. Las dos cantan con particular eficacia el repertorio ‘moderno’, sobre todo Delunsch (junto con el barroco, mientras debería dejar obras del siglo XVIII y XIX que la exceden). La soprano acusa hacia el final la fatiga de un agudo constantemente exigido y para colmo con ataques filados y trata de dar una dimensión ‘ejemplar’, ‘antigua’ de su Antigona. La mezzo, la joven moderna, actúa muy desenvuelta y canta muy bien con riqueza de medios aunque deberá hacer atención a la emisión del grave.
La orquesta toca con entusiasmo y salvo alguna vacilación ocasional, justo al final la más evidente, responde bien a las órdenes de un entusiasta Kessels. El público que llenaba la pequeña sala recibió cálidamente el espectáculo. Si esto tendrá ulterior repercusión lo dirá el futuro, pero me sorprendería.
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