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Una vanguardia de Franco, de o
Redacción
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El día 22 se inició con la conferencia de Víctor Nieto Alcalde sobre Historia del Arte y tópicos nacionalistas en el período de la autarquía, un minucioso análisis de la contaminación y presiones ambientales del franquismo sobre los estudios españoles sobre Historia del Arte hasta fechas recientes. Partiendo de los estudios clásicos sobre historia y estética del arte español publicados entre 1941 y 1953, Nieto Alcalde iluminó el uso por diversos autores de los tópicos del discurso franquista: (Imperio, Felipe II, El Escorial) y la configuración de la teoría del Arte Imperial que defendía la existencia de una "esencia invariable del arte nacional" (Camón, El arte desde su esencia, 1940). Este arte entendido como alma de una colectividad tendría sus mejores expresiones en el estilo plateresco [Camón, La arquitectura plateresca, 1945] y en las expresiones del casticismo (Chueca Invariantes castizos de la arquitectura española, 1947) mientras que se rechazaba el mudéjar por su aspecto. La defensa del neoplateresco como estilo nacional es una muestra de la influencia de la ideología del momento. En palabras de Nieto Alcalde: "El discurso de Camón no era político, pero sus interpretaciones de la historia del arte español son paralelas del discurso político de la época".
En referencia al informalismo pictórico de los años 50 y 60, con los que simpatizó la dictadura, la crítica del momento reivindicaba la integración del arte abstracto en la tradición esencial del arte nacional dado que partía de la "tradición española de la vanguardia" cuyo paradigma es la renovación estética de Goya (Camón: Influencia de Goya en la pintura universal, 1947) y expresaba el sentido trágico de la vida teorizado por Unamuno. Nieto Alcalde concluyó afirmando la "pregnancia de la ideología del momento a partir de modelos tomados de Menéndez y Pelayo y Unamuno".
Julián Díaz, en una ponencia no anunciada en el programa, analizó el apoyo del franquismo al apolítico arte informalista y su rechazo del constructivismo, el expresionismo, el arte geométrico, el surrealismo y todas las expresiones del arte social. La reformulación franquista de la vanguardia defiende que el abstracto es un Arte absoluto muy próximo a las pinturas rupestres de Altamira, testimonio de lo original español, y óptima expresión de un Arte humano. Julián Díaz analizó, entre otros textos, el discurso del ministro de educación Joaquín Ruiz Jiménez en la inauguración de la I Bienal de Arte Hispano-Americano (1951) en el que se reivindicaban las figuras de Isabel la Católica como modelo de mecenazgo y la de Goya como artista renovador y se reivindicaban los principios de una política artística confiada a la Iglesia Católica y al Estado frente al indiferentismo agnóstico y el materialismo totalitario. Los partidarios del Arte nuevo eran hombres de Franco, de Orden y de Cristo y el Estado ayudaría al Arte en su búsqueda de la autenticidad, una autenticidad lograda por el arte abstracto "teñido de religiosidad y españolidad". La Bienal sería una muestra del arte de los "Hijos del 36" que neutralizarían la labor negativa de la Generación del 27 y un logro de una política artística inspirada en la de Felipe IV (durante cuyo reinado se construyó el Museo del Prado).
César Velasco Morillo y Moisés Bazán de la Huerta en su comunicación libre Planteamientos estéticos y corporativos en los inicios del franquismo, presentaron una poco conocida documentación que demuestra que en los primeros años del franquismo hubo un interés político desde la Jefatura Nacional de Bellas Artes (desempeñada por Eugenio d'Ors) por el control de la función y gestión de la actividad artística que se convertiría exclusivamente en una carrera artística oficial.. La comunicación estudió los intentos de creación de una organización corporativa de artistas de estructura jerárquica que administrase un mercado español unificado del arte, una idea propuesta ya en 1935 por el falangista Jiménez Caballero en su artículo Bohemios no, cofrades.
