Discos
Serebrier, la Royal Philharmonic y Hollywood
Juan Carlos Tellechea
Entre los innumerables tesoros de la Royal Philharmonic Orchestra de Londres llevados al disco compacto figura ahora esta joya: música de la época de oro de Hollywood, entre 1938 y 1975, exquisitamente interpretada bajo la batuta del renombrado director y compositor uruguayo José Serebrier.
A lo largo de más de 150 minutos el oyente repasa mentalmente imágenes de filmes como Lo que el viento se llevó, Las aventuras de Robin Hood, Casablanca, Vértigo, Taxi Driver, El Padrino; mientras disfruta de brillantes composiciones de autores como el húngaro Miklós Rósza (1907 - 1995), los estadounidenses Jerome Moross (1913 - 1983) y Bernard Herrmann (1911 -1975) o el austríaco Max Steiner (1988 - 1971), creador de la suite de Casablanca, entre otras célebres piezas.
Wagner y Rósza
Rósza, situado dentro de la tradición postromántica y con un desbordante poder melódico, contrapuntístico y cromático propio de la tradición musical húngara, escribió Concerto (incluído en el CD 1), fantasía para piano (solista: Roderick Elms) y orquesta (en un único movimiento) del filme de suspense Spellbound (1945) (en Iberoamérica: Cuéntame tu vida; en España: Recuerda) de Alfred Hitchkock (1899 - 1980), con Ingrid Bergman (1915 - 1982) y Gregory Peck (1916 - 2003).
Munido de una suntuosa orquestación, Rósza hizo también la música (mismo CD) de Ben-Hur (1959), la varias veces laureada (11 Oscar, 3 Golden Globe) megaproducción de William Wyler (Mülhausen/Alsacia, entonces Imperio Alemán, 1902 - Los Ángeles, 1981) con Charlton Heston (1923 - 2008), Stephen Boyd (1931 - 1977) y Hugh Griffith (1912 - 1980).
En definitiva, los postulados de Richard Wagner (1813 - 1883) sirven a este compositor de punto de partida en su forma de abordar la música cinematográfica, con el uso del leitmotiv para personajes y situaciones (verbigracia, El desfile de los aurigas, de Ben-Hur), así como la melodía contínua; un estilo que llevó al género a una profundidad musical extraordinaria y, en gran medida, a altísimos niveles no superados.
Dirección
Serebrier (8 premios Grammy y más de 44 nominaciones para este galardón) dirige a la Royal Philharmonic de forma muy precisa, clara, con entrega, estrictamente ceñido a la partitura original, transmitiendo singularmente enorme emoción al oyente. Los dos CD, grabados en calidad DDD (todas las grabaciones, tanto la inicial como la de la salida de la mezcla y la masterización son digitales) en 2005 y 2007, respectivamente, suenan excelentemente bien.
El primero abre con el tema principal, compuesto por Jerome Moross, del inolvidable The Big Country (1958) (Horizontes de grandeza), también de Wyler, con Gregory Peck, Jean Simmons (1929 - 2010), Charlton Heston y Carroll Baker (1931); y cierra con la obertura de Elmer Bernstein (1922 - 2004) para el filme The Magnificent Seven (1960) (Los siete magníficos o Siete hombres y un destino), de John Sturges (1910 - 1992), con Yul Brynner (1920 - 1985), Steve McQueen (1930 - 1980), Charles Bronson (1921 - 2003) y James Coburn (1928 - 2002), entre otros, una inteligente reelaboración de Los siete samuráis (1954), de Akira Kurosawa (1910 - 1998).
Horizontes de grandeza
Moross, cuyo referente inequívoco es Aaron Copland (1900 - 1990), logra en Horizontes de grandeza una de las mejores músicas de western que hayan sido escritas; un clásico, un hito en la historia del cine, llevado con ritmo infernal por la Royal Philharmonic bajo la direción del maestro Serebrier; excelentes los vientos (metales) y las cuerdas, resaltando los elementos de libertad y grandeza que muestra el filme con sus bucólicos parajes en medio de vastos escenarios naturales.
