Italia
Il Barbiere regresa a casa
Alejo Palau
Por todos es sabido que las propiedades acústicas del Teatro de la Ópera de Roma adolecen de un mal que sólo puede ser sanado con una reforma arquitectónica integral. Pero, como que de momento esto no sucederá, debemos acostumbrarnos a las peculiaridades sonoras que el emblemático coliseo ofrece.
El Teatro ha presentado una nueva producción del mítico Il barbiere di Siviglia de Rossini, ópera estrenada en esta misma ciudad en 1816. Firmada por el veterano escenógrafo Ruggero Cappuccio, el montaje se caracteriza por una austera simplicidad inspirada en una revisión modernizada del clásico. El resultado sólo logra un aspecto sosamente anticuado, más propio de una compañía itinerante que de un teatro con vistas al siglo XXI.
Afortunadamente, el elenco vocal fue de primer nivel, con algunos de los principales exponentes belcantistas de la actualidad. En cabeza de reparto estuvo el estupendo Juan Francisco Gatell, uno de los cantantes más destacados de la actualidad. El tenor, pese a una ligera afección en las cuerdas que no le permitió lucirse mucho en su primera aria 'Ecco ridente in cielo', fue un digno Conte d'Almaviva. Y es que el argentino, de pulido color y fina coloratura, es una de las voces más prometedoras de la nueva generación latinoamericana.
A su lado, pudimos disfrutar de la brillante mezzosoprano Marina Comparato. Una elegante Rosina de bella presencia escénica y bonita línea melódica que, en ocasiones, rompe con un incómodo y excesivo vibrato en los pasajes agudos. Siempre dentro de un coherente control vocal y buen conocimiento del instrumento.
© 2012 by Silvia Lelli
Aunque la estrella de la velada fue, sin duda, Alessandro Luongo. El barítono pisano, encargado de poner voz a Figaro, posee una voz potente y apasionada que, sin haber cruzado mucho las fronteras italianas y con ciertos matices por pulir, es interesante descubrir y promete una digna carrera.
En el mismo sentido, debemos resaltar la actuación de Paolo Bordogna, a quien hemos escuchado recientemente en España, y que fue un Bartolo muy fresco y recurrente tanto en recursos interpretativos como en musicales.
Nicola Ulivieri se alzó también como un convincente Basilio, aunque ligeramente pesante y muy hierático.
© 2012 by Silvia Lelli
El Coro y la Orquesta del Teatro de la Ópera estuvieron fabulosos. Y no es para menos, pues estuvieron capitaneados por la batuta de Bruno Campanella, uno de los más distinguidos directores de ópera italiana de las últimas décadas. El maestro hizo alarde de un conocimiento impecable de la partitura de Rossini, cuya grabación en directo con Rockwell Blake, Luciana Serra, Enzo Dara y Paolo Montarsolo es legendaria.
Como legendario es también este fabuloso Teatro, sede de históricos estrenos y eventos, que, pese a su difícil sonoridad, esconde un encanto que te atrapa y no te deja escapar.
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