DVD - Reseñas

La (óp)era de la locura

Paco Yáñez
lunes, 1 de junio de 2009
Miguel Azguime: Itinerário do Sal. Miguel Azguime, voz y performer. Paula Azguime, electrónica en vivo. Miso Music Portugal y Tortoise Movies, productores. Jean-Marc Sullon, ingeniero de sonido. Un DVD y un CD DDD de 50 minutos de duración grabados en el Centro Cultural de Belém, Lisboa (Portugal), los días 21 y 22 de octubre de 2006. Miso Records MDVD 001.07
0,00035 Recibimos de nuevo en Mundoclasico.com al compositor, percusionista y poeta portugués Miguel Azguime (Lisboa, 1960), del cual ya habíamos reseñado anteriormente su obra Derrière Son Double (2001), incluida en el que fuera primer doble CD del Remix Ensemble, editado por el sello portugués Numérica (NUM 1126).

En esta ocasión, nos encontramos con un nuevo lanzamiento de Miso, una asociación cultural fundada en 1985 por Paula y Miguel Azguime, y que entre sus muchas líneas de actuación (Festival Música Viva, ensemble instrumental, edición de libros y partituras, etc.) incluye, desde 1988, la grabación y distribución de CDs y DVDs de algunos de los compositores portugueses más interesantes del presente, como es el caso del propio Azguime, cuya música tiene una nutrida presencia en el catálogo de este sello.

Miguel Azguime ya fue premiado en el Music Theatre NOW de Berlín, en la categoría ‘Other forms beyond opera’, por el trabajo que hoy reseñamos, por este Itinerário do Sal (2005) que muestra su concepto de nueva ópera, denominada por el lisboeta ‘New Op-Era’, en una propuesta que trasciende las convenciones teatrales y musicales de este género, a través de sus reflexiones sobre el arte y la locura; elementos en cierto modo inherentes al proceso de búsqueda de nuevas formas de expresión, y que son el meollo argumental de esta ópera, a través de un itinerario de cuestionamiento, duda y ofrecimiento de posibles respuestas, en el que la sal a la que alude el título actúa como metáfora de la música, del condimento que da el sabor final a una sociedad, a un topos cultural donde el arte sonoro ejerce de expresión y conciencia crítica de todo un sistema.

No es este tópico algo nuevo en el terreno de la música en las últimas décadas, al contrario; se trata de uno de los debates más vivos y con más opiniones encontradas, según se acepte el término y concepto de ‘ópera’ o según se busquen caminos alternativos a sus múltiples connotaciones. De este modo, muchos compositores vivos optan sin mayor problema por tal denominación, como Emmanuel Nunes, Péter Eötvös, Philip Glass, José María Sánchez-Verdú, Wolgang Mitterer, Salvatore Sciarrino o Elliott Carter, entre muchos otros; mientras que creadores como Brian Ferneyhough, Helmut Lachenmann, Olga Neuwirth o Beat Furrer han puesto, en algún momento, en tela de juicio dicha denominación, inclinándose por conceptos como ‘música escénica’, ‘música con imágenes’, ‘teatro musical’, etc.

Azguime es de los que opta sin reservas por la clásica denominación de ópera -muy extendida de nuevo en los últimos años-, pero reinventando el medio de acuerdo con las nuevas tecnologías y sus evolucionadas concepciones escénico-musicales, fruto maduro de cuyo largo proceso de reflexión y gestación es Itinerário do Sal. A ello debemos sumar la experiencia del portugués como poeta, que de hecho lo mantuvo un largo periodo apartado de la música, durante su estancia en Francia, si bien a su poesía no duda en llamarla ‘composición textual’, por las implicaciones musicales, prosódicas y constructivas de su obra escrita.

1998 es un año crucial en este proceso, pues la ‘composición textual’ se une a la propiamente musical a partir de una serie de textos taoístas chinos, cuya peculiar grafía permite a Azguime crear una lectura vertical en forma de verdaderos ‘acordes de significado’, en una armonía conceptual de gran belleza que consigue mantener a través de acordes sonoros paralelos, algo inviable en nuestro sistema de escritura, de carácter más horizontal, casi inevitablemente tendida hacia lo melódico. Ello crea un entramado que Azguime define como ‘no-fonético’ y ‘no-semántico’, y que cambió su forma de componer con textos, pasando a utilizar la palabra como unidad y entidad gráfica, combinando numerosos elementos sobre ella.

