Discos
Imprescindible para valorar a Fricsay
Josep Mª. Rota
Universal, Warner y Sony no paran de lanzar al mercado voluminosas cajas dedicadas a solistas, directores y orquestas: Itzhak Perlman, Isaac Stern, Bruno Walter, George Szell, Herbert von Karajan, Otto Klemperer, Georg Solti, Leonard Bernstein, Claudio Abbado y los Berliner Philharmoniker, el mismo con los Wiener Philharmoniker, la Boston Symphony Orchestra, la New York Philharmonic, etc. Deutsche Grammophon ha lanzado al mercado, de 2014 a 2018, sendas integrales dedicadas a los menos mediáticos pero muy competentes directores: Ferenc Fricsay, Eugen Jochum y Rafael Kubelík. La del checo viene en una única caja, mientras que la del húngaro y la del bávaro vienen en dos volúmenes cada una: un primer volumen para la música orquestal y un segundo para la vocal. Paso ahora a comentar las grabaciones completas de música vocal de Ferenc Fricsay para Deutsche Grammophon.
Como anuncia la publicidad, aquí está hasta la última nota cantada que grabó el maestro húngaro para el sello amarillo: misas, oratorios, óperas, cantatas, selecciones de ópera y música incidental. La caja incluye el CD Erzähles Leben1. Recomiendo su audición en primer lugar, pues se trata de toda una declaración de principios. Allí repasa Ferenc Fricsay su experiencia familiar, sus maestros en Budapest y su desempeño como director, principalmente en Berlín. Confiesa que su principal preocupación fue siempre que la música de Mozart sonara tal como quisiera el salzburgués y no él. No ha de extrañar que casi la mitad de los CDs pertenezcan, precisamente, a obras de Mozart.
El plantel de solistas cuenta con uno fijos, favoritos de Fricsay, que se repiten en las grabaciones: la soprano lírica Maria Stader, la soprano ligera Rita Streich, la contralto Hertha Töpper, el tenor Ernst Haefliger, el barítono Dietrich Fischer-Dieskau y el bajo Josef Greindl, a los que hay que añadir otros cantantes que también aparecen en más de dos y tres grabaciones, como Irmgard Seefried, Josef Metternich, Ivan Sardi o Kim Borg. Fischer-Dieskau, el más mediático de todos, aparece en el cuadernillo de notas con sus recuerdos del director, publicados en 1964.
Prácticamente todos los registros son con la RIAS Symphonie-Orchester (Rundfunk im amerikanischen Sektor), rebautizada luego como Radio-Symphonie-Orchester Berlin2. Con los conjuntos de la Bayerische Staatsoper grabó Fricsay el Fidelio de Beethoven y la selección de Carmen de Bizet. Con los Berliner Philharmoniker grabó Ein Sommernachtstraum de Mendelssohn. El Idomeneo de Mozart tomado en vivo en Salzburgo está interpretado por los Wiener Philharmoniker.
Gluck: Orpheus und Euridike. Rita Streich, Maria Stader, Dietrich Fischer-Dieskau. Radio-Symphonie-Orchester Berlin.
Empezando por lo más antiguo del repertorio, hay que decir que este Orfeo, en alemán y con un barítono en el papel del vate griego, no va a gustar a los puristas. El mismo Fischer-Dieskau descubre, en las notas que acompañan la edición, su sorpresa cuando Fricsay le invitó a interpretar el papel de Orfeo, entonces dominado por contraltos. La interpretación de Rita Streich, Maria Stader3 y Dietrich Fischer-Dieskau es muy convincente.
Bizet: Carmen (selección); Arias de Bizet, Rossini, Verdi y Puccini. Oralia Domínguez, Jószef Simándy, Josef Metternich, Maria Stader, Hertha Töpper, Erns Kozub. Bayerisches Staatsorchester, Radio-Symphonie-Orchester Berlin.
El mismo reparo puede causar la selección de Carmen y las arias de ópera italiana y francesa, cantado todo en alemán. Si uno se libra de dichos reparos, puede disfrutar de la mexicana Oralia Domínguez como estupenda Carmen, del mejor barítono alemán de su época, Josef Metternich, como arrollador Escamillo, y del tenor lírico József Simándy, poco favorecido por la discografía, como sensible Don José.
