España - Galicia
Los Brecker a la carga
Juan Gil
A Coruña, martes, 10 de julio de 2001.
Palacio de la Ópera. III Encuentros de Jazz. The Brecker Brothers: Randy Brecker (Trompeta), Michael Brecker (saxofón), Dave Kikoski (Piano), Peter Washington (Contrabajo), Carl Allen (Baterías). Aforo: 1.800 personas. Asistencia: 50%
8,72E-05
A Coruña recibió los metálicos sonidos de una singular pareja de instrumentistas; los Hermanos Brecker. De origen finlandés, los Breckner crecieron rodeados de los sonidos de Monk, Duke Ellington o Miles formación que continuaron en EE.UU. pasando por dos de las universidades más prestigiosas: la de Indiana y la de New York.Al margen de sus carreras paralelas, que les han supuesto varios premios Grammy, se han cruzado en distintos momentos dando origen a formaciones como Drearns, constituyendo años después el grupo con el que se presentan en esta nueva gira por Europa. Es esta última formación, Brecker Brothers, la más estable y con la que han registrado una grabación anual entre 1975 y 1981.De gira por Europa se presentaron dentro de la programación de la tercera edición de los Encuentros de Jazz como el plato fuerte junto a los también veteranos Gateway.Ante un público considerablemente reducido (no fue demasiada la publicidad que recibió el evento) se presentaron los dos hermanos acompañados de piano, contrabajo y batería.Sintonía y compenetración total entre saxo y trompeta los dos líderes fueron trazando siluetas que daban paso a los solos más sinuosos en los que la arrolladora fogosidad de Michael, el más joven de los dos, daba paso a las aseveraciones sonoras más reflexivas y comedidas de Randy.Comienzos y finales de tema demoledores entre los que uno a uno se fueron concediendo la palabra y deliberando sobre los más variados motivos, derrochando energía sin dejarse ninguna nota en el tintero con guiños al Be-bop, al funk, a su pasado jazz-rock e incursiones en el Hip-hop mas trepidante de la mano de un Hangin'in the City, un asentado groove cantado con nasalidad y alevosía por Randy, que dedica a New York y es el tema que da título a la última de sus grabaciones.El resto del grupo supo ocupar su sitio pasando a un primer plano para expresar su conformidad con los diálogos entre hermanos destacando las intervenciones de Dave Kikoski que marcó trayectorias bien definidas sobre el teclado con obsesivo uso de motivos y arpegios y con un ímpetu desbordante, actitud que supo recoger Carl Allen en el penúltimo de los temas donde colocó los más variados golpes moviéndose del marco de caja y timbales a la descomposición rítmica del tema principal.Una fuerza que sólo fue enturbiada por el pésimo sonido, lo que ya es la tónica en este auditorio. Excesiva reverberación y una horrible ecualización que castigó especialmente a piano y batería, así como unos planos de volumen considerablemente descompensados.
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