Desde estos presupuestos conceptuales es como mejor accedemos al universo de Azguime, a través de la música, la palabra, su actuación como performer, la imagen y la electrónica, todo ello finamente entrelazado en escena y magníficamente servido en formato DVD. Ya desde el prólogo, ‘O oráculo ou a passagem’, se incide en la multiplicidad de las voces, a partir de una fuga electrónica de la palabra del poeta, creando una serie de capas superpuestas cada vez más saturadas, al tiempo que el público entra en la sala y una paralela multiplicación de ojos en la pantalla perturba su entrada con una mirada en la que prolifera la observación a la que nos sentimos sometidos.

Si la saturación en los diversos ‘clímax de la locura’ tiene un importante sentido en Itinerário do Sal, no menos lo tiene el silencio, ese que el propio Azguime reclama al público en la sala, tomando su puesto de maestro de ceremonias, a caballo entre el orador y el showman, entre la más abierta exposición y la más abismática introspección. La electrónica en vivo será el aliado fundamental de la voz para tratar los elementos fonéticos y la palabra como unidad en sí, ya sea para crear música fonético-significante vía nasalidad, percutividad, etc., o para desplegar todo un universo histriónico y mordaz repleto de sonidos guturales, de gestos frenéticos y alocados, en los que la multiplicación de las voces se acompaña de una performance delirante, pues sobre el delirio trata esta primera parte de la obra: “No centro da circunferência do silêncio, no meio tão profundo do olhar, o autor deve estar, está completamente louco”. Silencio-autor-presencia-voluntad como núcleo del proceso creativo (con ecos de la semiótica de Barthes), pero desarrollado con un carácter humorístico e irreverente, transgresor como claro heredero de la avantagarde que es Azguime.

En ‘O Ar do Texto’ la escritura se hace sonido, pues el trazo que surca la hoja de papel produce toda una ‘grafía sonora electrónica’ paralela, acompañada por la imagen que genera; de forma que la escritura, la música y el dibujo se hacen uno solo, como resultado del gesto de Azguime en su pupitre, en su altar, en su oráculo, en su potro de tortura... Por momentos, la música se convierte en un ostinato, en un bucle que da lugar al ahogo y a la asfixia: “Estou sem o ar”, llevando el aire a las ondas, a una ondulación electrónica que propaga el texto, con pulsos vibrantes y palabras volátiles en la atmósfera del teatro; un proceso que desembocará en una suerte de ‘concierto de sonidos nasales’ que nos recordará al Stimmung (1968) de Karlheinz Stockhausen, autor cuya impronta es obvia, además, en la concepción de la electrónica.

Itinerário do Sal es una ópera en apariencia heterogénea, pero con fuertes nexos internos, donde el continuum del discurso tiene una lógica aplastante a través del desarrollo de diversos elementos, sean conceptuales o formales, que se desarrollan como una suerte de rizoma. La respiración, el aire, los propios sonidos del aire, actúan a menudo como nexo, ligados a la respiración interna, a la lógica del autor, como evaluación de su estado psicológico vía lo psicosomático. Ello no impide una pluralidad estética y de recursos considerable, y si los ecos de cierto Stockhausen son obvios, no menos lo son los del Ligeti de las Aventures (1962) y Nouvelles Aventures (1962-65), casi audibles en el minuto 20’ de esta ópera, con sus sonidos guturales derivados hacia un estudio rítmico digno de las obras finales del compositor húngaro, estructuradas a base de silábicos, para acabar con una reinversión a jadeos alocados y a una saturación a través de la electrónica. Ello casi nos permite hablar de una ‘ópera bocal’ (sí, con b), pues se trata de uno de los trabajos que uno conozca en los que la exploración de la cavidad bucal da lugar a más cantidad de sonidos y posibilidades musicales, amplificadas y reinterpretadas por la electrónica, siempre con gran coherencia conceptual y formal.

En ‘O Som Interior’, en su minuto 23’, el aspecto académico de sus intervenciones, su irónica conversión en un ‘docto’, da lugar a una suerte de letanía en ostinato mecánico y robótico, donde bucles sucesivos y reiterados de la misma ¿lección magistral? nos conducen a otro tipo de locura, la de la dicción academicista, parodiada hasta el paroxismo de un recitado sin texto ni palabras, confiado a una agobiante salmodia a base de silbidos y murmullos repetidos una y otra vez; algo que desencadena una suerte de lenguaje inventado de reminiscencias orientales, en uno de los pasajes más delirantes de la ópera, en el que, paralelamente, Azguime se convierte en un dibujo en la pantalla, en un álter ego espectral de sí mismo en electrónica e imagen.

