Memoria viva

Joseph Keilberth: un aniversario olvidado

Carlos Ginebreda
miércoles, 31 de diciembre de 2008
0,0002814 En el mundo de la música clásica el año 2008 comenzó como el ‘año Karajan’ por conmemorarse el centenario de su nacimiento. Se ha recordado profusamente al salzburgués con merecida justicia, pero con toda la potencia de la mercadotecnia. Mientras tanto, otro centenario ha quedado un tanto apagado y en la sombra. Joseph Keilberth nació en Karlsruhe el 19 de abril de 1908, y Herbert von Karajan nació dos semanas antes. Ambos pues, nacidos el mismo año y el mismo mes.

Los dos educados como kapellmeister en teatros de ópera alemanes de provincias (Karajan en Ulm y Aachen, y Keilberth en Karlsruhe). Ambos se respetaban mutuamente, y en el caso de Karajan su afecto era sincero, ya que sintió profundamente el fallecimiento de Keilberth mientras dirigía un pasaje relativamente tranquilo del segundo acto de Tristán e Isolda (éste y otros motivos llevaron a Karajan a iniciar un proyecto sobre las influencias emocionales y cerebrales en la música). Ambos eran introvertidos, Karajan distante y Keilberth melancólico. Karajan debutó con la Filarmónica de Berlín en 1938 y Keilberth el 1 de enero de 1940 (programa Beethoven), y los dos eran muy queridos y apreciados en el Japón.

Pero estas vidas paralelas no lo fueron tanto a partir del final de la Segunda Guerra Mundial. A Karajan el final de la contienda le pilla en Italia y luego en Viena, y es sabido que su contacto con Walter Legge iba a marcar su carrera en el inmediato futuro. A Keilberth le sorprende el fin de la guerra en Checoslovaquia, donde dirigía la Orquesta Filarmónica de Praga (Nota 1) desde su fundación en 1940, por recomendación de Wilhelm Furtwängler. Rudolf Hauer, violinista de la Orquesta Sinfónica de Bamberg, lo cuenta así (Nota 2): “A última hora de la tarde del día 5 de mayo de 1945 debía celebrarse un concierto, pero una alta autoridad de Praga llamó por teléfono a Keilberth para informarle que las calles se habían vuelto peligrosamente inseguras y que actuase con prudencia. Keilberth envió a los músicos a casa y canceló el concierto; seguidamente le dijo al violinista “si usted encuentra algo en el futuro no deje de hacérmelo saber”; le regaló una botella de coñac, descolgó el retrato de Hilter que oficialmente presidía su despacho y lo hizo trizas.” Al día siguiente volvieron a hablar por teléfono y luego se produjo su expulsión de Checoslovaquia.

Lo cierto es que al final de la guerra Keiberth se hallaba en el sector ruso. Y al contrario de lo que sucedía en las zonas de ocupación norteamericana, en el sector soviético los procesos de desnazificación eran bastante arbitrarios: o bien se encallaban indefinidamente, o bien se despejaba inexplicablemente el camino con toda rapidez y sin la menor explicación. Recuerdo una frase de la película Taking Sides (Nota 3) en la que un alto mando ruso en plena borrachera le dice al Mayor Arnold -a la sazón fiscal en el expediente contra Furtwängler (magníficamente interpretado por Harvey Keitel)-: “Entrégueme a Furtwängler y yo le daré a cambio cinco kapellmeisters de primera calidad”. El caso es que Keilberth no tuvo los problemas burocráticos de Furtwängler, Karajan o Knappertsbusch para volver a dirigir en Alemania (Nota 4).