En la selección de arias, Josef Metternich interpreta Figaro y otra vez a Escamillo con su eficiencia habitual. El malogrado tenor Ernst Kozub resulta ser un sensible Rodolfo y un ardiente Cavaradossi. La habitual de misas y oratorios Hertha Töpper se convierte en una dramática Azucena y Eboli espectacular. Para más información sobre el concepto de selecciones de ópera cantada en alemán, remito al amable lector a mis reseñas de Oper auf Deutsch de Deutsche Grammophon, Electrola, Eurodisc y Eterna.
Dietrich Fischer-Dieskau singt berühmte Arien; Orff: Carmina Burana (selección). Fischer-Dieskau, Josef Metternich, Anny Schlemm. RIAS Symphonie-Orchester Berlin. Ferenc Fricsay - Erzähltes Leben.
Sí están en el original francés e italiano las arias de ópera grabadas en el tardío 1961 por el eminente Fischer-Dieskau. El generoso CD, que es el último de la colección, se completa con una escena del Falstaff, con Josef Metternich, de 1951, y una selección de los Carmina burana de Orff, con Anny Schlemm todavía más antigua, de 1949.
Kodály: Psalmus hungaricus. Ernst Haefliger, RIAS Symphonie-Orchester Berlin / Radio-Symphonie-Orchester Berlin.
También están en alemán las composiciones de los húngaros Zoltán Kodály y Béla Bartók. El Psalmus hungaricus del primero se ofrece en dos registros, con el mismo tenor en ambos, el predilecto Ernst Haefliger. Las dos versiones se ofrecen en un mismo CD. Aun siendo magníficas las dos, la segunda, tomada en vivo, se beneficia de un excelente sonido estéreo.
Bartok: Herzog Blaubarts Burg; Cantata profana. Dietrich Fischer-Dieskau, Hertha Töpper, Helmut Krebs. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
El castillo de Barbazul (A kékszakállú herceg vára) está interpretado por los también favoritos Hertha Töpper y Dietrich Fischer-Dieskau. Como dije anteriormente, en la versión alemana de Wilhelm Ziegler y también en un espacioso estéreo. Una gran obra, de apenas una hora de duración, que ha tenido poco éxito en los teatros y en el disco. ¡Qué progresión dramática la que imprime Fricsay a medida que se van abriendo las puertas! Para quien quiera una versión auténticamente magiar, resulta imprescindible el DVD Decca dirigido por Miklós Szinetár, con Kolos Kováts, Sylvia Sass y Georg Solti. La Cantata profana, grabada en 1951, adolece de un sonido mono un poco comprimido que, si bien recoge claramente las voces solistas de Helmut Krebs y Dietrich Fischer-Dieskau, no permite apreciar el efecto y los matices del doble coro.
Strawinsky: Oedipus Rex; Psalmensymphonie. Ernst Haefliger, Hertha Töpper, Ivan Sardi, Kieth Engen, Paul Kuën. Radio-Symphonie-Orchester Berlin.
Del siglo XX, Fricsay no grabó sólo música de sus compatriotas Bartok y Kodály. Registró también un Oedipus Rex de Stravinski, con los de siempre (Haefliger, Töpper, Sardi, y Kuën). Además del RIAS-Kammerchor, se contó para la ocasión con otro coro radiofónico, en este caso, el de la NDR (Radio del Norte de Alemania). El concepto de ópera-oratorio, con narrador en alemán y cantada en latín, le viene a la medida de la batuta a Fricsay, dramático y estático a la vez. El CD de la colección se complementa con la Sinfonía de los salmos. Aquí, al RIAS-Kammerchor lo acompañan el Coro infantil de la misma RIAS y el de la Catedral de Santa Eduviges de Berlín, un clásico.
