España - Canarias

Prueba superada

Sergio Corral
lunes, 2 de julio de 2012
Las Palmas de Gran Canaria, domingo, 24 de junio de 2012. Teatro Pérez Galdós. Los pescadores de perlas, ópera en tres actos y cuatro cuadros estrenada en el Théâtre Lyrique de París el 29 de septiembre de 1863. Libreto de Michel Carré y Eugène Cormon. Música de Georges Bizet. Mario Pontiggia, dirección escénica y escenografía. Claudio Martín, coreografía y diseño de vestuario. Alfonso Malanda, diseño de iluminación. Elenco: Juan Diego Flórez (Nadir), Patricia Ciofi (Leïla), Vasily Ladyuk (Zurga), Felipe Bou (Nourabad). Coro de la Ópera de Las Palmas (Olga Santana, dirección). Orquesta Filarmónica de Gran Canaria. Yves Abel, dirección musical. Nueva Producción ACO
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Como cabía esperar, la última ópera de la edición de este año de crisis fue otra de las producciones mimadas por ACO. La presencia sobre el escenario de una figura de la talla de Juan Diego Flórez así lo requería, y la necesidad de mantener el caché y la dignidad -ante tan difíciles momentos en que la asociación se ha visto menospreciada por la clase política- también.

Esta hermosa y no muy conocida obra de Bizet tuvo un magnífico plantel de intérpretes que supieron dar lo mejor de sí. A pesar de ciertos detalles que no nos permiten calificar esta representación como perfecta, sí pudimos saborear el arte del maestro francés gracias a la entusiasta e inspirada traducción que nos fue ofrecida por todo el plantel de la producción.

Uno de los puntos grises -por llamarlos de alguna manera- fue la encarnación del personaje de Lélia por la soprano Patrizia Ciofi. No ponemos en duda sus asombrosas cualidades vocales, ni su entrega, sino que existían ciertos elementos de su instrumento canoro que nos dificultaron desde un principio encuadrarla en el papel que tenía asignado. Y hablo en plural porque esta apreciación era compartida por varios espectadores sentados a mi alrededor: “Bella obra, pero ella … con esa voz no la veo … parece muy mística …” era uno de esos comentarios. Quizá el motivo habría que achacarlo -pese a la excelente ejecución de las florituras y demás melismas- al grosor de su voz, más propia de una soprano dramática, que nos hacía muy difícil asimilarla al personaje de la joven virgen. No sé, cuestión de apreciaciones.

Por otra parte al tenor estrella tuvo su noche; mucho mejor que en la primera representación, según pude saber también por boca de algunos asistentes. Soberbio durante el aria del primer acto donde recibió la primera de las merecidas ovaciones. Su cristalino timbre de voz, su control de la respiración en los filados y la perfecta afinación no dejan indiferente a nadie.

Momento de la representación

© 2012 by Nacho González

Pero, en mi opinión, el verdadero astro de la velada fue el barítono Vasily Ladyuk, con su más que ejemplar interpretación de Zurga. Tensión contenida y silencio absoluto por parte del público durante la escucha del aria del tercer acto, en la que el intérprete ruso aunó con maestría sus dotes dramáticas con la excelente proyección de una voz con cuerpo y bien pulida, permitiéndonos sublimar la profundidad dramática de este héroe que en principio tenía asignado el papel del “malo”.

Del coro podemos afirmar el excelente momento de forma del mismo y la encomiable labor que tras éste ejerce su directora. Todo ello a pesar de que fuera protagonista de esos pocos “pero” endosables a la representación durante el primer acto, donde se confundía fuerza y volumen, potencia con estridencia, quebrándose la homogeneidad por culpa de algunas voces “rebeldes”.

La dirección musical de Yves Abel se tradujo en una equilibrada presencia de las cuerdas, con unos vientos muy líricos y metales discretos -en el buen sentido- concretándose todo ello en un trabajo de equipo que supo estar y destacar, cuando debía, sin interferir ni desviar innecesariamente la atención.

Momento de la representación

© 2012 by Nacho González

 

En el hall del Teatro Pérez Galdós había un cartel anunciando un avance de la próxima temporada: Un Ballo in Maschera, Eine Florentinische Tragödie, Cavalleria Rusticana, Die Entführung aus dem Serrai y La Bohème. Es decir, se recuperan de nuevo los cinco títulos por temporada, algo extraño teniendo en cuenta que este año hubo que suprimir uno por el famoso ajuste presupuestario. Ante esta extrañeza solo cabe hacer conjeturas. Bien que ¿los políticos han recapacitado y deciden cambiar su postura hacia la ópera?, o ¿ACO ha conseguido nuevas fuentes de financiación y puede prescindir de las ayudas autonómicas y administración local?, o ¿se habrá aprobado algún tipo de “rescate” para la asociación? o quizá ¿saben acaso con antelación los socios que la crisis acabará el año que viene? Más incertidumbres a añadir a las ya existentes. La respuesta a todo ello la sabremos con el tiempo, ahora sólo nos queda esperar y sobrevivir a la realidad del día a día.

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