Entrevistas
Miriam Gallego Lorente: "No pienso en tocar el piano, sino en cantar a través de él"
Juan Carlos Tellechea

Con 13 años de edad Miriam Gallego Lorente fue en 2012 una de las ganadoras del Concurso de piano de Teléfonica Play with Lang Lang in Berlin. En esa ocasión resultó elegida para participar en un concierto con Lang Lang, Herbie Hancock y la Orquesta del Festival de Schleswig-Holstein (norte de Alemania) bajo la dirección de Jahja Lin en el monumental escenario O2 World Berlin, de la capital alemana.
Formada inicialmente en el Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza, su ciudad natal, donde concluyó esos primeros estudios con las mejores calificaciones, prosigue ahora su carrera en el Conservatorio Superior de Música de Aragón con renombrados profesores como Mariana Gurkova, Aniana Jaime y Antonio Pérez.
Miriam Gallego Lorente ha participado en prestigiosos eventos internacionales como el "Ciclo Jóvenes pianistas de Ibercaja", el "Concierto Homenaje a Enrique Granados" y el "Concierto Santa Cecilia Solistas" y es ganadora del "VIII. Concurso de Interpretación A.M.P.A.", el "Pilar Bayona CPM, el "XIII Certamen Cine y Salud" y el "DGA Una Historia de ruido - IES Pedro de Luna".
Patrocinada por la agente artística y mecenas neoyorquina Nurit Faierman, así como por el tenor Gastón Rivero, prepara ahora sendos conciertos en Dresde y Berlín en los que ofrecerá obras de Ludwig van Beethoven, Domenico Scarlatti, Frédéric Chopin y Claude Debussy. En medio de su intensa labor, la pianista española ha accedido muy deferentemente a mantener una entrevista con mundoclasico.com. Estas son sus declaraciones exclusivas:
Juan Carlos Tellechea: ¿Qué reflexiones le inspira este parón de actividades culturales en general y musicales en particular por el coronavirus?
Miriam Gallego Lorente: El coronavirus ha provocado el parón de muchas actividades: industriales, artísticas, sociales, económicas, ... esto ha demostrado una vez más, que el arte mueve sensaciones y sentimientos que necesitamos exteriorizar en nuestro día a día, cosa que no podríamos llevar a cabo a través de otros campos. Por ello, hemos tenido que buscar otros canales para transmitir el arte (ya sea por redes sociales, subiendo contenido multimedia a la red, etc). Aunque esta no es la forma más directa y placentera de hacerlo.
Las distintas restricciones, así como los confinamientos que se han impuesto, han inducido a normalizar no sólo un distanciamiento físico, sino emocional. La música en particular, así como el resto de las artes, mantiene esa parte humana que se ha visto tan invadida y afectada este último año.
¿Qué balance (positivo y negativo) extrae de la situación?
La parte negativa es ese parón físico que ha impedido llevar a cabo distintas actuaciones, ciclos, actividades, exposiciones, etc. Ello ha llevado a que la relación entre intérprete-público se ha enfriado notablemente. La parte positiva es que, en situaciones de necesidad, aumenta la creatividad; el parón físico no implica un parón intelectual. Aunque haya proyectos que no puedan llevarse a cabo hoy en día, no tenemos que olvidarlos, sino prepararlos con otra perspectiva.
¿Qué proyectos tenía en marcha y cómo ha tenido que modificarlos, y cuáles puede emprender todavía?
En junio del año pasado (2020) tenía previsto realizar un concierto en el Piano Salon Kirsten de Dresde, Alemania. Este ha tenido que posponerse a junio de 2021. Otros proyectos de agrupaciones camerísticas relacionados con el Conservatorio Superior de Música de Aragón se vieron cancelados.
Como he apuntado anteriormente, la perspectiva de este 2021 la encaro positivamente: mis sponsors están en diálogos para mi debut en el Weill Recital Hall del Carnegie Hall en Nueva York, así como en la Konzerthaus de Berlín donde espero poder llevar a cabo conciertos sobre todo en los próximos años. Esto me hace especial ilusión ya que me supone mi regreso a Berlín, después de haber sido una de las ganadoras de la competición Lang Lang de piano en 2012.