Bernstein, discípulo de Copland y de Moross, formado en la Julliard School y en la Universidad de Nueva York, (autor asimismo de la música de El hombre del brazo de oro (1955) y de Los diez mandamientos, 1956), consiguió en esta dinámica obertura evocar vívidamente las imágenes de Los siete magníficos defendiendo a un pequeño poblado mexicano cerca de la frontera con Estados Unidos contra el asedio de una banda de malhechores.
Contrastes
Pero en el CD 2, con la suite de To Kill a Mockingbird (1962) (Matar a un ruiseñor), de Robert Mulligan, con Gregory Peck y basada en la novela de Harper Lee (Pulitzer 1961), Bernstein alcanza un enorme contraste con la partitura del célebre western, elaborando melodías muy tiernas y simples, para las que utiliza deliberadamente piano, percusión y arpa a fin de sugerir el inocente mundo infantil que trata de entender la conducta de los mayores.
Casablanca
De Max Steiner (Viena, 1888 - ídem, 1971), padre de la música de cine y del sinfonismo clásico estadounidense, escuchamos (CD 1) la suite de Casablanca (1942), de Michael Curtiz (1886 - 1962), con Humphrey Bogart (1899 - 1957) e Ingrid Bergman; el tema de Tara, de Gone With The Wind (Lo que el viento se llevó) (1939), de Victor Fleming (1889 - 1949), George Cukor (1899 - 1983) y Sam Wood (1883 - 1949), con Clark Gable (1901 - 1960), Vivien Leigh (1913 - 1967), Leslie Howard (1893 - 1943) y...la venerable Olivia de Havilland (Tokio, 1916), quien cumplirá 100 años el próximo 1 de julio y es la última sobreviviente de este filme); así como (CD 2) la contagiosa marcha de The Cain Mutiny (1954) (El motín del Caine), de Edward Dmytryk (1908 - 1999), con Humphrey Bogart, José Ferrer (1912 - 1992), Van Johnson (1916 -2008 ), Fred Mac Murray (1908 - 1991) y Lee Marvin (1924 - 1987).
Serebrier conduce a la Royal Philharmonic con gran refinamiento, soltura y autenticidad. Si bien la orquesta ha grabado múltiples bandas sonoras de famosos filmes, no ha sido este el caso con ninguno de los fragmentos aquí presentados. Pero, bajo la ajustada dirección del compositor uruguayo suenan como si la propia RPO los hubiera ejecutado originalmente.
Steiner, precursor de la marca característica del cine de Hollywood, de la música enmarcadora e invisible, capaz de potenciar de forma significativa el sentido de las imágenes cinematográficas, merece aquí un capítulo aparte y un lugar privilegiado entre los compositores de música para películas. Entre sus numerosos logros tiene el de haber sido el creador de los leit motiv (temas principales) utilizados para la asimilación de los distintos personajes, incidentes u objetos inanimados presentados en las cintas, técnica que marcaría el derrotero de la banda sonora a partir de 1929/1930.
Sonido Steiner
El comienzo de la carrera de Steiner en la pantalla grande se produjo en pleno éxtasis por el cine musical, tras el nacimiento del sonoro (1927). Primero, trabajó para los míticos estudios RKO (Radio- Keith-Orpheum) Pictures Inc. (el primer encargo fue la comedia musical Rio Rita (1929) que había dirigido en Broadway); después para la Warner Bros., donde escribiría toda su obra hasta 1954 (con excepción de Intermezzo (1939), de Gregory Ratoff (1897 - 1960), para United Artists; y Lo que el viento se llevó, para la Metro Goldwyn Meyer & Selznick). Precisamente este filme de Fleming, Cukor y Wood es preconizador del fin del sinfonismo clásico, pero al mismo tiempo su máxima expresión. En la Warner el compositor austríaco pasó la etapa más extensa de su vida creativa, durante la que cultivó al máximo su genuino sonido Steiner, con predominio de las cuerdas; tímbricamente de inconfundible estilo europeo. Su elegante melodía se convirtió en un referente de la música de cine y entre sus géneros más significativos figuran el melodrama, el western, el romántico (verbigracia Casablanca), la aventura y el policíaco.
