Artes visuales y exposiciones
Oskar Schlemmer en Wuppertal
Juan Carlos Tellechea
El selecto Museo von der Heydt de Wuppertal presenta 230 obras del pintor Oskar Schlemmer, uno de los más destacados maestros de la centenaria escuela de arte y diseño Bauhaus. La muestra, titulada Oskar Schlemmer – Komposition und Experiment – Das Wuppertaler Maltechnikum (Oskar Schlemmer – Composición y experimento – Escuela técnica de pintura de Wuppertal), se extiende desde el 3 de noviembre al 23 de febrero de 2020.
Comisariada por la subdirectora en funciones del museo, la historiadora de arte Antje Birthälmer, la exhibición, si bien centrada en su período tardío, reúne creaciones de todas las fases de la carrera de este artista polifacético, también muralista, grabador, escultor y escenógrafo, nacido el 4 de septiembres de 1888 en Stuttgart y fallecido el 13 de abril de 1943 en Baden-Baden.
Las pinturas de Schlemmer de llamativos colores, representan a menudo figuras humanas posicionadas en el espacio. Los nazis del régimen antisemita y genocida de Adolf Hitler (1933 – 1945) difamaron sus cuadros calificándolos de arte degenerado. La prohibición que pesaría sobre él para exponer dificultó aún más su situación financiera. Sin embargo, el pintor fue empleado por el fabricante de pinturas y barnices Dr. Kurt Herberts, de Wuppertal, a partir de 1940 y pudo continuar trabajando en secreto con Willi Baumeister (su mejor amigo, confidente y a la vez competidor) y con Franz Krause, entre otros artistas.
En la fábrica se encargaría de proyectos de investigación (ensayaría el empleo de barnices y lacas en la creación artística) y en su última etapa Schlemmer propondría nuevas ideas, bocetos y maravillosos estudios para murales y objetos, así como para la pintura y el ballet. En Wuppertal diseñaría el famoso Lackkabinett y el Lackballett y entre sus últimos trabajos surgirían los Fensterbilder, 18 en total, de pequeño y mediano formato. Sin embargo, antes de que Schlemmer pudiera madurar este estilo, fallecería a consecuencias de un infarto de miocardio en Baden-Baden.
En cinco salas son presentadas además obras de otros pintores de su etapa (1920 – 1929) en la Bauhaus (1919 – 1933), como Vassily Kandinsky, Laszlo Moholy-Nagy, Paul Klee o el mismo Baumeister. Asimismo se exponen óleos de la inmensa colección del museo, entre ellos de Pablo Picasso, Georges Braques, Lyonel Feininger, Otto Mueller, Johannes Itten, Georges Seurat, Gustave Courbet y Paul Cézanne. Un par de coleccionistas privados y el Kunstmuseum de Stuttgart cedieron también obras para esta exhibición.
Picasso y Klee fueron admirados por Schlemmer en su etapa cubista. Los trabajos de Picasso, experimental hasta la locura, lo estimulaban, pero en Klee encontró siempre lo que buscaba. ¡Con una mínima línea puede revelarnos tanta sabiduría!!!, escribíría Schlemmer, del uno y del otro en sus anotaciones.
La conmemoración de la Bauhaus, fundada por el arquitecto Walter Gropius en 1919 y cuyas ideas, obras y diseños siguen aún vivos, es motivo más que suficiente para que el Museo von der Heydt le dedique una exposición a Oskar Schlemmer, uno de sus más importantes representantes.
La pinacoteca de esta institución posee un total de 300 pinturas y dibujos de Schlemmer. Una de las más imponentes obras de este período es su Zwölfergruppe mit Interieur (1930) (Grupo de doce personas con interior).
Presionada por los nazis, en 1925 la Bauhaus se tuvo que mudar de Weimar (Turingia) a Dessau (Sajonia-Anhalt). A partir de entonces Schlemmer asumiría también la jefatura de la sección escenografía de la escuela, labor que lo haría famoso en Alemania y en todo el mundo. En 1929 fue inaugurado el renombrado Museo Folkwang, de Essen, con una primera versión de los murales de Schlemmer para el Brunnenraum (el patio de la fuente), de la citada institución, que serían terminados e instalados en noviembre del año siguiente.
A finales de la década de 1930, la pintura de Oskar Schlemmer alcanzaría gran auge. En tres años pintaría cerca de 50 cuadros. Aumentaría en sus telas asimismo el número de figuras humanas. En 1929 concluyó su relación con la Bauhaus y pasó a enseñar en la Academia Estatal de Arte y Artes aplicadas de Breslau/Silesia (hoy Wroclaw/Polonia), cerrada en 1932.
Ese mismo año pasó a las Escuelas Unidas de Arte y Artes Aplicadas de Berlín (en la que permaneció por muy poco tiempo también por el ascenso del nazismo al poder), y ya en su apogeo artístico, pintó su cuadro de gran formato Bauhaustreppe (Escalera de Bauhaus) su obra más célebre, inspirada en la escalera del edificio de la Bauhaus en Dessau, un clásico moderno perteneciente hoy al Museum of Modern Art de Nueva York. En este óleo se vuelve a abordar el significado del ser humano y del espacio circundante, aunque en la oportunidad haciendo énfasis en las perspectivas de futuro de estas personas.
