Entrevistas

Piazzolla, Astor

Marcelo Nisinman: "Estar con Astor era siempre divertido y fascinante"

Juan Carlos Tellechea
viernes, 9 de abril de 2021
Astor Piazzolla y Marcelo Marcelo Nisinman © By Marcelo Nisinman Astor Piazzolla y Marcelo Marcelo Nisinman © By Marcelo Nisinman
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El compositor y bandoneonista Marcelo Nisinman tuvo “la suerte“, como él mismo dice, de haber coincidido con Astor Piazzolla, pero también de haberlo conocido y tratado personalmente. Su singular figura lo marcó en su adolescencia y su legado perdura en él hasta hoy. Nisinman se crió en una época que hoy es mirada con añoranza, tanto en Buenos Aires, su ciudad natal, como más allá aún, en la orilla oriental del Río de la Plata, en Montevideo, donde él también se siente en casa.

Alumno de Julio Pane y de Guillermo Graetzer , así como de Detlev Müller-Siemens, Nisinman , afincado ahora en Basilea (Suiza) concita suma atención con su singular arte que escapa a cualquier encasillamiento, con vetas de inspiración porteña y de otros ámbitos culturales que despiertan su curiosidad e interés.

Autor, entre otras múltiples obras, de Nueva versión de María de Buenos Aires, una revisión de la operita de Piazzolla y Horacio Ferrer, Nisinman ha preparado en estas semanas el lanzamiento de un nuevo CD. El disco con obras propias y de Piazzolla todavía no tiene título, pero Nisinman ha accedido muy gentilmente a una entrevista con mundoclasico.com para hablar de esta grabación y de sus impresiones sobre aquellos encuentros con Astor Piazzolla a finales de la década de 1980.

Juan Carlos Tellechea: Has grabado un nuevo disco: cuéntanos un poco sobre los detalles de la grabación ¿qué temas, qué músicos tocaron contigo, y cuál es el motivo musical principal que le dará título al CD?

Marcelo Nisinman: Finalizamos la grabación de un CD en Amsterdam, Holanda, para el sello Challenge Records International con un magnífico ensamble con el cual tocamos hace muchos años y que se llama "ChamberJam Europe", al que se sumó la fantástica Maja Bogdanović en violonchelo.

El ensamble está compuesto de solistas fantásticos que vienen la mayoría del mundo clásico Europeo, ellos son: Natacha Kudritskaya, piano, Maja Bogdanović, violonchelo, Daniel Rowland, violín, Alberto Mesirca, guitarra eléctrica y Zoran Markovic, contrabajo. En dos obras participaron también, Floor Le Coultre en viola y Tim Brackman en violín y naturalmente yo en el bandoneón.

Por motivos que te imaginarás no puedo decir en público antes de que salga el nombre del CD, pero tendrá un buen título, que corresponde a una de las obras que grabamos. Si te puedo contar que en el CD grabamos tanto composiciones de Piazzolla como mías también, y algunos arreglos que hice de la obra de Astor, siempre con mi mirada particular.

Aprovechamos e hicimos una actuación en la Radio Holandesa NPO 4 y en la TV holandesa, en el Podium Witteman.

Veo por el programa de los conciertos en vivo de la Radio Pública Neerlandesa dedicada a la música clásica (NPO radio 4) que has rendido homenaje a Astor Piazzolla con varias de sus composiciones. ¿Cuáles fueron, qué músicos tocaron contigo, y por qué elegiste esos temas?

En efecto, los mismos músicos que te mencioné en tu pregunta anterior. Pero además tuvimos el honor de que se sumaran para la radio en algunas piezas la gran pianista Anna Fedorova y el multifacético Nicky Schwartz en violonchelo y contrabajo también.