Tras diversos avatares, varios músicos de la antigua Orquesta Filarmónica de Praga se reencontraron en Bamberg con Joseph Keilberth. Los músicos de Praga fundaron la Sinfónica de Bamberg, y Keilberth, a pesar de sus nombramientos como director de la Opera de Dresde, de Berlín o de Baviera, fiel a su palabra los dirigió desde 1950 ininterrumpidamente hasta su fallecimiento en 1968. El propio Keilberth admitía que con los ojos cerrados podía reconocer el inconfundible sonido de sus Bamberger Symphoniker, a la vez aterciopelado y contundente, que le evocaba el rumor y la nostalgia de los ríos, bosques y prados de Bohemia. En Bamberg nunca han olvidado a Joseph Keilberth, y la sala sinfónica del Auditorio de de la ciudad junto al río Regnitz se llama “Joseph Keilberth Saal” en recuerdo de nuestro admirado director (Nota 5)

Llegados a este punto, y al final de este año 2008, el sello Testament nos anuncia una agradable sorpresa: la edición en estéreo de El Ocaso de los Dioses y de La Walkyria, correspondientes al segundo ciclo de El Anilllo del Nibelungo de 1955 en Bayreuth. El primero que saldrá al mercado será El Ocaso (Testament SBT4 1433), con Martha Mödl en el papel de Brünnhilde y Hans Hotter en el de Gunther. Por razones que se desconocen, los técnicos de DECCA grabaron en el Festival de Bayreuth de 1955 el primer y el segundo ciclo del Anillo. El primer ciclo ha sido editado por Testament con apabullante éxito (ahora en un volumen de 14 discos compactos SBT4-1412). Según ha relatado Thomas Keilberth -hijo del eximio director-, su padre hacía anotaciones breves en un diario, y en el caso del segundo ciclo del Anillo de 1955 anotó que las cosas habían mejorado notablemente respecto del primero (Nota 6).

En cualquier caso, y mientras aguardamos la llegada de tan preciado manjar, el homenaje a Keilberth no debe quedar en el olvido en este año 2008 en el que conmemoramos el centenario de su nacimiento. Y para que no se haga tan larga la espera, quien esto escribe piensa acomodarse en su sillón preferido para escuchar a Keilberth en su imponente lectura de la Sexta Sinfonía de Bruckner con la Filarmónica de Berlín (Teldec, reeditado en Japón), su Cazador Furtivo con la misma orquesta berlinesa (EMI, reeditado recientemente en serie económica), y la Tercera Sinfonía de Brahms con la Orquesta de Bamberg (reeditada en Japón).

NOTAS

(1) La Orquesta Filarmónica de Praga -también llamada Orquesta Alemana de Praga- tenía su origen en la Orquesta Filarmónica de los Sudetes, fundada en 1938. Se designó con el nombre de “alemanes de los Sudetes” a aquellos alemanes que, tras la fundación de Checoslovaquia en 1919, quedaron en las tierras de Moravia y Bohemia dentro de la frontera checoslovaca.

(2) The Bamberg Symphony Orchestra Chronicle 1946-1993, editado por Fränkischer Tag Gmbh & Co, Bamberg 1993.

(3) MONOD, David. Settling Scores, German Music, denazification and the Americans 1945-1953. The University of North Carolina Press, 2005 (pag. 164). David Monod explica que Keiberth, a pesar de estar en la lista negra (blacklisted) de las autoridades americanas, tanto por haber pertenecido al partido nacionalsocialista como por ser la más alta autoridad de la Reichmusikkammer (RKK) en Bohemia, evitó el proceso de desnazificación y los rusos le nombraron Director de la Ópera de Dresde.

(4) Taking Sides es la película que hizo en el año 2001 el director István Szabo sobre el proceso de desnacificación de Furtwängler. Está basada en una obra de teatro de Ronald Harwood.

(5) Desde 1946 hasta 1993 la Orquesta tocaba en el llamado Kulturraum situado en la iglesia Dominikanerbau, donde se hicieron muchos registros fonográficos de la Oquesta Sinfónica de Bamberg. Los primeros que la dirigieron fueron Hans Knappertsbusch, Clemens Krauss, Joseph Keilberth, Rudolf Kempe y Eugen Jochum.

(6) KEILBERTH, Thomas. Josep Keilberth, Ein Dirigentenleben im XX Jahrhundert, Apollon Miskoffizin, Viena 2007.
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