Haydn: Die Jahreszeiten. Elfride Trötschel, Walther Ludwig, Josef Greindl. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
Haydn: Die Jahreszeiten; Te Deum. Maria Stader, Ernst Haefliger, Josef Greindl. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
Fricsay grabó por partida doble Die Jahreszeiten de Haydn; la primera vez, en enero de 1952, en un aceptable mono, con Elfride Trötschel, Walther Ludwig y Josef Greindl. Luego, casi diez años después, en noviembre de 1961; esta vez, con sus favoritos Maria Stader, Ernst Haefliger y Josef Greindl de nuevo. El doble CD 7-8 con la segunda grabación de Die Jahreszeiten incluye el tan bonito como infrecuente Te Deum del maestro de Rohrau, grabado un mes antes. El Te Deum y la cuarta estación, Der Winter, están grabados en un espacioso y transparente estéreo. Resulta especialmente brillante el “coro de cazadores” del Invierno.
La primera versión permite apreciar la bella voz del veterano tenor lírico Walther Ludwig y la no menos bella de la versátil Elfride Trötschel, fallecida a los 44 años, en la cima de su carrera artística. En ambos casos se disfruta de la presencia de Josef Greindl. Para los que lo tengan encasillado como siniestro Hagen o cavernoso Fafner, sepan que el bajo muniqués afincado en Berlín tenía un amplísimo repertorio, que incluía el Lied y el oratorio, en el que se desempeñaba con detallada expresividad.
Mozart: Die Entführung aus dem Serail. Ernst Haefliger, Maria Stader, Rita Streich, Josef Greindl. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
El Mozart alemán de Fricsay ha sido siempre de referencia. Sus grabaciones de Die Entführung aus dem Serail y Die Zauberflöte, a pesar de su edad, se siguen contando entre las mejores versiones discográficas de dichos Singspiele. Aunque ambos registros son mono, el sonido es muy pulido y natural. Los diálogos, imprescindibles en una grabación que pretenda llamarse completa de Singspiele, están interpretados por actores. Sólo Greindl y Streich cantan y hablan como Osmin y Blonde. Puede que a alguien esto le moleste, pero le da la redondez necesaria a la obra. Este Rapto es una delicia. Stader demuestra una gama de colores muy amplia. Haefliger canta con un elegante legato y bella dicción. Streich es una jovial dama de compañía. Vantin es un divertido mozo. Finalmente, Greindl da miedo como feroz guardián del harén, sin forzar nunca la voz ni afearla4.
Mozart: Die Zauberflöte. Josef Greindl, Rita Streich, Maria Stader, Ernst Haefliger, Dietrich Fischer-Dieskau, Lisa Otto, Kim Borg, Martin Vantin, Marianne Schech, Liselotte Losch, Margarete Klose. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
Los cinco protagonistas de Die Einführung aus dem Serail, repiten también en Die Zauberflöte. Si les añadimos Dietrich Fischer-Dieskau y Kim Borg, tenemos ya la “alineación” habitual de Fricsay. Y por si fuera poco, cuatro grandes más como Damas y Papagena: Marianne Schech, Liselotte Losch, Margarete Klose y Lisa Otto. La batuta de Fricsay impone un carácter sereno y sobrio. Stader y Haefliger son modélicos como Pamina y Tamino.
Streich, como Reina de la noche, da todos los sobreagudos con pasmosa facilidad, la misma facilidad que demuestra Greindl en el registro grave, sólido y contundente, de su mayestático Sarastro. Fischer-Dieskau es un elegante, Papageno, nada caricaturesco. Como Damas de la Reina, una Mariscala, una Violetta y una Fricka de postín5. Este Mozart alemán de Fricsay es de primera categoría.
Mozart: Idomeneo. Waldemar Kmentt, Ernst Haefliger, Elisabeth Grümmer, Pilar Lorengar, Renato Capecchi, Eberhard Wächter, Robert Kerns, Kurt Equiluz, Georg Littasy. Wiener Philharmoniker.
El primer Mozart italiano también es mono; además, a diferencia de los otros registros, no se grabó en estudio sino en vivo, en el Festival de Salzburgo. Como tal, se beneficia de la espontaneidad de la representación, pero tiene la desventaja de los ruidos y de la toma en directo. Reparto de campanillas (estamos en Salzburgo) con el favorito Haefliger, el vienés Waldemar Kmentt, la lorenesa Elisabeth Grümmer y la maña Pilar Lorengar de estrellas rutilantes. En la batuta clara y ordenada de Fricsay, este Idomeneo es el precursor del Don Giovanni.
