Opinión
Una modesta proposiciónIX. La esencia del drama wagneriano
Maruxa Baliñas
Creo que el aburrimiento del confinamiento está afectando ya a mis gustos musicales. ¡Quiero ópera! ¡Quiero emoción! ¡Quiero furia y sentimientos a lo bruto! He abandonado ya los sudokus, estoy aburrida de puzzles, no leo ensayos ni casi musicología. Quiero libros sangrientos, quiero novelas rosa, quiero dramones, quiero algo.
Por eso mi proposición de esta semana es poco sutil, formalmente descuidada, pero eso sí, tremendamente dramática y sentimental. Se trata de la versión de Lorin Maazel de El Anillo sin palabras, una selección de 'los mejores temas' de la Tetralogía wagneriana, en la interpretación de la Orquestra Sinfónica do Porto Casa da Música, bajo la dirección de Stefan Blunier (Berna, Suiza, 1964). El concierto tuvo lugar el 7 de febrero de 2019, y esta obra fue la segunda parte del programa (en la primera parte, la soprano Rebecca Evans interpretó las Cuatro últimas canciones de Richard Strauss)
Maazel concibió esta versión reducida de la Tetralogía para tocarla con la Orquesta Filarmónica de Berlín, con quien la estrenó en 1987. Se propuso en primer lugar utilizar sólo la música de Wagner, sin añadir ni siquiera puentes propios entre los fragmentos, quiso además que siguiera la narración cronológicamente y que su duración fuese la estándar de un disco, unos setenta y cinco minutos. Debo decir sin embargo que Blunier acelera un poco y ventila en poco más de 70 minutos.
Maazel defiende que esta versión permite una aproximación muy exacta a las intenciones de Wagner, quien 'encripta' en la partitura orquestal la esencia del Anillo, es más, que 'el anillo' es la propia orquesta. Y sin duda, la posibilidad de prescindir de cantantes y montaje escénico permite llevar la tetralogía de El anillo de los nibelungos a públicos que de otro modo a lo mejor no tendrían ocasión de escuchar la obra completa.
Desde este punto de vista, la obra es un éxito. Del interés musical -formal pero sobre todo tímbrico- de las partes orquestales de la Tetralogía tampoco hay ningún pero que ponerle. No sé hasta qué punto una persona que nunca haya escuchado las óperas de El anillo de los nibelungos puede seguir la narración con esta versión, pero es que realmente son muy pocos los aficionados a la música que no han escuchado en mayor o menor medida Wagner, y la historia es bien conocida (que no bien entendida, porque realmente es un embrollo difícil de aclarar, a lo que se añade que no siempre los comportamientos de los personajes son lógicos y coherentes).
La Orquesta da Casa da Música no es una orquesta de primera fila, pero sí entusiasta y con esa capacidad que tienen algunas orquestas de 'tirar para adelante', de modo que los errores -que los hay- no afectan a la escucha. Probablemente escuchar a la Filarmónica de Berlín -la orquesta para la que se hizo este arreglo- sea mucho más satisfactorio, pero no sé si más placentero. Blunier también es un director más interesado en lo que hace que técnicamente interesante.
En cualquier caso la grabación cumple sobradamente los objetivos que marco en estas proposiciones: el acceso es gratuito, la música interpretada de buena calidad e interesante, la grabación sonora y videográfica correcta y, puedo testificarlo, no se agota en la primera escucha, apetece repetir.
Por cierto, Blunier es el nuevo Director Principal de la Orquesta de la Casa da Música desde 2021, si bien todavía no ha asumido totalmente sus funciones, ya que la pandemia llevó al cierre de la sala el pasado 15 de enero y aún no hay fecha de reapertura, por lo que aún no ha dirigido ningún concierto con su nueva orquesta. En 2020, ya nombrado futuro director, dirigió sólo cuatro conciertos con la Orquesta de la Casa da Música (concentrados en dos semanas), y antes de eso había dirigido casi todos los años desde 2012.
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