España - Madrid
¡Muchas gracias!
Juan Krakenberger

Nuevamente no salí de mi asombro al escuchar, durante unas dos horas, obras muy bien seleccionadas para demostrar la calidad de los alumnos de la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Los seis grupos que actuaron (cuatro tríos, un dúo y un quinteto) nos regalaron una calidad que yo calificaría, sin duda alguna, como de nivel internacional, tanto desde el aspecto técnico como del musical. El público gozó -igual que yo- y premió a los conjuntos con gritos de “bravo” y aplausos prolongados. Se lo merecieron todos.
Para no alargar demasiado el programa, solo una obra se interpretó al completo; las demás obras quedaron representadas por sus movimientos más brillantes, muy bien seleccionados para lograr el mayor goce musical e interpretativo. Me he de referir a cada obra brevemente por separado, a continuación:
1. Haydn, Trío Nº 27 en do mayor: I) Allegro II) Andante III) Finale:Presto. Trío Scarlatti, compuesto por Elina Sitnikava, violín, Marion Platero, violoncello, y David Bekker, piano. Este trío, que oí por primera vez, es bastante breve y se tocó en su integridad. El primer movimiento tiene una exposición muy bonita, con ideas sencillas que sirven de temática. La sorpresa viene en el desarrollo, muy brillante y técnicamente exigente, para servir de lucimiento a los intérpretes. El Andante, en ¾, tiene un lindo tema, que suena casi un poco romántico y sirve de contraste para un pasaje central más enérgico. Hacia el final, piano y violín cantan de nuevo el tema inicial, muy atractivo y bonito. El Presto final es brillante y técnicamente muy exigente: el piano virtuoso, muy atractivamente acompañado por violín y violoncello. Esta exposición fue repetida, por su interesante contenido. En la parte del desarrollo final surgen algunas ideas nuevas que conducen al conjunto hacia un final brillante. La versión que escuchamos fue excelente, y los oyentes pudieron disfrutar de esta música tan bien hecha con placer y satisfacción. “Bravi” y aplausos agradecidos premiaron la labor del Trío Scarlatti.
2. Mendelssohn, Trío Nº1 op 49: III) Scherzo: Leggiero e vivace, y IV) Finale: Allegro assai appassionato, por el Grupo Schumann: Abel Rodríguez, violín, Mon-Púo Lee, violoncello, y Alice Burla, piano. Los dos movimientos de Mendelssohn son muy conocidos, con melodías o motivos inolvidables, de gran calidad musical, obra obligada para todo trío profesional. La versión fue excelente, destacando la manera en que el violín cantó el tema del Scherzo por la tranquilidad que respiraba. En el Finale destacaron los lindos contrastes dinámicos, y el tema romántico sonó glorioso, al unísono de violín y violoncello. ¡Qué preciosa música! ¡Y qué bien tocada! ¡Felicitaciones!
3. Dvorák: Trío Nº4 op 90 (Dumky Trío): I) Lento maestoso, Allegro II) Poco adagio – Vivace non troppo, y IV) Lento maestoso – Vivace, por el Trío Ramales: Iván Orlin Ariza, violín, Alberto Alonso, violoncello, y Andrés Navarro, piano. Llama la atención que los tres movimientos empiezan lentamente. En el primer movimiento, lo toca el violoncello solo, luego se junta el violín. El Allegro que sigue ya nos lleva hacia la música checa, con sus ritmos tan típicos y atractivos. El segundo movimiento es solemne y nostálgico, hasta que empieza el Vivace que sirve de contraste. Luego vuelve el tema lento pero el movimiento termina con un pasaje del vivace, de forma brillante Y en el último movimiento, después de la introducción pausada, viene un Vivace muy eslovaco, que hace posible un gradual aumento de la tensión para llevar al final. Hay que destacar la brillante actuación del Trío Ramales, que nos ofreció una sentida versión de esta excelente música, que se ha hecho famosa por su alta calidad. ¡Nuevamente “Bravi”!
4. Prokofiev, Sonata para violín y piano op 94: I) Andantino, II) Scherzo—Presto, por el Dúo Debussy: Zarnitsa Ilarionova, violín y Anastasia Vorotnaya, piano. También esta sonata se ha hecho muy conocida, con un tema del primer movimiento muy bello, que luego es variado y llega al virtuosismo. El Scherzo nos ofrece un muy efectivo intercambio de voces entre los instrumentos, técnicamente muy exigente, y termina victoriosamente. La versión del Dúo Debussy, intachable, de muy alto nivel. Las dos intérpretes cosecharon cálidos y prolongados aplausos.
5. Ravel, Trío en la menor: II) Moderé, III) Pantoum: Assez vif, por el Trío Schola: Maciej Strzelecki, violín, Laura Szabo, violoncello, y Viktoria Vassilenko, piano. En este Moderé llama la atención un pasaje al unísono violín/violoncello inicial, con el primer tema, que suena maravillosamente bien. Luego entra el piano que canta el segundo tema, acompañado por las cuerdas con notas breves, también muy bien sonantes. Sigue lo mismo, pero al revés. El nombre 'Pantoum' proviene de un poema malayo, y fue usado por escritores franceses del siglo XIX, Evariste Parny y Victor Hugo. Este movimiento es tranquilo, y empieza con una serena exposición por el piano solo. Luego entra el violoncello, con pocas notas, seguido del violín, y el piano empieza a tocar ornamentos: todo muy tranquilo, como ensoñado. Hay más solos de piano, y pasajes para violín/violoncello sin piano. Un movimiento muy poético, de un clima bastante especial. La versión fue nuevamente de muy alto nivel, y entusiasmó al auditorio.
6. Dvorák, Quinteto op 81: III) Scherzo (Furiant): Molto vivace, IV) Finale : Allegro, por el Grupo Mutua Madrileña: Mohamed Hiber y Eri Masaoka, violines, Paula García, viola, Alfredo Ferre, violoncello, y Natalia Kazaryan, piano. Este quinteto es muy conocido: lo tocan todos los quintetos profesionales o cuartetos establecidos en sus conciertos con un pianista. Así que limito mis comentarios a la excelente calidad con que fue ejecutado. El Scherzo (Furiant) tiene una energía insospechada, que salió a la luz y entusiasmó al oyente. En cuanto al Finale, el segundo tema fue muy bien enfocado, lo que permitió un magnífico desarrollo de este movimiento que hacia el fin se torna muy, muy emocionante en un pasaje lento. “Bravi” y muchos aplausos premiaron la labor del grupo.
Como apreciará el paciente lector, presenciamos un concierto con bellísima música, y con unas versiones de un nivel que no se escucha todos los días. La profesora húngara Gulyás (que enseña en Budapest) ha sabido aprovechar el alto ranking del alumnado de la escuela para servirnos un programa excepcionalmente brillante. Una cosa así, estimado lector, no se encuentra tan fácilmente en el mundo entero. Así que debemos agradecer a los que lo hayan hecho posible, de todo corazón. Fueron momentos inolvidables. ¡Muchas gracias!
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