Mozart: Le nozze di Figaro. Dietrich Fischer-Dieskau, Maria Stader, Irmgard Seefried, Renato Capecchi, Hertha Töpper, Ivan Sardi, Lilian Benningsen, Paul Kuën, Friedrich Lenz, Georg Wieter, Rosl Schwaiger. Radio-Symphonie-Orchester Berlin.
En Le nozze di Figaro sorprende la presencia del italiano Renato Capecchi como Figaro. Sorprende y se agradece, pues su interpretación es muy satisfactoria. A su lado, un elenco muy germánico, con los habituales de Fricsay y Deutsche Grammophon: Fischer-Dieskau, Stader, Seefried, Töpper y Sardi. Entre los secundarios, el afamado Paul Kuën en la breve parte de Basilio. Un Mozart vivaz en la batuta de Fricsay.
Mozart: Don Giovanni. Dietrich Fischer-Dieskau, Walter Kreppel, Sena Jurinac, Ernst Haefliger, Maria Stader, Karl Christian Kohn, Ivan Sardi, Irmgard Seefried. Radio-Symphonie-Orchester Berlin
Es bien sabido que la distribución vocal del Don Giovanni ha sido siempre controvertida. La diatriba de si el papel del burlador lo debe cantar un barítono o un bajo es legendaria. De sobras es sabido también que las categorías vocales que estableció el Romanticismo no pueden aplicarse a los precedentes, como Rossini o Mozart. El reparto de este Don Giovanni no escapa a la controversia. Así, Karl Christian Kohn, cavernoso Leporello, habría podido haber sido un buen Commendatore, aquí un Walter Kreppel correcto, pero que no asusta como estatua espectral. Ivan Sardi, bajo de ópera pero también de oratorio, es un Masetto más elegante y menos caricaturesco de lo habitual. En cualquier caso, estas tres voces de bajo auténtico contrastan a la perfección con la de barítono puro de Dietrich Fischer-Dieskau, que compone un Don Giovanni excelente en lo vocal y lo expresivo. Ernst Haefliger escapa a cualquier discusión, pues su Don Ottavio es modélico. Entre las damas, Sena Jurinac es una Donna Anna mucho más dramática de lo habitual (excepto Birgit Nilsson con Böhm, claro). En cambio, Maria Stader es una Donna Elvira más ligera, cuando la parte la han llegado a cantar mezzosopranos (Christa Ludwig para Klemperer). Irmgard Seefried es un lujo como deliciosa Zerlina. Seguramente, lo mejor del registro vuelve a estar en las manos de Ferenc Fricsay al frente de la Radio-Symphonie-Orchester Berlin.
Mozart: Messe c-moll KV 427; Laudate Dominum; Exsultate, jubilate. Maria Stader, Hertha Töpper, Ernst Haefliger, Ivan Sardi. Radio-Symphonie-Orchester Berlin.
El Mozart sacro está representado por la Misa en do menor y el Réquiem. La misa cuenta con un reparto muy habitual, Maria Stader, Hertha Töpper, Ernst Haefliger e Ivan Sardi. Es de Perogrullo decir que tanto director como solistas están “en su salsa”. El sonido (1960) es un estéreo espacioso y claro. El CD de la misa se completa con los clásicos Laudate Dominum y Exsultate, jubilate, a cargo de Maria Stader, que está exquisita.