En 1932 Steiner revolucionaría el sistema de fusión entre sonido e imagen con su partitura de La melodía de la vida, de Gregory La Cava (1892 - 1952), la primera cinta de la historia en la que se escucha música de fondo durante los diálogos. Steiner tuvo una prolífica y magnífica trayectoria en Hollywood arreglando y componiendo música para más de 300 películas. Ganó sendos premios Oscar en 1935 por la música de El delator, de John Ford (1894 - 1973), La extraña pasajera (1942), de Irving Rapper (1898 - 1999), y Desde que te fuiste (1944), de John Cromwell (1887 - 1979), y fue nominado en otras 20 oportunidades por la Academia Cinematográfica de Hollywood.
Hitchcock y Herrmann
Otro apartado especial merece asimismo la música de Bernard Herrmann, un autor de fuerte e indomable personalidad, famoso por su cooperación con Orson Welles (1915 - 1985), de cuyo clásico Citizen Kane (1941) (Ciudadano Kane) fue incluído aquí el sugerente preludio y el impresionante final; así como su labor con Alfred Hitchcock (1899 - 1980), con quien se complementaba muy bien y con quien alcanzó un punto culminante de su cratividad en el lirismo de Vertigo (1958) (Vértigo, de entre los muertos), una de sus más célebres partituras.
La Royal Philharmonic interpreta aquí magistralmente, bajo la conducción de Serebrier, el Prelude, The Nightmare y la Scene d'Amour de esta obra que el propio Hitchcock considerara una historia de amor en extraña atmósfera y no un filme policíaco. También el fandango percusivo de North by Northwest (1959) (Con la muerte en los talones), y la lacerante violencia de los violines de Psycho (1960) (Psicósis), simulando los cuchillazos de la impactante escena de la ducha, figuran entre los temas seleccionados para esta serie.
Inagotable
Los dos compactos, entretanto ya best sellers, reúnen una fascinante selección de autores y composiciones que distinguieron a la inagotable fuente de creaciones del arte cinematográfico de la época de oro de Hollywood; verbigracia, del genial compositor de la ópera La ciudad muerta (1920) Erich Wolfgang Korngold (1897 - 1957) escuchamos la Suite: cuarto movimiento - La lucha, victoria y epílogo de Las aventuras de Robin Hood (1938), de Michael Curtiz y William Keighley (1889 - 1984), con Errol Flynn (1909 -1959) y Olivia de Havilland; así como el tema principal de The Sea Hawk (1940) El halcón del mar), del mismo director y actor protagonista. Korngold, junto a Steiner, uno de los padres de la composición musical cinematográfica en Hollywood, se distinguía de éste, entre otros aspectos, por haber sido el precursor de la música con entidad propia que al establecer un vínculo de unión con las imágenes crea un nuevo significado.
Korngold ganó su segundo premio Oscar por la música de Robin Hood (pese a que odiaba esta composición que realizó mientras se mudaba de Austria a Estados Unidos, huyendo de los nazis), dos años después de haber obtenido por vez primera esa distinción de la Academia con la partitura de Anthony Adverse (1936) El caballero Adverse, de Mervyn LeRoy (1900 - 1987), con Frederic March (1897 - 1975) y Olivia de Havilland.
Tiomikin, Waxman, Addinsell y Rota
Otros compositores de esta pléyade fueron el ruso-ucraniano Dmitri Tiomkin (1894 - 1979), formado en el Conservatorio de San Petersburgo, de quien se grabaron aquí los temas principales de Dial M For Murder (1954), La llamada fatal, de Hitchcock, con Ray Milland (1907 - 1986) y Grace Kelly (1929 - 1982), y Los cañones de Navarone (1961), de John Lee Thompson (1914 - 2002), con Gregory Peck, David Niven (1910 - 1983) y Anthony Quinn (1915 - 2001); y Richard Addinsell (1904 - 1977), de gran popularidad con su Concierto de Varsovia (piano: Roderick Elms), compuesto para el personaje principal (que dió vida Anton Walbrook) de la película Dangerous Moonlight (1941) (Luna de miel en Varsovia), de Brian Desmond Hurst (1895 - 1986), primera composición para el cine tocada en conciertos de música clásica y que sería reutilizada para el filme Lobos marinos (1980), de Andrew Victor McLaglen (1920 - 2014), con Gregory Peck, Roger Moore (1927), David Niven, Barbara Kellerman (1949) y Trevor Howard (1913 - 1988).