Poco antes, Schlemmer había tenido que presenciar cómo algunos de sus murales en Weimar habían sido destruidos en 1930, repintados con otros motivos, por instigación del inicuo arquitecto nazi Paul Schultze-Naumburg. Los frescos de Schlemmer desaparecieron así de las paredes de los talleres de Bauhaus, difamados por la barbarie nazi como arte degenerado.
Cuando Schlemmer visitó París en 1930, para participar en la exposición del Werkbund (una asociación mixta de arquitectos, artistas e industriales, fundada en 1907 y precursora de la Bauhaus), nacía el grupo constructivista Cercle et carré, lamentablemente de efímera vida (1930 – 1931), fundado por Augusto Torres García y Michel Seuphor. No hay información de que Schlemmer se hubiera integrado a este movimiento, pero estaba relacionado con varios de sus miembros, entre ellos, Gropius, Max Ernst, Kandinsky, Baumeister, Jean Arp y su mujer, Sophie Taeuber-Arp, y Kurt Schwitters. Con Schwitters, en su fase dadaísta, y con Walter Dexel, en la suya constructivista, expondría también obras.
La Ciudad Luz fue para Schlemmer altamente inspiradora. El Ballet Triádico (presentado por primera vez una década antes en Stuttgart) sería estrenado allí en 1932. En ese tiempo asumiría el diseño escenográfico para las obras de los compositores Ígor Stravinski (Renard/Zorro, y Le Rossignol/El ruiseñor) y Arnold Schönberg (Die glückliche Hand/La mano bendecida que sería estrenada en la Kroll-Oper de Berlín), e intervendría en numerosas exhibiciones sobre sus obras en Alemania y en el exterior.
Evocar aquí que Schlemmer, formado en la Academia de Bellas Artes de Stuttgart, pasó varios años en Berlín donde conoció los círculos artísticos de la capital alemana antes de regresar en 1913 a su ciudad natal. Después sería alumno de las clases magistrales del pintor abstracto Adolf Hölzel, uno de los pioneros alemanes de la era moderna, período en el que Schlemmer descubriría su entusiasmo por la creación de escenografías y diseñaría sus primeros bocetos para ballets.
Al comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914–1918) Schlemmer se alistó como voluntario para marchar al frente de combate. Pero, aún en servicio y en los cortos momentos de descanso que tenía, seguiría concentrándose intensamente en su pintura. Aquí se hizo evidente un cambio en su labor. Produjo entonces seis cuadros en un estilo que iba desde el figurativo al abstracto. Sus imágenes de este período estaban influidas por la abstracción de Paul Klee y por una forma propia de constructivismo.
La década de 1920 marcaría el período más creativo de Schlemmer. Tras su nombramiento por la Bauhaus asumiría allí el taller de muralismo y después los talleres de trabajos en metal y escultura. Se casaría con Helena Tutein con la que tendría tres hijos. Al mismo tiempo crearía murales y grabados, así como escenografías y vestuarios.
Sus logros artísticos en el campo del teatro recibirían mayor atención aún. Retomando el tema, una de sus obras más famosas fue el experimental Triadische Ballett (Ballet Triádico), estrenado mundialmente en Stuttgart en 1922. Como en muchas de sus otras obras, aquí también el acento principal estuvo puesto en las figuras humanas y su relación con el espacio. El color, el diseño de vestuario y el uso de simples formas geométricas estaban en primer plano. Schlemmer integraría asi danza, música, vestuario y escenografía en una sola unidad.
El artista se sentía muy entusiasmado con la armonía de diferentes formas, movimientos y materiales, así como con sus efectos recíprocos. No creía que los decorados del escenario y su utiliería debían servir únicamente para apoyar la historia de un dramaturgo. Se imaginaba que los escenógrafos del futuro, por sus composiciones y la interacción entre el movimiento y la tramoya, iban a necesitar de un escritor para retratar todo con palabras.
Al principio, Schlemmer mostraba rasgos de abstracción en sus cuadros. Como motivos, pintaría principalmente figuras humanas en varias formas. Su estilo diferiría significativamente de los estilos anteriores. Luchaba por la armonía y la síntesis en su arte, trabajando con fuerzas opuestas. Pero el ser humano estaría siempre en el centro de su reflexión.
Otro cuadro famoso fue Tänzerin – Die Geste (Bailarina – los gestos) pintado entre 1922 y 1923, con formas y líneas nítidas y bien diferenciadas en su época de la Bauhaus. Oskar Schlemmer representó la idea de la Bauhaus con especial claridad, afirma la directora en funciones del Museo von der Heydt, la historiadora de arte Beate Eickhoff. Sus obras más conocidas las desarrolló él en conexión con esa importante escuela de la República de Weimar (1918 - 1933). Hasta su fallecimiento permanecería artísticamente activo. Crearía una obra completa de imágenes y artes escénicas; contribuiría en gran medida, por lo tanto, a hacer realidad la Bauhaus y a difundirla decisivamente como nueva orientación en el arte y el diseño.
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