Mozart: Requiem KV 626. Elisabeth Grümmer, Gertrude Pitzinger, Helmut Krebs, Hans Hotter. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
Si la misa encaja en el patrón común, el Réquiem rompe muchos moldes. Aparte del mozartiano Krebs, habitual de Fricsay, el reparto lo forman tres enormes cantantes poco o nada asociados ni con el género ni con el compositor ni con el director. De Elisabeth Grümmer, lo primero que nos viene a la cabeza son sus Agathe, Elisabeth, Elsa o Eva, pero también su Donna Anna. Hay que recordar que la gran liederista no desdeñó el género, como lo demuestran sus grabaciones de las Pasiones de Bach o La Creación de Haydn. Hans Hotter, Wotan para la historia, pero también Gurnemanz, Holandés, Kurwenal, Borromeo y Júpiter, fue un experto intérprete de Lied y oratorio, con un especial afecto por las cantatas de Bach. La contralto Gertrude Pitzinger, la más veterana del reparto (1904), sí era una experta en el oratorio (y en el Lied), pero tampoco se prodigó demasiado en el disco, con lo que este Réquiem es una de las pocas oportunidades que tenemos de apreciar su canto a la antigua. A pesar de lo añejo de la toma (1951) y de un sonido mono un tanto opaco, se trata de un documento de gran valor.
Beethoven: Fidelio. Dietrich Fischer-Dieskau, Ernst Haefliger, Irmgard Seefried, Gottlob Frick, Kieth Engen, Friedrich Lenz, Leonie Rysanek. Bayerisches Staatsorchester.
Si bien es cierto que Beethoven es el primer romántico, su Singspiel Fidelio no es para nada una obra romántica. Así nos lo demuestra la dirección de Fricsay, que mira más a Mozart que a Weber. La decisión de adjudicar la parte de Florestan al mozartiano Ernst Haefliger lo corrobora. Yo sigo prefiriendo tenores de más fuerza vocal para el papel, pero hay que decir que el suizo crea un personaje muy logrado. Al menos para el papel de Leonore-Fidelio sí se optó por una soprano de mayor calibre que las habituales mozartianas. Una joven Leonie Rysanek resulta ser una espléndida intérprete del papel que da título a la obra. Sorprende la presencia de Gottlob Frick, artista habitual de Electrola pero no de Deutsche Grammophon, en el papel de Rocco. ¿Por qué no lo grabaron alguno de los fijos del sello amarillo como Josef Greindl, Ivan Sardi o Kim Borg? En cualquier caso, su creación del carcelero es antológica, como ya lo fuera para Furtwängler (Electrola). La parte de Pizarro sí fue encomendada a un fijo, Dietrich Fischer-Dieskau, que demuestra que, por muy malvado que sea el director de la prisión, no es un matón ni un barriobajero, sino Don Pizzarro, un hombre de elevada posición. Kieth Engen, tosco otras veces, es un imponente ministro. La pareja mundana, ajena al drama, la encarnan a la perfección Irmgard Seefried y Friedrich Lenz. Igual que en los Singspiele de Mozart, aquí también se optó por actores para los diálogos. Como en el caso anterior, a mí me parece una excelente decisión.
Mendelssohn: Ein Sommernachtstraum; Brahms: Alt-Rhapsodie; Mahler: Rückert-Lieder. Rita Streich, Diana Eustrati, Maureen Forrester. Berliner Philharmoniker / Radio-Symphonie-Orchester Berlin.
Ein Sommernachtstraum de Mendelssohn, cantado, naturalmente, en alemán, por Rita Streich y Diana Eustrati, es pulido y elegante. La canadiense Maureen Forrester grabó poco para Deutsche Grammophon; grabó, sobre todo, para RCA Victor y para Columbia6. Su voz suena igual de bella en la Alt-Rhapsodie de Brahms como en los Rückert-Lieder de Mahler. Estos últimos se benefician de un sonido estéreo muy natural.
Rossini: Stabat Mater. Maria Stader, Marianna Radev, Ernst Haefliger, Kim Borg. RIAS Symphonie-Orchester Berlin
Ferenc Fricsay no grabó ninguna ópera de Rossini. Sí grabó el Stabat Mater. Su visión es adusta, severa, menos operística que al uso. El reparto lo forman los habituales Maria Stader, Ernst Haefliger y Kim Borg. Con ellos, la contralto croata Marianna Radev, que era por entonces la contralto fija de Deutsche Grammophon en Berlín en el género oratorio. La prestación de los cuatro solistas es una lección de canto bello, sin exageraciones ni patetismos. Espectacular Amen.