¿En qué está trabajando usted actualmente y por qué?
Esta temporada estoy terminando la carrera de piano en Aragón (CSMA) al mismo tiempo que realizo un trabajo de investigación en pedagogía Suzuki. Tengo planeado comenzar los estudios de Máster el próximo septiembre, y hace poco, he empezado a realizar un proyecto dirigido por Gastón Rivero, a quien tengo gran admiración. En este proyecto interpreto distintas obras del repertorio pianístico; abarcando diferentes estilos desde el Barroco como la Sonata en si menor de Scarlatti hasta el impresionismo como el Claro de Luna de Debussy. Interpretando también obras de Bach, Mozart, Beethoven o Chopin, contando con la valoración y colaboración de otros artistas de renombre.
¿Cómo desarrolla usted sus interpretaciones?
En primer lugar, las obras que toques tienen que gustarte; porque siempre vas a trabajar a gusto con aquello que te mueva. Con esto no quiero decir que el estilo interpretativo se tenga que ver limitado por el gusto personal, sino que la personalidad interpretativa vaya ligada a la forma de ser de uno mismo, y pueda aprovecharse de ello para madurar musicalmente.
El trabajo de un intérprete es progresivo; no me obligo a sentir gusto por obras que no me llamen en el momento, porque confío en seguir creciendo y descubrir su esencia en el futuro. Pero el primer paso sería ese, el gusto por la obra. Escuchar grabaciones y a uno mismo es igual de importante. No debemos limitarnos a imitar a otros músicos, sino inspirarnos en ellos y transmitir la obra bajo nuestras experiencias.
Aunque el sonido sea proyectado por el piano, no pienso en tocar el piano, sino en cantar a través de él. Las indicaciones musicales que nos dejan los compositores en la obra no son órdenes que acatar, sino anotaciones con una finalidad; nuestro objetivo como intérpretes es entender cómo llegar a esa finalidad a través de dichas indicaciones.
Estar preparado técnicamente para abarcar la obra, nos permite poner nuestra atención en el mensaje que queremos transmitir. Interpretar consiste en hacer llegar ese mensaje (influenciado por las circunstancias del “aquí” y “ahora”), manteniendo siempre la misma esencia.
¿Trabaja usted de forma intuitiva?
Considero que tener una base inicial estable es fundamental para poder trabajar en un futuro de manera más flexible, en base a las exigencias de la obra en cuestión. Desde hace un par de años me considero más intuitiva para cuestiones técnicas, permitiendo cierto margen en la posición de la mano, los fraseos que dan forma a la obra, etcétera. Pero conservo un esqueleto de estudio y una pirámide de prioridades que me permiten mantener la disciplina necesaria para desarrollar mi intuición.
¿Hay piezas que usted no toca, porque no encuentra un acceso a ellas?
Gracias a Dios tengo una gran accesibilidad a través de tiendas de música ya sea online como física (en mi ciudad cuento con Musicopolix, quienes me han dado soporte siempre que lo he necesitado), la biblioteca del Conservatorio y de la Universidad de Zaragoza, así como plataformas de trabajos de investigación, tesis y distintas ediciones de partituras.
Pero, quiero decir...¿Hay obras en las que usted no encuentra cómo entrar a ellas espiritualmente, en las que no se siente a gusto? ¿Cuáles son, por ejemplo?
Para llevar a cabo una buena interpretación, es necesario contar con cierto nivel de madurez musical. Además de trabajar obras que me gusten, hago lectura de otras obras para piano que están fuera del repertorio que llevo en ese momento para salir poco a poco de mi zona de confort. De esta forma, obras como algunos preludios de Scriabin o de Rachmaninoff, las voy preparando y acercándome a su carácter para cuando deba interpretarlas en un repertorio a público.
Como docente, ¿qué observa usted en las novísimas generaciones de niños que están aprendiendo en sus clases (a diferencia de su generación)? Relátenos, por favor, esa experiencia con un niño chino que usted preparó con gran éxito para que pudiera continuar avanzando en las próximas etapas de sus estudios...