Las composiciones las elegimos entre Rowland y yo; simplemente acordamos un poco lo que ya teníamos en repertorio y así se hizo el programa. No quisimos repetir un homenaje más, haciendo las obras más repetidas, sino que intentamos darle originalidad al CD y al homenaje mediante lo que hacemos habitualmente, que no es lo del quinteto nada más, con todo el valor que eso tiene. Habiendo conocido a Astor, me atrevo a pensar y escribir: creo que es lo que le hubiera gustado. Esperamos haberlo logrado.

Las piezas que tocamos son: Hombre Tango (Nisinman), Le grand Tango (Piazzolla/Arr. Nisinman) - para violonchelo solo (Maja Bogdanovic), bandoneón, piano y quinteto de cuerdas, Daniel's Tango (Nisinman) para violín solo ( Daniel Rowland) y cuarteto bandoneón, piano, violonchelo y contrabajo, Pourquoi tu te lèves (Nisinman), Violentango (Piazzolla/ Instrumentación para quinteto de Nisinman), Escualo (Piazzolla), Romance del Diablo (Piazzolla), Milonga en re (Piazzolla) para trío violín, piano y contrabajo, Oblivion (Piazzolla/Arr. Nisinman), C'est fini (Piazzolla/Arr. Nisinman), Adios Nonino (Piazzolla/Arr. Nisinman) para bandoneón, piano y quinteto de cuerdas, Die Albtraeume des Todes (Nisinman), dúo violín y violonchelo, Der betrunkene Pianist (Nisinman) Anna Fedorova en piano solo, e Invierno porteño (Piazzolla/Arr. Bragato) para cuarteto violín, violonchelo, piano y contrabajo.

¿Conociste personalmente a Astor Piazzolla? ¿En qué circunstancias?

Tuve la suerte de estar en esos tiempos del siglo pasado, en la misma ciudad donde él habitualmente veraneaba, como lo hacía mi familia también (Punta del Este, Uruguay). A mi padre (Samuel "Tito" Nisinman) se le ocurrió la idea de que yo le escribiera una carta y se la entregase en persona al propio Piazzolla.

Al principio me negué, pero después accedí y fuimos todos hasta su casa en el auto. Quedaba adentro en el bosque, recuerdo. Me bajé del coche, y mi familia me esperaba a la vuelta de la esquina. No había timbre, así que aplaudí un poco, nunca está demás, y además se lo merecía. Y así simplemente salió Astor Piazzolla, de muy buen humor, preguntándome qué es lo que quería. Le conté muy tímidamente que yo tocaba y estudiaba el bandoneón con Julio Pane en Buenos Aires y que quería entregarle una carta.

Marcelo Nisinman, Astor Piazzolla y Roberto Di Filippo. © by Marcelo Nisinman.Marcelo Nisinman, Astor Piazzolla y Roberto Di Filippo. © by Marcelo Nisinman.

Él la aceptó y al otro día me llamó por teléfono y me invitó a su casa por la tarde. Así nos conocimos. Después de esto las dos familias se hicieron amigas y nos invitábamos mutuamente, tanto en Argentina como en Uruguay, cada vez que se daba la ocasión. En estas inolvidables cenas, se sumó un amigo en común, que fue y será siempre uno de los grandes bandoneonistas de todos los tiempos, Roberto Di Filippo, que era también amigo de Astor y había tocado desde los inicios junto a él en la década de 1940.

¿Qué impresión te causó Piazzolla en aquel momento, y qué impresión te causa ahora su obra desde la perspectiva actual?

Estar con Astor era siempre divertido y fascinante, ya que siempre había algo para hacer y para hablar, desde salir a pescar tiburones, hasta disfrutar de una reunión con otro grande del tango Osvaldo Tarantino, o ir a cenar juntos en Avellaneda al restaurante de Félix, y así podría seguir. Cocinar la pesca del día por la noche (él cocinaba de maravilla), escuchar las increíbles anécdotas y siempre ese amor por el arte y Buenos Aires estaba presente en todo momento.

