España - Andalucía
Orfeo al detalle
Pedro Coco

La versión de concierto no sienta nada mal a esta partitura revolucionaria, y es, obviamente, de agradecer que sea un experto en la música antigua el que lidere el conjunto, ya sea como solista o como director. Enrico Onofri conoce a estas alturas de sobra a la Barroca, y de ella y sus fabulosos integrantes sabe sacar el mayor partido; lo ha demostrado no pocas veces y de nuevo, con una lectura galante pero no exenta de teatro, tempi muy estudiados, controlados contrastes y atención al detalle, consiguió emocionarnos en más de una ocasión; gracias a esto, pudimos disfrutar de espléndidas ejecuciones solistas en cada sección de la orquesta, que firmó en general un segundo acto memorable.
Carlos Mena es otro habitual en Sevilla, y para su lucimiento se ideó mucho de lo disfrutado en el escenario del Maestranza. La voz -más bella en el agudo y perdiendo fuelle en el grave, donde el color cambia más de lo deseado- parecía proyectarse con holgura, y con un fraseo muy detallista pasó con maestría por los diversos estados de ánimo del cantor. A su lado, Roberta Invernizzi se nos presentó en espléndida forma, y con una cuidada técnica y total conocimiento del estilo dibujó una Euridice todo pasión y energía. Los acompañados intensos dieron paso a un aria y un dúo donde mostró su habitual línea de canto diáfana y sólida. Cerrando el trío de solistas, María Cristina Kiehr, que con si instrumento tan personal como seductor, es una eminencia en el mundo de la música antigua -sobre todo la del diecisiete- y podemos considerar un lujo absoluto en el papel de Amore.
Por último, pero no en brillantez, el coro se supo plegar a las exigencias, y también con la experiencia que va adquiriendo año tras año, demostró que sabe de contrastes y sensibilidad.
No creo que la Orquesta Barroca de Sevilla pusiera muchos impedimentos a un ciclo de ópera -aunque se diera en concierto- de estas características, y el éxito estaría asegurado, viendo el considerable lleno de la sala y la posterior repuesta. Las buenas ejecuciones y la buena ópera no deja indiferente a nadie.
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