Verdi: Requiem. Maria Stader, Marianna Radev, Helmut Krebs, Kim Borg. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
Ferenc Fricsay tampoco grabó ninguna ópera de Verdi; sin embargo sí grabó, y por partida doble, en 1953 y 1960, el Réquiem.
En el primero, encontramos otra vez a Marianna Radev, con los habituales Maria Stader, Helmut Krebs y Kim Borg. Los mozartianos Stader y Krebs dan una versión más de oratorio que operística de la obra. También Radev se integra en esta visión. Mención especial para el gran bajo finés Kim Borg, tan poco reconocido. Su bonita y cálida voz nunca pierde el color cuando pasa de los sonoros graves a los fáciles agudos. Además, canta con gusto e intención. Esta interpretación de Fricsay tiene momentos de gran intensidad, como en el Dies irae, pero en general prima la visión exequial de la obra.
Verdi: Requiem; 4 Pezzi Sacri. Maria Stader, Oralia Domínguez, Gabor Carelli, Ivan Sardi. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
En el segundo registro, al lado de Maria Stader, las partes de contralto, tenor y bajo las asumen Oralia Domínguez y los compatriotas de Fricsay Gabor Carelli e Ivan Sardi7. Domínguez exhibe su potente voz, sólida en el grave y segura en el agudo, con un tremolo muy natural. Gabor Carelli muestra una voz de tenor lírico, incisiva en el agudo pero muy dulce en general. La interpretación del también húngaro Ivan Sardi es contundente, pero sin histrionismo. La voz de Maria Stader me ha parecido demasiado angelical, especialmente en partes tan dramáticas como el Libera me. Ambas versiones son interesantes y en ningún caso son repetitivas, antes complementarias. En esta segunda, la batuta es mucho más amplia y reflexiva. El doble CD del Réquiem de 1960 lleva el couplage habitual de los sorprendentes Quattro pezzi sacri grabados en 1952; sorprendentes por su belleza y su profundidad, viniendo de un hombre ateo y anticlerical nada versado en el género.
Wagner: Der fliegende Holländer. Josef Greindl, Annelies Kupper, Wolfgang Windgassen, Sieglinde Wagner, Ernst Haefliger, Josef Metternich. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
Salvo error u omisión, este Der fliegende Holländer es el primer registro en estudio de la obra, pues todos los anteriores disponibles en CD proceden de tomas radiofónicas, ya fueran en directo o en diferido. Este se grabó en la Jesus-Christus-Kirche de Berlín en octubre de 1952, dos meses antes de que Deutsche Grammophon grabara el también pionero Lohengrin con Eugen Jochum en la Himmelfahrtskirche de Múnich. Con la llegada del disco compacto, este registro pasó de puntillas en la serie económica Double. En 2015 apareció reeditado en la serie Eloquence. Aquí Fricsay sí contó con un tenor wagneriano como Wolfgang Windgassen para el papel de Erik; a su tenor favorito, el mozartiano Ernst Haefliger, le encomendó la parte del Timonel. Daland es el también conocido wagneriano Josef Greindl, otro de los habituales de Fricsay, a quien el personaje de capitán de barco y padre bonachón le venía como anillo al dedo. Senta es la tan valorada entonces como ignorada hoy Annelies Kupper. Su timbre incisivo y su expresión dramática hacen de Senta no una niña boba sino una robusta muchacha nórdica. Josef Metternich era en su momento uno de los más afamados barítonos alemanes. Su voz era eminentemente lírica y llegó a ser el mejor barítono alemán en el repertorio italiano. Además, cantó, tanto en Berlín como en Múnich, los grandes papeles alemanes: Wotan, Telramund o Jochanaan. Der fliegende Holländer de Fricsay demuestra más de dónde viene el joven Wagner que a dónde irá el desarrollo compositivo del genio. Un clásico imprescindible.
J. Strauss II: Die Fledermaus. Peter Anders, Anny Schlemm, Hans Wocke, Anneliese Muller, Helmut Krebs, Herbert Brauer, Edwin Heyer, Rita Streich, Silvia Menz, Fritz Hoppe. RIAS Symphonie-Orchester Berlin.