‘De Part et d’Autre’ comienza con un breve ‘interludio electrónico’ acompañado por imágenes de la luz en vídeo, a través del cual accedemos a la parte francófona de la ópera, donde Azguime juega con el vibrante sonido de la ‘r’ y con la nasalidad pronunciada de la ‘m’, mientras toda una serie de textos y poemas se precipitan como una cascada en la imagen, donde el performer es él mismo pantalla sobre la que proyectar el texto, mientras la electrónica, de nuevo, multiplica en vivo la palabra, generando una superposición de voces que llegan a un verdadero tumulto sonoro, eclosionando en la palabr(erí)a final de un repetido “bla, bla, bla”...

‘À Plusieurs Voix’ continúa esta exploración de la fonética francesa, desintegrándola hasta emparentarse con los ritmos flamencos, y, por extensión, con su cercana genealogía en la música hindú, en salmodias muy rítmicas relacionadas con un baile de formas rizomáticas en las pantallas de vídeo, de nuevo con proliferación estratificada de motivos vocales y electrónicos, estrechamente interactivos, donde las palabras del francés (entre ellas el nombre de Debussy) nos precipitan con su generación de motivos discrepantes hacia un final de escena desquiciante y loco, con gritos y toda la imagen saturada en negro.

La octava escena, ‘Itinerário do Sal’, supone ‘cruzar la puerta’, llegar al ‘otro lado’, donde ya no podemos discernir con claridad hasta dónde llega aquello que es cordura o lo que es propiamente locura, ni si estos conceptos son ya válidos en su semántica convencional. El nuevo estado se expresa en gritos sordos, donde la electrónica prolonga sus ecos como murmullos secos, más dirigidos ya hacia el interior, atrapados por la impotencia, que proyectados hacia una sociedad que aquí no parece estar ya convidada. Estar más allá de la locura/cordura supondrá “ocultar o silêncio no espelho do sal”, donde juegos de (múltiples) sentidos con las palabras Sol - Sal - Som - Sul hacen entrar al performer Azguime en una suerte de trance místico y circular, con el lenguaje convertido en ruina y deconstrucción, y la palabra y los sonidos ya sidos reverberando como “restos de itinerarios”.

La escena final, ‘Epílogo do Sal’, resuena como una gran carcajada ‘bocal’ y electrónica, ahora bañadas en una luz azulada que nos indica que el poeta ha perdido definitivamente la cordura o bien que la ha recuperado más allá de cualquier ruta, de cualquier convención social al uso, más allá de los mapas, de los itinerarios, de los caminos (ecos conceptuales de Nono, explícitamente reconocidos por Azguime), para llegar a un espacio de (nueva) luz, sin tiempos ni coordenadas, en el que nuevas voces lo acompañan y ocupan el espacio que va dejando, ahora narrado en alemán, describiendo un mundo nuevo, oscuro, remoto y misterioso, que no nos es familiar, aunque tampoco necesariamente ‘ajeno’...

La grabación de esta personal y peculiar propuesta de Azguime fue efectuada en el Festival Música Viva 2006, y su filmación dirigida por Perseus Mandillo, en un trabajo magnífico que nos acerca a la obra a través del DVD con un realismo digno de mención, además de con una calidad de imagen (en formato 16:9, PAL) y sonido excepcionales. La edición de Miso Records presenta Itinerário do Sal en DVD vídeo, además de en un CD en el mismo estuche, acompañados de una muy interesante entrevista de Miguel Azguime con Jelena Novak, y de un reportaje a la salida de la ópera en Lisboa, en la que el público opina de hasta qué punto Itinerário do Sal se puede considerar o no un trabajo ‘operístico’... Como se podrán imaginar, los juicios son del más diverso signo.

Para terminar, hemos de señalar que, dada la dificultad habida para acceder a estos DVDs en el mercado internacional, lo más sencillo sería hacerlo a través de la propia página web de Miso Records, que además nos permite conocer la amplia propuesta de esta entidad portuguesa en los diversos aspectos que contempla su actuación cultural.

Este disco ha sido enviado para su recensión por Miso Records.

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