Sin duda alguna, el tema más estudiado en las sesiones sobre arte fue el informalismo pictórico, no sólo por los conferenciantes invitados sino también por gran parte de las comunicaciones libres. Si bien el programa que fue distribuido no respondió a la actividad real del Congreso, es evidente que el estudio de la abstracción pictórica durante el franquismo es un tema de enorme atractivo para los investigadores y que el volumen de Actas del Congreso va a ser una referencia importante sobre el tema.
A pesar de que estaba anunciada la lectura de cuatro comunicaciones libres sobre cine, estas nos fueron dispersadas en tres sesiones, dos de ellas simultáneas lo que dificultó no sólo su seguimiento sino también su presentación, dado que sólo una de las salas disponía de lector de vídeos. El doblaje bajo el franquismo: el caso de Sangre y Arena de Ana Ballester Casado incluyó, antes del análisis del caso propuesto, una amplia exposición sobre la cuestión del doblaje en España, nacido en 1935 y obligatorio entre 1941-48, concluyendo que en el caso español la opción favorable al doblaje fue política y no económica, motivada por criterios censores de domesticación del texto, el analfabetismo que imposibilitaba a gran parte de la población leer los subtítulos y la defensa del español.
Maruxa Baliñas realizó en La Dolores de Florián Rey un análisis comparativo del tratamiento argumental y musical en tres películas sobre el tema: Nobleza baturra, y La Dolores de Rey y La copla de la Dolores de Perojo, para a continuación hacer un análisis filmográfico de La Dolores concluyendo que es el resultado de un equilibrio entre una forma de filmar moderna y original, derivada de la escuela soviética, y un guión atento a las exigencias de la censura franquista. No pude asistir a la lectura de Cine y censura franquista: una aproximación sociológica (1938-1958) de José Luis Plaza, por coincidir con la anteriormente citada.
Día 23: Sesión: Estética y creación musical
Se inició la sesión musical con la conferencia La herencia de la música y el pensamiento musical de Manuel de Falla en la posguerra (1940-1960) de Yvan Nommick, director del Archivo Manuel de Falla de Granada. Desde una perspectiva primordialmente documentalista,. Nommick explicó las dificultades que reviste el estudio de los procedimientos compositivos de Falla dada la costumbre del compositor de destruir los borradores de trabajo. Tras anunciar que están en curso de publicación unos interesantes materiales de Falla armonía y contrapunto, dio la noticia de una carta de Falla a Ramiro de Maeztu en la que Falla afirmaba que el remedio contra la Revolución no es el fascismo sino la justicia social. Esta carta, coincidente con otras de Falla a políticos y obispos, aporta luces sobre las causas del exilio del compositor. Finalmente, Nommick expuso algunos de los diversos modos en los que Falla influenció la música posterior concluyendo que el único caso en el que se puede hablar de plena asunción y desarrollo del lenguaje falliano es en la obra de Maurice Ohana.
Christiane Heine presentó una comunicación libre sobre El compositor madrileño Angel Martín Pompey (n. 1902), profesor de música en el madrileño Colegio Virgen del Pilar hasta la edad de 79 años, caracterizado por su profunda religiosidad y sentido del honor, del cual reivindicó su apoliticismo, proponiendo a continuación la audición de fragmentos de diversas obras de Martín Pompey.
La sonatina española de Juan José Castro: síntesis de lectura de España y el franquismo desde Argentina de Julio Ogas propuso una interpretación de la sonatina como un discurso antifranquista en la cual una importante cita de una obra de Weber funciona como referencia a la fascinación por lo germano del franquismo.
José Antonio Gómez Rodríguez leyó una síntesis de su estudio La Etnomusicología en España (1936-1956), anunció la publicación de una exhaustiva bibliografía sobre el tema, se refirió a la bipolarización Madrid-Barcelona en los estudios etnomusicológicos y dedicó atención preferente al folklore en el CSIC en la época en la que su sección musical estaba dirigida por Higinio Anglés.