A mí me parecía una persona normal, muy afectiva, directa, muy humano. Su música, la cual amo, desde la perspectiva actual, describe tan bien el Buenos Aires de ese tiempo de posguerra desde el decenio de 1950 hasta el de 1980 ... quizás.

Puede ser más específico y real escuchar Iracundo, grabado en los 60 con su quinteto, que mirar una foto de Buenos Aires de esos tiempos. Aunque una buena foto de esa época sería, a la inversa, la música en imágenes de Piazzolla. Sucede en la literatura y el cine también, leer Sobre Héroes y Tumbas de Ernesto Sábato es escuchar la obra homónima de Astor, o ver el filme 5to. año nacional en donde la música se ajusta perfectamente a la fotografía y al argumento de la película.

¿Has aprendido algo de Piazzolla que te haya dejado algún legado importante para tu creación artística?

Espero que sí. Creo básicamente que aprendí que cada compositor es un mundo en sí, que hay que descubrir eso en uno mismo, y esto lleva tiempo de estudio, de buen estudio y mucha experiencia. Después puede gustar lo que uno hace o no, pero es siempre uno. Su ejemplo fue permanentemente en lo vivo y en lo original, esto se puede comprobar en sus arreglos; nunca se repitió, siempre buscó la variación. Tiene varios de La cumparsita, de su propio Adiós Nonino, de Verano Porteño.

Cuando me refiero a los "Arreglos"(así con mayúsculas) lo hago en el sentido más profundo y serio de la palabra. Me refiero a la composición musical y no a lo que frecuentemente lamentablemente escucho, que es tomar los arreglos originales de Astor e instrumentarlos para otro tipo de ensamble diferente. Eso no se corresponde con mi idea de la palabra "Arreglo".

Esto también lo aprendí de Piazzolla, pero no solo con él, sino estudiando mucho, y también de mis otros maestros, Julio Pane, Osvaldo Tarantino, por ejemplo. Jamás los habrías escuchado llamar arreglo a ningún tipo de trabajo de instrumentación de cualquier "otro" arreglo. Víctor Lavallén es otro de los grandes arregladores en el mundo del tango. Antes esto era lo "normal", era muy importante lo original, el estilo...

¿Tuviste oportunidad de conocer (o tal vez sufrir) el proverbial humor de Piazzolla? ¿Cómo definirías ese humor? ¿Tienes alguna anécdota poco conocida, pero divertida de tu relación con él?

Creo que sí. Aunque hay que entender el contexto. Cuando lo conocí yo era un simple adolescente de solo 17 años. Él tenía un humor muy fuerte y había mucho de verdad detrás de esas bromas que hacía. Sufrir no lo sufrí, afortunadamente, pero sí lo escuché y vi poner en práctica su "humor".

 Una vez cenando en su casa de Punta del Este, de repente se levantó de la mesa, todos habremos pensado, que se iba a ocupar de algo de la cocina, después de unos minutos se escuchó un ¡terrible estruendo! Y era él que se le había ocurrido pegar un tiro al aire con su escopeta, y así volvió a la mesa sonriendo con la escopeta en una mano. Nos quedamos todos congelados al instante y después continuamos con la cena.

Sí. Ese era el tenor de algunas de las ocurrencias de Astor. Me imagino la tensión y los pensamientos que habrán venido a las mentes de los comensales esa noche oyendo el estampido de un arma de fuego. ¿Nos equivocamos de película ? ¿Dónde estamos?, se habrían dicho. Piazzolla tenía un humor por momentos irónico, sarcástico, negro...difícil de entender para quien no lo conociera personalmente, y que volcaba además también en algunas de sus composiciones. De ahí que para críticos y musicólogos ajenos a nuestro ámbito cultural sea a veces un rompecabezas analizar su obra.

Pero, ¿qué te decidió estudiar/aprender bandoneón?

No lo sé muy bien; fueron un poco la vida y las circunstancias. En casa a los 6 años, que es cuando comencé a estudiar el instrumento, ya había un bandoneón (un doble A, Alfred Arnold, que todavía lo toco y suena de maravilla) y sonaban tangos todos los días.

