Discos
Terribles ángeles / Adorables monstruos
Paco Yáñez
Bernhard Gander: dirty angel; khul; schöne worte; wegda!; horribile dictu; lovely monster. Ruth Rosenfeld, soprano. Krassimir Sterev, acordeón. Anders Nyqvist, fiscorno. Hsin-Huei Huang, piano. Neue Vocalsolisten Stuttgart. Arditti Quartet. composers slide quartet. Ensemble Resonanz. österreichisches ensemble für neue musik. Deutsches Symphonie-Orchester Berlin. ORF Radio-Symphonieorchester Wien. Titus Engel, Péter Eötvös y Susanna Mälkki, directores. Barbara Fränzen, Peter Oswald y Rainer Pöllmann, productores. Günter Hämmerle, Boris Hofmann, Axel Sommerfeld, Norbert Stadlhofer y Henri Thaon, ingenieros de sonido. Un CD DDD de 55:41 minutos de duración grabado en Berlín, Bregenz y Graz, los días 1 de diciembre de 2007, 10 de octubre de 2009, 3 de mayo de 2010, 31 de enero, 1 de febrero y 18 de agosto de 2011. Kairos 0013272KAI. Distribuidor en España: Sémele Proyectos Musicales
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Con frecuencia, cuando se analiza el movimiento francés de la ‘música saturada’, es habitual leer términos como ‘monstruosidad’, ‘mestizaje’, ‘abigarramiento’ o ‘brutalidad’. El arranque de dirty angel (2010), primera partitura presente en el segundo monográfico para el sello Kairos del austriaco Bernhard Gander (Lienz, 1969), tiene algo de todo ello, desde su vigoroso ataque orquestal, efectivo que aporta lo más complejo y múltiple a una página construida a base de impulsos, en la que lo más estático lo aportan los solistas de acordeón y fiscorno, mientras que la orquesta los arrastra a un frenesí de lógica mecánica. Hay en este mecanismo ecos de la cultura pop y del jazz, especialmente en el viento-metal, junto con una escritura para cuerdas, en algunos de los compases finales, que podría remitir a una de las influencias reconocidas en Gander: Iannis Xenakis. Es ésta una impronta que cobrará más fuerza en otras páginas, y que, tal y como dejamos constancia en su día en el primer disco para Kairos (0012682KAI) de Gander [leer reseña], impregna su catálogo de una pluralidad estilística que es fusión paradigmática de lo culto y lo popular, en sus piezas asimilados en una síntesis que supera prejuicios y barreras de géneros y/o estilos. Otra de las técnicas que dirty angel pone sobre la mesa es la cita, recurso habitual en el catálogo de Gander, donde numerosas partituras dialogan entre sí, tomando prestamos entre ellas, que posteriormente desarrollan y proveen para otras páginas. De este modo, dirty angel expande material procedente de la camerística Bunny Games (2006), ya comentada en Mundoclasico.com en su día; mientras que Bunny Games, a su vez, cita la Sonata en Sol mayor K 348 de Domenico Scarlatti. Producto de esta interconexión de citas es la progresiva deconstrucción de las mismas en una red intrincada que las hace irreconocibles, dispersas, ¿monstruosas?; de modo que mientras que en Bunny Games ésta aún se reconoce, en dirty angel se ha desdibujado por completo. Tal y como señala Axel Petri-Preis, esta recurrencia a la cita transformada se percibe en más piezas de este disco: entre wegda! (2011) y khul (2010); o entre la propia khul y lovely monster (2009). horribile dictu (2007) también juega con esta técnica, haciendo referencia a los modismos y clichés de las bandas sonoras de las películas de terror. Tales citas no son siempre obvias, y en ocasiones se vuelven mensajes crípticos prácticamente irreconocibles a no ser sobre el papel, como en el uso de frases retrogradadas, cual mensajes invertidos que convierte una partitura en espejeo de otra.