Miguel Angel Berlanga Fernández estudió el caso concreto de la estilización y homogeneización del fandango en El uso del folklore en la Sección Femenina: el caso de Granada.
Finalizó la mañana con La producción musical de Valentín Ruiz Aznar entre 1935 y 1960, un trabajo de análisis musical presentado por Francisco Ruiz Montes y Manuel Francisco Martín Bueno sobre la obra del maestro de capilla de la catedral granadina y corresponsal de Manuel de Falla.
Los actos del día 23 fueron interrumpidos a las 12 para asistir a una concentración en los jardines de la Facultad de Filosofía y Letras, en protesta por el atentado del día anterior en Vitoria, provocado por la banda terrorista ETA.
En referencia al informalismo pictórico de los años 50 y 60, con los que simpatizó la dictadura, la crítica del momento reivindicaba la integración del arte abstracto en la tradición esencial del arte nacional dado que partía de la "tradición española de la vanguardia" cuyo paradigma es la renovación estética de Goya (Camón: Influencia de Goya en la pintura universal, 1947) y expresaba el sentido trágico de la vida teorizado por Unamuno. Nieto Alcalde concluyó afirmando la "pregnancia de la ideología del momento a partir de modelos tomados de Menéndez y Pelayo y Unamuno".
Julián Díaz, en una ponencia no anunciada en el programa, analizó el apoyo del franquismo al apolítico arte informalista y su rechazo del constructivismo, el expresionismo, el arte geométrico, el surrealismo y todas las expresiones del arte social. La reformulación franquista de la vanguardia defiende que el abstracto es un Arte absoluto muy próximo a las pinturas rupestres de Altamira, testimonio de lo original español, y óptima expresión de un Arte humano. Julián Díaz analizó, entre otros textos, el discurso del ministro de educación Joaquín Ruiz Jiménez en la inauguración de la I Bienal de Arte Hispano-Americano (1951) en el que se reivindicaban las figuras de Isabel la Católica como modelo de mecenazgo y la de Goya como artista renovador y se reivindicaban los principios de una política artística confiada a la Iglesia Católica y al Estado frente al indiferentismo agnóstico y el materialismo totalitario. Los partidarios del Arte nuevo eran hombres de Franco, de Orden y de Cristo y el Estado ayudaría al Arte en su búsqueda de la autenticidad, una autenticidad lograda por el arte abstracto "teñido de religiosidad y españolidad". La Bienal sería una muestra del arte de los "Hijos del 36" que neutralizarían la labor negativa de la Generación del 27 y un logro de una política artística inspirada en la de Felipe IV (durante cuyo reinado se construyó el Museo del Prado).
César Velasco Morillo y Moisés Bazán de la Huerta en su comunicación libre Planteamientos estéticos y corporativos en los inicios del franquismo, presentaron una poco conocida documentación que demuestra que en los primeros años del franquismo hubo un interés político desde la Jefatura Nacional de Bellas Artes (desempeñada por Eugenio d'Ors) por el control de la función y gestión de la actividad artística que se convertiría exclusivamente en una carrera artística oficial.. La comunicación estudió los intentos de creación de una organización corporativa de artistas de estructura jerárquica que administrase un mercado español unificado del arte, una idea propuesta ya en 1935 por el falangista Jiménez Caballero en su artículo Bohemios no, cofrades.
Sin duda alguna, el tema más estudiado en las sesiones sobre arte fue el informalismo pictórico, no sólo por los conferenciantes invitados sino también por gran parte de las comunicaciones libres. Si bien el programa que fue distribuido no respondió a la actividad real del Congreso, es evidente que el estudio de la abstracción pictórica durante el franquismo es un tema de enorme atractivo para los investigadores y que el volumen de Actas del Congreso va a ser una referencia importante sobre el tema.
