Salta, jueves, 30 de abril de 2009.
Teatro Provincial. Solistas: Alexander Hülshoff (violonchelo; auspiciado por la Embajada de Alemania), Ana Cristina Tarta (violín), Karina Morán (fagot) Emilio Lepez Alonso (oboe). Orquesta Sinfónica de Salta. Director Luis Gorelik. Schlomo: Rapsodia hebraica para violonchelo y orquesta (Ernst Bloch 1885-1977). Sinfonía Concertante en si bemol, Hob I 105 (Franz Joseph Haydn 1732-1809). Daphnis et Chloé, Suite nº 2 (Maurice Ravel 1875-1937). Concierto dedicado a la memoria de Silvio Segal, ex directivo de Pro Cultura Salta, recientemente fallecido.
9,54E-05
Leonard Bernstein, en una de sus clases magistrales de Tanglewood (Boston-EE.UU.) dijo que en palabras era posible describir ocho clases de tristezas pero en música muchísimas más. Toda la música de Bloch es de corte judío, al menos la que yo conozco, y esta
Rapsodia hebraica, referida musicalmente al corto tránsito que representa una vida humana, es justamente un canto a la melancolía, a la tristeza que esta situación genera. La obra, compuesta para violonchelo y orquesta trajo al intérprete alemán Alexander Hülshoff, de sonido elegante, puro, límpido, en total libertad, en buena conjunción con el director Gorelik que siempre me dejó la sensación que se encontraba más cómodo conduciendo la orquesta sola que acompañando y en esta oportunidad la versión fue exacta, sin fisuras, tal vez algo desapasionada pero sin perder el hilo opresivo de su expresividad. El solista devolvió los aplausos con un breve pasaje en
pizzicato denominado
Chonguri, en homenaje a un instrumento propio de la Georgia europea, escrito por el compositor Sulkhan Tsintsadze.
Luego el mismo solista junto a los nombrados en el epígrafe, para la
Sinfonía concertante de Haydn. Interpretación estupenda donde la escritura para el cuarteto pone al violín de Tarta en un lugar de privilegio aunque los otros tres lucieron con inmensa musicalidad en sus dúos, tríos, cuartetos o pasajes en diálogo con la orquesta. El concepto estilístico atravesó texturas dinámicas que no admiten error alguno pues en caso de suceder quedan inmediatamente al descubierto y hasta podría arriesgar un término peligroso: virtuosismo. Gorelik acompañó con eficacia.
Finalmente la maestría instrumental del impresionista Maurice Ravel. Amanecer, Pantomimas y Danza General son las tres partes de la
Suite de concierto nº 2 de la música de ballet
Daphnis et Chloé. Primero una sutil delicadeza en sus motivos mas conocidos y luego el manejo orquestal para mostrar un extraordinario muestrario de sonoridades, texturas, salvajes efectos con los que el autor recrea un relato de la antigüedad referido al dios Pan. El apoteósico final precipita la gloria de
tutti explosivos hasta el irrefrenable final, cerrando la obra y cerrando un Abril más.
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