España - Euskadi
Decepcionante
Maruxa Baliñas
En el caso de Daniela Dessì, en cambio, no había problema vocal explícito que justificara su decepcionante rendimiento, ni el relativo acortamiento de su concierto, que no se justificaba por los problemas de su compañero. La voz de Dessì ha perdido calidad, por lo menos respecto a lo que yo recordaba y claramente en comparación con sus discos. Pero además no me gustó su concepto de 'recital'. En principio este tipo de recitales surgió por la necesidad de aproximar la ópera a aquellos públicos que no podían -o querían- disfrutarla en su estado natural y al mismo tiempo deseaban acceder por lo menos a las partes más lucidas aunque tuviera que ser con un simple piano sustituyendo la riqueza de la orquesta. Desde este punto de vista, era importante que el cantante intentara suplir con el dramatismo de su interpretación aquellos elementos escénicos y relaciones argumentales que faltaban cuando el aria se desgajaba de su entorno natural. Lo que hicieron Dessì y Armiliato -e insisto en que no son los únicos- es crear un espectáculo ad hoc donde el dramatismo ya no está al servicio de la música, sino del espectáculo per se, donde el referente no es la música sino quien la interpreta. Y eso, que es siempre un peligro que acecha a cualquier cantante en recital -empezando por Carusso- debe ser combatido o por lo menos 'autocontrolado'.
A esto contribuyó de un modo importante Damiano Carissoni, quien fue un acompañante excesivamente discreto. Como muchos acompañantes actuales, su función no fue tanto el hacer buena música como mostrarse 'complaciente' con el cantante. Por supuesto que un acompañante siempre debe estar muy atento a lo que haga el cantante y estar presto a disimular o suplir cualquier problema que se le pueda presentar, pero es que Carissoni -y como él, tantos otros- entiende su trabajo como un limitarse a crear un ambiente sonoro, casi una música de fondo, para el lucimiento de Dessì y Armiliato, reduciendo considerablemente -por ejemplo- su volumen cuando empiezan a cantar y trucos semejantes. La idea de que cuando acompaña un aria de ópera debe sustituir a la orquesta es un concepto que resultó muy desvaído en este recital.
Finalmente añadir que Dessì se limitó a cantar lo que marcaba el programa, lógicamente con los cambios en el orden exigidos por los problemas de su compañero. Pero creo que el publico podía esperar que si Armiliato se quedaba 'corto', ella hiciera un esfuerzo extra y lo compensara. En concreto, en este tipo de recitales se espera que los bises tengan una duración semejante casi a la de cualquiera de las partes previas del concierto. Es lo habitual e incluso cantantes que por edad ya podrían permitirse acortar esta última parte, no lo hacen. Recuerdo tandas de bises maravillosos de Teresa Berganza cuando ya estaba casi retirada, de Pavarotti en sus últimos años cuando la salud le fallaba totalmente, hace apenas unos días de Leo Nucci -y se le notaba físicamente cansado- en su recital en A Coruña, etc. ¿Por qué entonces Dessì se ampara en la enfermedad de su compañero para no cantar ella nada más que un número a mayores de lo que el programa indicaba?
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