Además, uno de los nombres más relevante de la edad de oro de Hollywood con un sonido cautivador y vibrante, así como de estilo inquietante y romántico, Franz Waxman (1906 - 1967) con la suite de Sunset Boulevard (1950), de Billy Wilder (1906 - 2002), con William Holden (1918 - 1981) y Gloria Swanson (1899 - 1983), y la suite de A Place in the Sun (1951) (saxofón alto: Jamie Talbot), de George Stevens (1904 - 1975), con Montgomery Clift (1920 - 1966), Elizabeth Taylor (1932 - 2011) y Shelley Winters (1920 - 2006).
Por último, escuchamos aquí del compositor de mayor prestigio en la música de cine europea, Nino Rota (1911 - 1979) --cuya labor con Federico Fellini (1920 - 1993) fue una de las más duraderas y creativas de la historia del cine-- los temas (Oscar 1974) de El padrino (1972), la mejor película y la más aclamada internacionalmente de Francis Ford Coppola (1939), con Marlon Brando (1924 - 2004), Al Pacino (1940), Diane Keaton (1946), James Caan (1940) y Robert Duvall (1931) que cierran el CD 2 y la presente edición de la Royal Philharmonic Orchestra.
Gran ausente
Echamos en falta las composiciones para los filmes del formidable Charles Chaplin (1889 - 1977), quien sin escribir música tarareaba o silbaba melodías sencillas con potente fibra emocional que otros se encargaban de orquestar: Luces de la ciudad (1931), cuya inspiración e hilo conductor fue La violetera, del español José Padilla (1889 - 1960) que ganó un prolongado pleito en Francia (donde residía) para que fuera reconocida su autoría y figurara así junto al director británico en los créditos de la película; Tiempos modernos (1936), con la popular e inolvidable Smile (interpretada por innumerables artistas posteriormente, entre ellos Nat King Cole); y Candilejas (1952), orquestada por Ray Rasch y Larry Russell, considerada una de las mejores partituras de la historia del cine (Oscar 1973), entre otras de las múltiples musicalizaciones de Chaplin para sus producciones.
Pero como ocurre muy frecuentemente en el ámbito comercial, el programa grabado en estos discos compactos fue realizado por la gerencia de la Royal Philharmonic de Londres en coordinación con sus expertos en mercadeo, y por esa razón muchos temas y autores, entre ellos Sir Charles, quedaron finalmente fuera, confirmando una vez más aquello de que nadie es profeta en su tierra.
Londres y Montevideo
El pasado miércoles 4 de noviembre de 2015 Serebrier dirigió por primera vez en vivo este programa al frente de la RPO en un concierto que tuvo lugar en el Royal Albert Hall de Londres con gran éxito y a sala colmada. El director uruguayo piensa repetirlo y complementarlo con otras composiciones para cine, incluso dos obras suyas, en un recital que tendrá lugar el martes 28 de junio próximo en el histórico Teatro Solís de Montevideo y que se titulará La edad de oro de Hollywood y el Hollywood de hoy, a beneficio de las obras de remozamiento de ese prestigioso escenario.
Serán incluídas además en ese concierto la música de John Williams (1932) para La lista de Schindler (1993), de Steven Spielberg (1946), con la solista Elmira Darvarova (ex concertino de la Metropolitan Opera de Nueva York); temas de John Powell (1963) para Rio 2 (2014), de Carlos Saldanha (1968), cuya banda sonora grabó Serebrier; la música compuesta por este maestro uruguayo para el filme The Star Wagon (1966), de Karl Genus (1918 - 2003), con Dustin Hoffman (1937) en uno de sus primeros papeles; y Música para un filme imaginario que escribió también Serebrier para una cinta de la India que iba a ser rodada en 2009, pero finalmente no se realizó debido a una prolongada huelga de trabajadores en Bollywood en pos de mejores salarios.
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