España - Euskadi
As One
Ainhoa Uria
El tema de la viola destaca entre el motor minimalista del cuarteto mientras un repartidor de periódicos luce una blusa que ha robado del tendedero de una vecina. A la izquierda se proyecta el persistente movimiento de la rueda de la bicicleta del repartidor hacia delante y a la derecha del escenario, éste nos presenta su situación encima de una caja que, al ser iluminada, muestra a una mujer pedaleando; repartidor de periódicos encima de una bicicleta cumpliendo su cometido como chico mientras un alma femenina dentro de él pedalea incansable, siempre en su pensamiento, siempre en su ser.
As One es una reflexión continua de una persona transgénero, que al principio tiene más presencia en el papel de hombre, presionado socialmente para ser el mejor en sus roles masculinos y en los que se afana por sobresalir, mientras en su debate interno la presencia femenina cada vez va teniendo más fuerza.
A medida que avanza la historia en solitario de nuestro protagonista, el papel de la mezzo-soprano va cogiendo más carga hasta quedar sola, puesto que el cambio de sexo se va a efectuar.
Siempre en soledad, las reflexiones de Hannah van adquiriendo más solidez puesto que incluso visita en varias ocasiones la biblioteca en la que descubre que no es la única persona a la que le ocurre lo mismo puesto que existe un concepto acuñado que demuestra que hay más casos.
Durante la presentación de la protagonista, en su infancia, en el momento de la construcción de su personalidad, se destapa el papel de la escuela como limitadora del crecimiento personal y como centro de adoctrinamiento militar; en su papel de alienadora de personas para cumplir un cometido en una sociedad prefabricada, la escuela dirige a sus pupilos hacia lo que según el sistema en el que viven, está bien visto, apartándolos de todos los comportamientos que no deben integrarse para el buen funcionamiento del conjunto de engranajes.
El papel de los músicos es complejo, haciendo alarde de una exhaustiva sincronización a lo largo de la arriesgada partitura, sobre todo, en pizzicatti muy rápidos en los que el cuarteto discurre de forma muy hábil. Las texturas a las que hace frente, tanto minimalistas como polirrítmicas o líricas de melodía acompañada entre otras, representan de forma muy descriptiva las sensaciones que acompañan a la protagonista. El maestro Calvo-Tapia ejerce un papel de buen coordinador en todo momento ante una partitura peligrosa por su irregularidad.
El peso vocal total de la ópera recae en dos cantantes únicamente, dando la sensación de cercanía e intimidad durante su transcurso. El actor y barítono Enrique
El ritmo de la obra es interesante desde el punto de vista del descubrimiento de material argumental a medida que avanza la ópera, teniendo como algunos puntos importantes la decisión de la protagonista de no visitar a sus padres en Navidades, momento en el que los músicos se mueven de su sitio entrando en escena para ambientar la época con cánticos navideños, o el momento en el que Hannah se da cuenta de que las minorías sexuales son tremendamente maltratadas en la sociedad. De todos modos, el tiempo que el libreto dedica al retiro de la protagonista en Noruega es muy extenso, dado que se encuentra en la finalización de la ópera, en su desenlace y da la sensación de no avanzar puesto que el texto gira en torno a una misma idea durante un minutaje extenso.
El color amarillo, protagonista en el libreto de la ópera, es una elección también de la directora de la coproducción, Marta Eguilior para su imagen visual, por el recuerdo en su infancia de ser un color usado indistintamente en niñas y niños, motivo por el cual lo asocia con nuestra protagonista, que al finalizar la obra halla la calma al llegar a la conclusión de que debe liberar su pensamiento de su sexualidad.
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