A pesar de que estaba anunciada la lectura de cuatro comunicaciones libres sobre cine, estas nos fueron dispersadas en tres sesiones, dos de ellas simultáneas lo que dificultó no sólo su seguimiento sino también su presentación, dado que sólo una de las salas disponía de lector de vídeos. El doblaje bajo el franquismo: el caso de Sangre y Arena de Ana Ballester Casado incluyó, antes del análisis del caso propuesto, una amplia exposición sobre la cuestión del doblaje en España, nacido en 1935 y obligatorio entre 1941-48, concluyendo que en el caso español la opción favorable al doblaje fue política y no económica, motivada por criterios censores de domesticación del texto, el analfabetismo que imposibilitaba a gran parte de la población leer los subtítulos y la defensa del español.
Maruxa Baliñas realizó en La Dolores de Florián Rey un análisis comparativo del tratamiento argumental y musical en tres películas sobre el tema: Nobleza baturra, y La Dolores de Rey y La copla de la Dolores de Perojo, para a continuación hacer un análisis filmográfico de La Dolores concluyendo que es el resultado de un equilibrio entre una forma de filmar moderna y original, derivada de la escuela soviética, y un guión atento a las exigencias de la censura franquista. No pude asistir a la lectura de Cine y censura franquista: una aproximación sociológica (1938-1958) de José Luis Plaza, por coincidir con la anteriormente citada.
Día 23: Sesión: Estética y creación musical
Se inició la sesión musical con la conferencia La herencia de la música y el pensamiento musical de Manuel de Falla en la posguerra (1940-1960) de Yvan Nommick, director del Archivo Manuel de Falla de Granada. Desde una perspectiva primordialmente documentalista,. Nommick explicó las dificultades que reviste el estudio de los procedimientos compositivos de Falla dada la costumbre del compositor de destruir los borradores de trabajo. Tras anunciar que están en curso de publicación unos interesantes materiales de Falla armonía y contrapunto, dio la noticia de una carta de Falla a Ramiro de Maeztu en la que Falla afirmaba que el remedio contra la Revolución no es el fascismo sino la justicia social. Esta carta, coincidente con otras de Falla a políticos y obispos, aporta luces sobre las causas del exilio del compositor. Finalmente, Nommick expuso algunos de los diversos modos en los que Falla influenció la música posterior concluyendo que el único caso en el que se puede hablar de plena asunción y desarrollo del lenguaje falliano es en la obra de Maurice Ohana.
Christiane Heine presentó una comunicación libre sobre El compositor madrileño Angel Martín Pompey (n. 1902), profesor de música en el madrileño Colegio Virgen del Pilar hasta la edad de 79 años, caracterizado por su profunda religiosidad y sentido del honor, del cual reivindicó su apoliticismo, proponiendo a continuación la audición de fragmentos de diversas obras de Martín Pompey.
La sonatina española de Juan José Castro: síntesis de lectura de España y el franquismo desde Argentina de Julio Ogas propuso una interpretación de la sonatina como un discurso antifranquista en la cual una importante cita de una obra de Weber funciona como referencia a la fascinación por lo germano del franquismo.
José Antonio Gómez Rodríguez leyó una síntesis de su estudio La Etnomusicología en España (1936-1956), anunció la publicación de una exhaustiva bibliografía sobre el tema, se refirió a la bipolarización Madrid-Barcelona en los estudios etnomusicológicos y dedicó atención preferente al folklore en el CSIC en la época en la que su sección musical estaba dirigida por Higinio Anglés.
Miguel Angel Berlanga Fernández estudió el caso concreto de la estilización y homogeneización del fandango en El uso del folklore en la Sección Femenina: el caso de Granada.
Finalizó la mañana con La producción musical de Valentín Ruiz Aznar entre 1935 y 1960, un trabajo de análisis musical presentado por Francisco Ruiz Montes y Manuel Francisco Martín Bueno sobre la obra del maestro de capilla de la catedral granadina y corresponsal de Manuel de Falla.
Los actos del día 23 fueron interrumpidos a las 12 para asistir a una concentración en los jardines de la Facultad de Filosofía y Letras, en protesta por el atentado del día anterior en Vitoria, provocado por la banda terrorista ETA.
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