Las lecciones que imparto actualmente son en relación al piano, lenguaje musical y armonía. Los niños nunca dejan de sorprender, tienen una capacidad de memoria y audición increíble para ser desarrollada, aunque esto no significa que lo ideal sea siempre asimilar los conceptos en base a la memorización.
El objetivo principal de los métodos musicales debe ser alcanzar el mayor grado de comprensión, en lugar de limitarse a memorizar reglas de armonía y recitarse como tablas de multiplicar. La música tiene unas normas teóricas sobre las que se construye, pero no debemos olvidar que estos estudiantes las aprenden como asignaturas complementarias al instrumento.
Es fundamental, tal como hicieron y siguen haciendo mis profesores conmigo, abrir la mente a sus estudiantes para relacionar todos los contenidos teóricos con su propio instrumento. Cuando preparé al joven estudiante chino para su acceso a enseñanzas profesionales, no sabía nada de español. Tenía las pruebas en un mes, y cuando se me planteó esta situación, mil cuestiones se me pasaron por la mente sobre cómo ayudar a este estudiante. Tampoco hablaba inglés, así que sólo contaba con un libro en español completamente teórico y un piano vertical.
Relacionar todos los contenidos que debía aprender en español, con los que debía preparar cuando tocaba una obra en el piano, hizo que en cuestión de un par de semanas se defendiera redactando lo que serían contenidos en su examen teórico. Trabajar en base a la adaptación y comprensión de cada alumno; no existe un método a seguir, sino un músico al que enseñar a entender.
¿Es usted curiosa?
Me gusta tener un plano social del momento en que la obra fue compuesta, la situación personal del compositor, las circunstancias políticas... como he mencionado anteriormente, el arte, y la música en nuestro caso, es un medio de comunicación.
Informarnos de aquello que rodeaba a la obra es necesario para transmitir correctamente el mensaje que hay reflejado en ella. Querer ir más allá de lo que tenemos en la partitura lo considero más que una característica personal, una necesidad profesional para abarcar la pieza a interpretar.
¿Qué es libertad para usted?
Para mí la libertad consiste en poder mostrar tus principios en base a la tolerancia y el respeto. Cada sociedad debe poder mantener su legado cultural (creencias, idioma, música, folklore...), y las influencias exteriores deben tener como objetivo enriquecer a ambas partes. En mi experiencia personal esto ha supuesto un enriquecimiento cultural y social para mí y por extensión para todos los que me han rodeado. En situaciones de falta de libertad, el arte ha sido el medio para transmitir estas ideas personales; por ello todo lo relacionado con este, es una forma de libertad.
¿Qué representa esto para la música?
En la cuestión interpretativa, sería dar tu propia personalidad a la pieza, manteniendo la esencia del compositor, sin que esto suponga un sacrilegio entre distintos intérpretes. Cada intérprete puede tener un punto de vista distinto en algún momento de la pieza, y no por ello una interpretación va a ser mejor ni peor que la de otro intérprete. Esa diferencia de carácter y libertad interpretativa es la riqueza que encontramos en cualquier actuación en directo.
¿Qué papel representan sus padres en su carrera musical?
La música siempre ha estado presente en mi casa; aprendí a andar en los ensayos del coro Amici Musicae al que pertenece mi padre. Él estudió flauta travesera en el pasado; por ello me comprende cuando paso situaciones similares a las que ha vivido él.
Mi madre también ha sido fundamental, hay toda una labor logística detrás de un músico, que necesita del cariño y afecto de esa persona que está detrás del escenario; sin ella sería imposible. Además del apoyo que suponen mis padres en cualquier aspecto de la vida, tengo que agradecerle el mismo a mi hermano. Desde pequeño ha asistido a mis clases, recibió lecciones de piano durante un tiempo... En lugar de rechazar la música, ejerce el papel de pequeño juez cuando estoy montando repertorio: acaba memorizándose las obras y comentándome su percepción auditiva sobre los distintos pasajes. La verdad es que tanto por parte de mi familia como de mis amigos sólo he recibido apoyo, cariño y respeto por el trabajo que realizo. Mi música existe y se mueve gracias a las personas que forman los pilares de mi vida.
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