Opinión
Treinta segundos en la cultura de Canarias
Luisa del Rosario González
8,84E-05
Abro el periódico local y leo que el presidente de mi Comunidad, Canarias, dedica la friolera de 30 segundos a hablar de la política cultural de su Ejecutivo durante su discurso en el Debate del estado de la Nacionalidad (que se llama así en estas Islas a lo que en la Península Ibérica se denomina Debate sobre el estado de la Nación. Eso sí, ambos logran dormir a los culebrones por igual).Menos mal, pienso, con lo aburrido que es Román Rodríguez y su Gobierno de only men, nos hubiese dado una vara desoladora de haber estado 10 minutos. En resumen, su discurso cultural fue: "mi política en cultura es...", y se acabó el tiempo.Y es que Román Rodríguez y su gobierno de only men tiene su sede en Canarias, que es un sitio tan peculiar como para estrenar Pierrot Lunaire, de Schöenberg, casi 100 años después de compuesta. Y el caso es que el estreno local lo hace Adrian Leaper, que es como no estrenar. Pobre Schoenberg, tantos años de espera para caer en el atril del británico.Por estos lares el bueno de Arnold (1874-1951) han tenido que pasar casi un siglo (la premiere fue en 1912), para que se incluya en un programa isleño. Tenemos tanto interés por la música moderna como los talibanes lo tienen por la sociedad de la información.Estas islas tienen sus peculiaridades. Las asociaciones de amigos canarios de la ópera y de la zarzuela están que trinan porque sus festivales preligran. Se cierra el teatro que gestiona el Ayuntamiento (Partido Popular, el de Luis Ramallo) por una obras que no se sabe cuándo van a empezar y tienen que pagar por el nuevo local, el teatro Cuyás que gestiona el Cabildo Insular (también el PP de Ramallo, pero que lleva directamente el nacionalista Gonzalo Angulo (de la Coalición Canaria only men de Román Rodríguez). Así las cosas, el Cuyás no afloja ni a la de tres.Y por último me llama mi querido amigo Wolfgang Boehm, presidente de una asociación cultural sin ánimo de lucro en el sur de la isla de Gran Canaria, y me dice que el recién inaugurado Auditorio de las Tirajanas (tropecientos de miles de millones de pesetas), se cierra. Que el concierto para estrenar el piano Stenway (14 millones de pesetas) a cargo de Justus Frantz, y que nada de nada de la temporada musical que habían anunciado y contratado (Festival de Fin de Año, conciertos especiales...). El Auditorio se clausura por falta de presupuesto. O por falta de otros treinta segundos para explicarse.
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