Sorprende que el serio Ferenc Fricsay grabara la opereta Der Fledermaus de Johann Strauss II. La competencia discográfica (Ackermann, Krauss, Karajan, Boskovsky, Carlos Kleiber) es grande. Sin embargo esta grabación mono merece también su sitio, especialmente por el Eisenstein del malogrado tenor Peter Anders, y por Anny Schlemm y Rita Streich como sus dos féminas: Rosalinde y Adele. Los diálogos, imprescindibles una vez más, fueron supervisados por el eterno intendente berlinés Heinz Tietjen. El doble CD se completa con el vals Frühlingstimmen en la deliciosa voz de Wilma Lipp y los Berliner Philharmoniker.
DVD: Proben & Aufführung von Der Zauberlehrling & Hary Janos Suite. Ferenc Fricsay
La colección ofrece de regalo un DVD en blanco y negro de casi dos horas de duración dedicado al maestro en ensayo y concierto. Las obras son L’apprenti sorcier de Dukas y la Suite Háry János de Kodály. En el ensayo se le ve educado a la vez que meticuloso en los detalles. En el concierto se puede observar su gesto preciso, nada ampuloso ni teatral. Dado que ambas obras contienen un programa, Fricsay, en el ensayo, insiste a los músicos en los detalles de los relatos, especialmente en el de Kodály, quizás menos conocido, que sostienen el discurso musical.
La presentación es excelente. Como he dicho repetidas veces en otros artículos, las portadas originales son un plus añadido. Repasar dichas portadas le permite a uno hacer un análisis de nuestra sociedad según los gustos de la época. Algunas portadas son verdaderas obras de arte.
En conjunto, muy interesante e imprescindible para valorar justamente la labor del maestro húngaro. Haydn, Mozart, Beethoven y Wagner de muchos quilates y sorprendentes gemas escondidas.
Notas
1.- Remito al amable lector a mi anterior crítica de la edición dedicada a Eugen Jochum para más información sobre la colección de discos hablados.
2.- La emisora de radio fue creada por las fuerzas de ocupación estadounidenses para controlar la información, censurar lo que fuera necesario y, principalmente, auto-propaganda. La orquesta, creada en 1946, tuvo como primer titular el húngaro Ferenc Fricsay; el principal requisito para la titularidad era, precisamente, no ser alemán. En 1956 la orquesta fue rebautizada como Radio-Symphonie-Orchester Berlin. Así, el Psalmus hungaricus de Kodály que Fricsay grabó por partida doble, en 1954 (mono) y 1959 (stereo), con Ernst Haefliger las dos veces, aparece interpretado por la RIAS Symphonie-Orchester Berlin en el primer caso y por la Radio-Symphonie-Orchester Berlin en el segundo. En 1993 la orquesta tomó el nombre actual de Deutsches Symphonie-Orchester Berlin.
3.- Maria Stader nació en Budapest como Maria Molnár. Criada en Suiza, adoptó el apellido de sus padres de acogida. De corta estatura (apenas llegaba al metro y medio) se prodigó poco en los escenarios.
4.- De Ferenc Fricsay se conserva una emisión radiofónica de Die Entführung aus dem Serail todavía más viva, si cabe, con Sari Barabas, Rita Streich, Anton Dermota, Helmut Krebs, Josef Greindl y la RIAS-Sinfonie-Orchester (19/21-12-1949). Se publicó en LP Movimento Musica y luego en CD Walhall, Audite y Myto.
5.- Liselotte Losch estaba casada con Josef Metternich.
6.- Afortunadamente, la mayoría de grabaciones vuelven a estar disponibles en las modernas reediciones Living Stereo, Bruno Walter Edition, etc.).
7.- Además de estos Rossini y Verdi, Radev también grabó para el sello amarillo la Missa solemnis de Beethoven (Stader, Dermota, Greindl, Böhm). La mexicana Domínguez dejó para Deutsche Grammophon una Krönungsmesse, un recital de arias de ópera y su Erda en el Ring de Karajan. El tenor húngaro, poco valorado en Europa, desarrolló su carrera por casi un cuarto de siglo en la Met de Nueva York.
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