DVD - Reseñas

La que es de hielo es la otra

Enrique Sacau
jueves, 21 de febrero de 2002
Madama Butterfly, ópera en tres actos de Giacomo Puccini sobre libretto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica. Representación en el Teatro alla Scala de Milán (1986). Dirigida por Keita Asari. Escenografía de Ichigo Takada; vestuario de Hanae Mori. Dirección de video de Derek Bailey. Elenco: ´Cio-Cio-San´: Yasuko Hayashi, ´Suzuki´, Hak-nak Kim, ´Teniente B. F. Pinkertom´: Peter Dvorksy, ´Kate Pinkerton´: Anna Caterina Antonacci, ´Sharpless´: Giorgio Zancanaro, ´Goro´: Ernesto Gavazzi, ´Yamadori´: Arturo Testa, ´Bonzo´: Sergio Fontana, ´Yakusidé´: Claudio Giombi. Coros y orquesta del Teatro alla Scala. Director musical: Lorin Maazel. Producción del Ente Autonomo Teatro alla Scala, Radiotelevisione Italiana y RM Arts. Formato de sonido: PCM Stereo; Formato de imagen: 4:3; Códigos de región: 2, 5 y 6; Subtitulada en alemán, francés e inglés. Duración: 144 minutos. DVD Arthaus Music 100 110.
0,0287535 La que es de hielo es Turandot, pero Cio-Cio San no, por Dios, no. Pero no solamente tiene Yasuko Hayashi la culpa del escaso interés de este DVD, puesto que naufraga por todas partes, salvo por una: Lorin Maazel.El director plantea desde el principio un discurso vivaz, sensual, preciso y flexible, ajustado a la evolución dramática de Madama Butterfly y perfectamente comprensible. Además, facilita con la claridad de su batuta la labor a los cantantes, por otra parte, muy por debajo de las excelencias del consagrado maestro.No contribuye al éxito la producción escenográfica de Ichiro Takada, orientalista, aburrida, aburrida y aburrida. No solamente carece de coherencia teatral, sino que naufraga en una lentitud rayana en el sopor. Los actores no están bien dirigidos y toda la fuerza dramática de la espera se diluye en la bruma de una poco interesante iluminación. La misma línea sigue el vestuario de Hanae Mori.La Hayashi canta una Cio-Cio San seca y lejana de la más remota credibilidad. Si escuchan Un bel dì vedremo, verán que no asoma de su rostro ni la más mínima expresión y que su canto fluye mecánico e insulso. Ni espera ardorosa a Pinkerton, ni presiente lo peor engañándose con el aria ni nada de nada. Lo mismo sucede con la escena final (Tu, Tu, Piccolo Iddio) en la que parece más dispuesta a arrancarse un callo que a clavarse en realidad la daga en su pecho. Vocalmente está poco templada, no está sobrada de fiatto y su afinación en el grave es, cuando menos, dudosa.No sucede así con Peter Dvorsky, un cantante de muchos medios que demuestra en esta grabación muy poco cuidado. Aunque frecuentemente triunfa en papeles similares, se perciben unas durezas en la emisión que no le son propias y una completa falta de gusto y matices. No está mal, pero no convence ni de lejos.Lo mejorcito es el Sharpelss de Zancarano, de noble fraseo e intensa emoción. Atención a quien canta el secundario papel de Kate Pinkerton: Antonacci, ni más ni menos. Sucede aquí como en la Tosca de Colin Davis cuyo pastor del tercer acto está cantado por Ann Murray, o la Turandot de Chailly en San Francisco con Caballé y Pavarotti -en mi opinión, la mejor opción de Turandot en Compacto-, en que una de las damas de la princesa de hielo es Carol Vannes.En fin, con este DVD toca aburrirse y se rompe la larga racha de éxitos que hemos comentado en esta sección.
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