Mi padre quiso estudiar, pero no tenía el tiempo, entonces lo hice yo. La decisión en sí, quizás fue conscientemente en mi adolescencia, en cuanto comencé a estudiar con Julio Pane. Él me inculcó el amor por el instrumento, el tango, la noche porteña y la música en general, y también por los grandes bandoneonistas. Fue Pane quien me presentó una noche al gran Leopoldo Federico, a Antonio Príncipe. Escuchábamos desde Julio Ahumada, hasta las sinfonías de Aram Jachaturian, y así pasábamos las horas, las clases, la vida.

¿Con cuáles compositores históricos sientes más proximidad y por qué?

Los compositores, por los cuales, por alguna razón personal me siento más próximo, son George Antheil, Francis Poulenc, Johann Sebastian Bach, Esquivel, Bernd Alois Zimmermann, Alban Berg, por nombrarte solo algunos. Con todo respeto por supuesto.

Las razones, son complejas. A veces creo que existe el "Arte" y el "Mundo del Arte". Yo quisiera y espero pertenecer a lo primero. Lo segundo, se mezcla muchas veces con todo tipo de situaciones que no tienen nada que ver con el arte, y eso me causa repulsión. Pero es así desde hace siglos, y hay que vivir con ello. En el planeta, el oro vale mucho, y seguramente hay mucho oro "escondido" todavía; hay que saber encontrarlo.

¿Y entre los modernos, quiénes te llegan mejor?

MN: Entre los compositores modernos, me gustan Helmut Lachenmann, mi maestro Detlev Müller-Siemens, Helena Winkelman, Robert Zorn y, por suerte, muchos más.

¿Te dice algo entonces la denominada Neue Musik?

Claro, hay, como en todos los órdenes de la vida, cosas fantásticas y no tanto; no me cambia si es nuevo o viejo. Tiene que estar bien hecho simplemente.

Otro tema: ¿Por qué son tan pocas las mujeres que tocan el bandoneón? ¿Es un territorio exclusivamente masculino? ¿Cuántas mujeres estimas que hay en Argentina, en Uruguay, en Europa y en el mundo que tocan el bandoneón? ¿Crees que cambiará esta situación? ¿Tienes muchas alumnas o más alumnos en tus clases?

Para responder a tus dos primeras preguntas: creo obedece a muchas causas simultáneas. El lenguaje del tango fue creado en un mundo anterior a las dos Guerras Mundiales, muy varonil, en donde la cuestión de la igualdad de géneros no era discusión. Hoy las cosas han cambiado, pero paradójicamente, con ello el tango también cambió, y ya no es lo que era en esas épocas. Entonces, se podría decir que está un poco más abierto a la diversidad. Pero, definitivamente, perpetúa su carácter masculino, para bien y para mal.

Con respecto a las demás cuestiones: no sabría decir cuántas mujeres existen que toquen el bandoneón. A mi no me interesa si es varón, mujer, un primate o lo que sea. Sí me interesa que toquen bien. No tengo ninguna alumna. De hecho tengo muy pocos alumnos. Veo que está muy instaurada toda esta temática de la igualdad, el lenguaje inclusivo, etcétera. Confieso que con lo que existe en relación al lenguaje (que todavía sigo aprendiendo) y la cantidad de hombres y mujeres que hay sobre el planeta, ya me alcanza. Un día, como todos, ya no estaré en este planeta, y...¿quien sabe?...ese lugar quizás lo ocupe ¡una mujer! ¡Bienvenida sea! Yo, como dice un poeta uruguayo, "ya no voy a estar...".

Creo que te refieres a Mario Benedetti, quien también dedicó uno de sus célebres poemas al bandonéon.

MN: Me refería a uno más actual, Santiago Tavella, pero igual adoro a Benedetti.

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