Polonia

El camino de Uri Caine: de Bach a Chopin

Xoán M. Carreira
martes, 31 de agosto de 2010
Varsovia, martes, 10 de agosto de 2010. Sala Palladium. Chopin Around. Uri Caine, piano y dirección. Agata Zubel, voz. Andrzej Bauer, chelo. Cezary Duchnowski, piano y ordenador. Jacek Kochen, percusión. Maciej Walczak, imagen por ordenador. Festival Chopin i Jego Europa 2010
0,0002395 Uri Caine (Filadelfia, EEUU, 1956) es posiblemente la principal figura de la apropiación musical y, al igual que a la mayor parte de los artistas actuales, los conceptos de género y soporte le resultan secundarios, cuando no irrelevantes. Pensemos, por ejemplo, en Banksy, sea en su labor principal como grafitero o en su 'trabajo secundario' como pintor de cuadros en los que en ocasiones el contenido desborda el propio lienzo del cuadro y se continúa por el marco y las paredes adyacentes, o los personajes salen del cuadro a descansar de su actividad y 'echarse un pitillo' junto a la ventana del museo.

Esta ductilidad permite a Caine adaptar sus proyectos para trabajar con músicos locales, pero también enriquecerlos con las ideas, experiencias y aportaciones técnicas de esos artistas. Tal sucedió en este proyecto Chopin, una idea de Andrzej Bauer larga y meticulosamente gestada, que tuvo como primera inspiración las Variaciones Goldberg del propio Uri Caine, y que en un principio se anunció como una apropiación de los Preludios op. 28 de Chopin. Por eso estos mismos Preludios fueron interpretados previamente en la Sala de Cámara de la Filarmónica como parte del programa de Philippe Giusiano [leer reseña]. Como suele suceder con los proyectos de Caine, el camino de Bach a Chopin resultó tan rico en ideas como el propio aprendizaje chopiniano a partir de Bach, y lo que nos presentó Caine, comenzando con música de Bach, se denominó Chopin Around, y sobrepasó ampliamente los límites de los Preludios op. 28.



Fotografía de Wojciech Grzędziński © 2010 by Narodowy Instytut Fryderyka Chopina

Efectivamente una grabación al clave del inicio del Preludio nº 1 de El clave bien temperado suena como object trouvèe al que responde en canon al piano Uri Caine y da inicio al Around Chopin para quinteto: soprano, violonchelo, dos pianos, percusión y por supuesto electrónica. Tras esta primera cita, literal y extensa, Around Chopin continúa -más o menos en este orden- con los Preludios op. 28 nº 1, 2, 3, 4, 7, 15, 8, 18, 6, 11, y 20, que se presentan no siempre de manera obvia o en primer plano, pero sí reconocibles en algún momento, aunque sólo sea como 'aroma' o 'paisaje sonoro'. Junto a ellos, los 'cameos' habituales en Caine, visitantes inesperados que surgen en contextos que van desde la ternura a la ironía, pasando por las alusiones meramente musicales en la mejor tradición de los grandes improvisadores y contrapuntistas. Pero, claro está, hablar del buen hacer de Caine, de su perfeccionismo técnico, de su enciclopédico conocimiento de géneros y técnicas, se asemeja demasiado a mirar el dedo del sabio, en vez de deleitarse en lo que él mira. Y la alquimia de Caine consiste en sublimar los elementos más aparentemente diversos en forma y apariencia, convirtiéndolos en una materia homogénea y sin aristas.

Su piedra filosofal en este proyecto varsoviano fue la cantante y compositora Agata Zubel (Wrocław, Polonia, 1978), cuyos muchos y enormes talentos vocales y musicales fueron el nexo conductor entre los movimientos/eslabones de Around Chopin, oscilando constantemente entre la plena integración en el conjunto y la presencia solista, así como también recordándonos que Chopin fue un grandísimo compositor de canciones por dos razones: porque era un enorme creador de melodías y sobre todo porque amaba la poesía.

La réplica, o a veces la invitación, le fue proporcionada por el violonchelista y compositor Andrzej Bauer (Łódź, Polonia, 1962), ideador de este proyecto Chopin. Utilizando una gramática de recursos habituales en el violonchelo de vanguardia y de free jazz, Bauer subvierte el sentido meramente de sonido en cuanto sonido de la vanguardia y de agresividad sonora del free jazz en favor de una retórica enormemente afectiva y sensual que coincide con el discurso estético de 'sensibilidad' de Chopin, pero que al mismo tiempo pertenece a la búsqueda de lo sublime propia del siglo XXI.



Fotografía de Wojciech Grzędziński © 2010 by Narodowy Instytut Fryderyka Chopina

En torno a ellos el también compositor Cezary Duchnowski (Elbląg, Polonia, 1971), articuló todo el proceso sonoro de acompañamiento desde el piano y el ordenador, coordinado con Maciej Walczak, responsable de las imágenes visuales, y con el baterista Jacek Kochen, entregado a una labor tímbrica y de color, más que rítmica. En otra compañía, la labor de cualquiera de los tres hubiera sido puntera, pero con estos acompañantes se convirtieron sólo en un elemento más de un perfecto engranaje.

Y volvemos a Uri Caine, como de costumbre ubicado en una esquina del escenario, escondido tras la tapa del piano y un legajo de partituras. Escondido también, aparentemente, tras el virtuosismo de los músicos polacos y la brillantez de sus ideas. Pero, al igual que Chopin está omnipresente en el Estudio nº 6 'Automne a Varsovie' de Ligeti, una sola idea, a veces un par de acordes de Caine bastan para transformar un momento, para iniciar una transición, o para introducir una nueva idea. Porque, como en proyectos anteriores, el trabajo procede de los ensayos previos, de la reflexión en común, y de la discusión y negociación. También de las horas que Caine ha pasado escuchando a sus compañeros y aprendiendo de ellos. Una de las lecciones asombrosas y siempre nuevas cuando Caine sube a escena es la modestia. Sólo así puede aplicar otra de las reglas de la alquimia: utilizar porciones ínfimas para conseguir resultados óptimos.
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