Argentina

Otro paso adelante

José Mario Carrer (1937-2022)
lunes, 5 de enero de 2009
--- ---
Salta, miércoles, 17 de diciembre de 2008. Teatro Provincial. Martín Cardinalli (violín). Darío Galián (trompa). Orquesta Sinfónica de Salta. Orquesta Juvenil de la Provincia. Director: Felipe Izcaray. Antonin Dvoràk, Sinfonía en mi menor nº 9 op. 95 ‘Del Nuevo Mundo’. Edouard Lalo, Sinfonía Española nº 21: primer movimiento. Wolfgang A. Mozart, Concierto para trompa nº 1 en re mayor K. 412. Arturo Marquez, Conga del Fuego Nuevo.
0,0001101 En Venezuela, el Programa de Orquesta Juveniles creado por el maestro José Antonio Abreu en 1975, ha tardado años en dar nombres rutilantes al mundo de la música. El director de orquesta Gustavo Dudamel se hace cargo dentro de dos semanas, nada menos que de la Filarmónica de Los Angeles, el joven Edicson Ruiz ganó a los 17 años un lugar dentro de la fila de contrabajos de la Filarmónica de Berlín, Gustavo Nuñez es el primer fagot de la Concertgebouw de Ámsterdam, para nombrar solo algunos de los músicos que han surgido de ese programa. A ellos hay que agregar muchísimos nombres en distintos lugares del mundo o contar que más del 70% de los integrantes de las orquestas profesionales venezolanas han surgido de ese programa.

Lo vivido en la noche del miércoles es un ínfimo porcentaje de lo que significa aquella idea, pero para nosotros, los salteños, es un paso más que alguna vez conducirá a que similar intención, brinde la oportunidad para que algunos de sus alumnos lleguen cuando menos a la Orquesta Sinfónica de Salta. El repertorio elegido por el Maestro Izcaray revela no solo interés plausible sino además conocimiento de lo que nuestro proyecto local de desarrollo de orquestas infanto-juveniles puede representar para Salta.

Hoy casi no hablaré de las obras sino de las emociones despertadas en la noche del miércoles. Por de pronto vi a los integrantes de la Orquesta Juvenil que junto a sus profesores, todos músicos de la orquesta de mayores, acometieron con esa hermosa sinfonía que es la escrita por el checo Dvoràk desde EE.UU. donde vuelca su nostalgia por su lejana tierra. Más allá de algunos deslices en el tono por parte de los jóvenes alumnos, la interpretación, con el rallenti típico centroeuropeo fue meritoria. Su adagio estuvo lleno de sentimientos profundos y sus allegros con el vigor que pide su autor.

Luego apareció el primer héroe de la noche. Martín Cardinalli es el concertino de la orquesta juvenil. Su solo desnudó dos cosas: 1) La profundidad, encanto y refinamiento propios de la música del francés Lalo, y 2) Que para que su musicalidad vaya alcanzando mayores niveles, necesita un mejor violín. Tal vez Fundartis, la entidad que con aportes públicos y privados aportó a chicos y jóvenes una buena cantidad de instrumentos, se anime a patrocinar, una vez más, la obtención de lo que Cardinalli merece. Después llegó el segundo héroe, el joven Darío Galian, hijo de Raul Galian, trompista de la Banda del Ejército, cuyos cuatro descendientes son promesas de excelentes músicos. Luego de hacer el Mozart desenfadado, galante y puro, sin ningún error, recibió en el escenario el emotivo abrazo de su padre.

Finalmente el estreno de una breve pero tremendamente atractiva página del mexicano Arturo Marquez (nacido en 1950). Con ella la Orquesta Juvenil de Venezuela hizo delirar a los londinenses no hace mucho en sus famosos Proms. En este caso deliraron los salteños que llenaban el teatro.

El maestro Izcaray con su generosa musicalidad supo despertar entusiasmo desbordante y dedicó el concierto a todos lo que hicieron posible la existencia de la Sinfónica de Salta, o sea a sus antecesoras, la Juvenil, la Municipal y la Estable en el nombre de sus ex directores: José Aguirre, José Roriguez Fauré, José Alberto Sutti, Antonio Montero, Eduardo Storni, Humberto Clark, Roque Masuelli. Todo terminó con la conocidísima Marcha Radetzky donde las dos orquestas fueron entusiastamente acompañadas por las palmas del público.
Comentarios
Para escribir un comentario debes identificarte o registrarte.