horribile dictu es otro ejemplo de la permeabilidad de Gander hacia los imaginarios populares, al construir el palimpsesto textual de esta pieza para voces, cuerdas y trombones a partir de guiones de películas de terror; género fílmico al que el austriaco dedica su pieza, con cintas como Saw (2004) entre sus más directas referencias. Sería otro ejemplo más de la cita, del proceso de montaje que son sus partituras, en este caso a un nivel lingüístico. Lo era, de igual modo, la presencia del Libro de las Revelaciones en dirty angel, a la que proveía de estructuras numéricas para la organización de diversos parámetros de la pieza. lovely monster también se abisma al Libro de las Revelaciones, aunque de una forma sorprendente (sorpresa menor, en un compositor como Gander): a través de una cita de la canción Number of the Beast, de Iron Maiden, en la que se recoge el texto del Apocalipsis de San Juan. A todo este marasmo de influencias se suma, en lovely monster, la del antes citado Xenakis, que dota de una fuerza a la orquesta muy poderosa, con las oleadas y los tsunamis orquestales característicos del griego, con sus furibundos ataques de metal y una fragmentación en divisi de los efectivos instrumentales que crean una pluralidad pasmosa. The Prisoner, otra canción de Iron Maiden, presenta un segundo tema que se acaba acercando al primero, estableciendo un proceso de búsqueda y encuentro a través de sus respectivas métricas, cuyos ritmos se acaban fundiendo. Así pues, bajo toda esa densa maraña de referencias y alusiones a lo monstruoso, Gander conforma dos monstruosidades que identifica con lo femenino y lo masculino, cuyas identidades hace confluir; es decir, una fábula amorosa bajo un rostro (per)turbador.
Si a nuestra primera reseña de Gander en Kairos la titulamos «Orgía de influencias cotidianas», parece que a schöne worte (2007) le podríamos volver a aplicar el sustantivo, pues el propio compositor habla de una «orgía de insultos» a partir de un texto ficticio que recoge en la dicción y en el ritmo influencias del rap, aunque tan sólo sea como alfaguara prosódica, pues la partitura está escrita para cuarteto con piano. Esa presencia de lo verbal (unida a la antes mencionada fertilización de lo popular) está también presente en un cuarteto de cuerda de cercana sonoridad: khul, cuyo título resulta de reordenar las letras del nombre del superhéroe Hulk. Tal y como ya habíamos visto en su día en la pianística Peter Parker (2004), esos referentes provenientes del mundo del cómic brindan a Gander caracteres que mueven su partitura, textos que sugieren un estado, un ataque, una disposición anímica. En el caso de khul, las energías y lo gestual adquieren gran peso, a través de técnicas extendidas que configuran un manejo de las fuerzas y la presión más física sobre los instrumentos.
wegda! (2011), una de las piezas más interesantes de este compacto, trata otra monstruosidad no menor: las políticas y políticos de nuestro tiempo; de forma más concreta, la persona y los discursos de la conservadora Maria Fekter, ministra austriaca de finanzas, a través de sus proclamas contra la entrada y reparto de refugiados en la Unión Europea (a lo que podríamos sumar sus muy insolidarias declaraciones sobre los países de la Eurozona afectados (inducidos) más cruelmente por la crisis). En sus cuatro secciones, Gander aplica al palimpsesto textual que recopila de foros de internet y entrevistas con políticos unos procedimientos instrumentales derivados de otras de sus piezas sobre la monstruosidad, con lo cual, a medida que avanza el discurso de la soprano (con improntas del sprechgesang y la deconstrucción silábica lachenmanniana), éste se torna obsesivo, egocéntrico, esperpéntico y monstruoso. De este modo, los supuestos ángeles (ángeles terribles, que diría Rilke) custodios del orden y la razón son desenmascarados, su lenguaje se desvela en toda su machacona y cerril plenitud, abierta en canal la (i)lógica que los sostiene: la cerrazón y el minifundio de sus ideologías. Toda una apuesta y denuncia política, por tanto, en un compacto cuyas dramaturgias en otros momentos discurren por derroteros que podrían parecernos, cuando menos, a años luz de distancia (si es que no concebimos a todos esos superhéroes como combatientes sin tregua de monstruos no menores -aunque uno, bastante alejado de sus paginas, siempre ha visto en esas historietas más de rancia moral capitalista que otra cosa-).
La interpretación de todo este monstruario es soberbia, con algunos de los más sólidos referentes de la música actual, como los Neue Vocalsolisten, los Arditti, el Ensemble Resonanz, o las orquestas de las radios de Berlín y Viena, bajo las batutas de Titus Engel, Péter Eötvös y Susanna Mälkki. Cualquiera de sus lecturas es ejemplar y reveladora, de una gran fuerza expresiva y soberbia técnica. Las tomas sonoras son magníficas, también precedentes de radios alemanas y austriacas, lo cual se agradece en estas obras de tan compleja y saturada sonoridad. El libreto contiene un interesantísimo ensayo de Axel Petri-Preis, además de biografías, numerosas fotos y fragmentos de partituras.
Este disco ha sido enviado para su recensión por el Kairos
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