Una jirafa en Copenhague

O.O.A.A.

Omar Jerez
miércoles, 26 de agosto de 2020
O.O.A.A. © 2020 by Lle Godoy O.O.A.A. © 2020 by Lle Godoy
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El hombre es un animal de costumbres, por lo tanto todo comportamiento que creemos inusual y novedoso es tan antiguo como nuestra especie.

El coronavirus ha puesto de manifiesto como el homo sapiens es la más virulenta de todas las especies existentes. Ciertos códigos sociológicos duermen temporalmente a la bestia siempre y cuando no salga de su zona de confort, pero,hemos salido de nuestra zona vip, ahora sumidos en el estiércol trasluce lo que hemos sido y seremos hasta el fin de nuestro ciclo en el planeta tierra; somos escoria.

Orden Opresor Altamente Angustiante [O.O.A.A.] es una propuesta artística que engloba a 14 fotógrafos y en la que me sitúo como agente curatorial; todo surge y se desarrolla durante el periodo del confinamiento cómo una reflexión necesaria acerca de lo que somos y a hacía dónde vamos. Dos ciclos de mi vida me retrotraen a lo que estamos padeciendo a día de hoy en las interrelaciones personales,unas interrelaciones de índole psicopático. Durante mi estancia en Siria (Damasco) y años más tarde en Marruecos (Agadir). En estos lugares era una práctica común que los ciudadanos actuaran cómo agentes secretos.Vigilaban todos y cada uno de tus movimientos pudiendo tener consecuencias letales con el estado por una falsa o maliciosa denuncia abocando tu vida al abismo más absoluto.

Pinochet declaró :”En Chile no se mueve una hoja sin que yo lo sepa”. Esto, es lo que ha sucedido exactamente durante el confinamiento o estado de alarma; un movimiento tuyo se convierte en una sospecha pudiendo conducirte involuntariamente a un incidente y verte en severos problemas.

En el imaginario colectivo cuando queremos poner el mal sobre un holograma imaginamos de inmediato a Hitler o Stalin,todo es más sencillo de lo que intuimos debido a nuestras creencias erróneas. No es necesario recurrir a estos dos tiranicidas para narrar el horror, si analizas levemente tu percepción, el mal, puede estar en todo aquello que conoces; lo encuentras en tu vecino, en el ciudadano que te saluda mientras paseas a tu perro, o incluso, el mismo médico de cabecera que atiende tus dolencias cuando lo requieres. La guerra de los Balcanes es un ejemplo de ello, allí convivieron en un mismo ecosistema pacíficamente diferentes etnias, religiones y sensibilidades hasta que de un día para otro se cometieron las mayores atrocidades conocidas desde la segunda guerra mundial. Amigos de toda la vida viviendo puerta con puerta se vieron de repente en bandos opuestos,llegando a bombardearse por pertenecer a diferentes creencias.

No hallo en todo este análisis un punto negativo o pesimista, lo encuentro realista, sin concesiones.

Es raro hallar la decepción cuando por medio de la observación encuentras que somos previsibles y obvios. La naturaleza en su conjunto es cruel y despiadada, la flora y la fauna se antojan tan desconocidas como el funcionamiento del cerebro. El ser humano presuntamente solo utiliza el 15 por ciento de su potencial cognitivo, con este 15 por ciento ya hemos construido armas de destrucción masiva utilizadas deliberadamente en Hiroshima o Nagasaki. Las secuelas de la central nuclear en Chernóbil produjo deformidades en el ADN ante la indiferencia de las autoridades soviéticas.

Un caldo de cultivo que a base de repetición y paranoia ha posibilitado utilizar nuestro cerebro triúnico o reptiliano para dominar todos los ámbitos de nuestra existencia a costa del exterminio de los demás.

La ciencia ha errado estrepitosamente,la clase política se mueve entre lo nimio y falaz, fácilmente sustituible, y, la ciudadanía forma parte de una teatralización cobarde y atrincherada.

Ya solo hallo un atisbo de esperanza en el arte como elemento de redención y verdad.

14 fotógrafos de todos los rincones del mundo, no asalariados por ninguna fuerza fáctica, ellos son naonatos en la mirada; ellos transmutan su creatividad a través de un orden perfecto dentro de este O.O.A.A.

En O.O.A.A. la ficción se entrelaza con la realidad, estableciendo una metáfora conceptual al transformar la figura de los fotógrafos, una figura que siempre observa, en el elemento a observar.

La muestra está formada por Ehrior Sanabria, Adam Wiseman, Lucía Carretero, Inma Liñana, Rafael Tanaka Monzó, Lle Godoy, Carlotta Gambato, Juan Jerez, Elisa Ceretta, Alan Pfeiffer, Mara Catalán, Anna García Solana, Haruki y Julia Martínez. Cada uno de los 14 integrantes participará con una sola imagen tomada por un dispositivo móvil. El carácter global del proyecto en la problemática social existente nos hace un recorrido por Madrid, Valencia, Nueva York, Londres, Tokio, Barcelona,  Ciudad de Panamá, París, Abano Terme, Granada y Melbourne.

La exposición, comisariada por Omar Jerez, podrá verse de forma online en la Galeria Escalera de Incendios a partir del próximo 28 de Agosto.

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