Ópera y Teatro musical
Bicentenario de Der Freischütz1. El Kapellmeister von Weber
Josep Mª. Rota
Se habla hoy de un resurgimiento del interés por la ópera romántica alemana. Pero esto no puede ser válido para Der Freischütz. Pues esta obra de Weber no es, o no es solamente, una ópera romántica en el sentido de la historia de la música. Es la obra que inició la serie de esas óperas, que la representa como ninguna otra y que la agota. No es el ejemplo de un determinado estilo operístico, sino una obra totalmente sui generis, como no se escribió ni se ha podido escribir antes ni después. Wilhelm Furtwängler, Sonido y palabra
El 18 de junio de 2021 se cumplen doscientos años del triunfal estreno de la ópera Der Freischütz de Carl Maria von Weber, seguramente la piedra fundacional de la ópera romántica alemana.
Este trabajo está centrado en conmemorar dicha obra y su autor. Sin embargo, no es, ni lo pretende, un trabajo exhaustivo más allá de lo que se refiere a Der Freischütz. Una parte importante de este trabajo está dedicada a la crítica discográfica y videográfica del Freischütz (y que yo conozca, haya escuchado y visto).
En esta parte he evitado conscientemente ordenar las grabaciones y filmaciones según su calidad, de mejor a peor, cosa que siempre es arriesgada y discutible, aun cuando el simple hecho de comentarlas ya es subjetivo y, por tanto discutible a la vez que arriesgado.
Quiero dar las gracias a Maruxa Baliñas y a Xoán M. Carreira por permitirme publicar este trabajo. También quiero agradecer a Carlos Ginebreda el material prestado para él.
Apuntes biográficos
Carl Maria von Weber vino al mundo el 18 de noviembre de 1786 en Eutin, Obispado de Lubeca (Lübeck). Era hijo de Franz Anton von Weber, músico, director de orquesta y de teatro, y de su segunda esposa, la austríaca Genovefa Weber (nacida Brenner), actriz y cantante. Parece ser que el “von” característico de la nobleza fue añadido al apellido por capricho paterno. El mismo Weber escribió su nombre como Karl Marie en la primera obra que publicó, las Sechs Fugetten.
El hermano mayor de Franz Anton, Fridolin Weber, casado con Maria Cäcilia Stamm, fue el padre de cuatro cantantes famosas: Josepha, Aloysia, Constanze, y Sophie. Por el matrimonio de Constanze, pianista además de cantante, con Wolfgang Amadè Mozart, éste y Weber resultaron ser primos políticos.
Tanto el padre como la madre procedían de familias católicas del sur de Alemania; por consiguiente, Carl Maria fue educado en la fe católica en el Holstein protestante. El padre dirigía una compañía de teatro ambulante, por lo que la familia cambió frecuentemente de ciudad: Hildburghausen, Salzburgo, Múnich, Viena, Freiberg, Chemnitz, Augsburgo. Recibió formación musical de Michael Haydn en Salzburgo, y del Abbé Vogler en Viena.*
Con tan solo diecisiete años, fue nombrado director del teatro de la ópera de Breslau en 1804. El joven Kapellmeister emprendió ambiciosas reformas en el funcionamiento del teatro. Después de estar al servicio de los duques de Württemberg, en Silesia y en Stuttgart, viajó por diversas ciudades alemanas hasta que fue nombrado Operndirektor en el Ständetheater de Praga en 1813, en donde trabajó hasta 1816.
En 1817, después de una estancia en Berlín, ocupó el cargo de Königlicher Kapellmeister und Direktor der deutschen Oper en el Hoftheater de Dresde. Allí centró sus esfuerzos en la fundación de la ópera nacional alemana. Ese año se casó con la cantante Caroline Brandt, la primera Silvana, con la que tuvo tres hijos. En esta época compuso su ópera más famosa, Der Freischütz, seguida de Euryanthe.
Después de una estancia en París, donde conoció a Rossini, recibió de Londres el encargo de una gran obra escénica, Oberon. Enfermo de tuberculosis, Weber viajó a la capital inglesa para el estreno y las subsiguientes funciones. Su estado de salud era preocupante, más en él, enfermizo desde la más tierna infancia. Murió en cama en la noche del 5 de junio de 1826. Tenía tan solo 39 años. Enterrado en Londres, Richard Wagner promovió y gestionó el traslado de sus restos a Dresde en 1844.
Kapellmeister
Después de ocupar puestos de director en diversos lugares, fue en Dresde donde ejerció la labor hasta su prematura muerte. El Teatro de la ópera de Dresde ya tenía un director, el compositor italiano Francesco Morlacchi. Esta dualidad de compositores se mantuvo en Dresde hasta finales del siglo XIX, cuando Ernst von Schuch asumió la dirección él solo. Así, fueron codirectores Morlacchi, Weber, Reissiger, Wagner, Krebs, Dietz, Schuch y Wüllner. A la corte sajona hay que atribuirle el honor de haber sido la primera en Alemania en institucionalizar un director para la deutsche Oper, [la Ópera alemana].
Por otro lado, Weber fue uno de los primeros directores de orquesta en el sentido moderno de la palabra, como Mendelssohn y Wagner. Ya en 1804, en Breslau, provocó un terremoto al cambiar la disposición habitual de la orquesta, cosa que promovería luego así mismo en Dresde. También era un eficaz organizador a la hora de programar el calendario, poniendo en práctica, por ejemplo, los ensayos parciales, por familias de instrumentos.
Con los cantantes venía primero la lectura del texto ante la compañía (Leseprobe), en la que Weber daba ya indicaciones escénicas; seguían luego los ensayos individuales con los cantantes (Zimmerproben), cosa que hoy hace el répétiteur. Quedaban aún un par de ensayos conjuntos pero sin movimiento escénico, con los cantantes sentados en el escenario (Setzproben) antes de los ensayos generales (Generalproben), generalmente entre dos y cuatro.
Además era un competente administrador, que supervisaba personalmente el registro de cantantes y músicos de la orquesta. Como director, supo sacar de la orquesta de Dresde, la Königliche musicalische Kapelle, un sonido que la convirtió en la mejor de Alemania, según Beethoven. Wagner, también titular de la orquesta, reconoció que
no habría existido el Lohengrin sin el brillo de los violines de Dresde, ni las obras posteriores sin el recuerdo de la conmovedora cantilena de su madera y el brillante sonido de su metal.
Obras
Carl Maria von Weber escribió todo tipo de música en todos los géneros: dos sinfonías (ambas en do mayor), dos conciertos para piano, dos para clarinete y uno para fagot; música sacra (“Grosse Jugendmesse“, “Freischützmesse“ y “Jubelmesse“); Lieder, música incidental (Preciosa), cantatas (Kampf und Sieg, Jubel-Kantate) y música de cámara; entre sus obras para piano destaca el Rondo brillant Aufforderung zum Tanz, orquestado luego por Hector Berlioz. Curiosamente, esta es una de sus obras más conocidas e interpretadas.
En el género operístico, que es el que nos ocupa, compuso un total de once óperas. La primera obra fue Die Macht der Liebe und des Weins (El poder del amor y del vino), escrita en Múnich entre 1798 y 1799, es decir, cuando contaba con solo doce años; no se conserva nada de ella. Con trece años compuso Das Waldmädchen (La muchacha del bosque), ópera en dos actos, con libreto de Karl Ritter von Steinsberg. Se estrenó en Freiberg, Sajonia, en 1800. La ópera se daba por perdida hasta que una partitura completa fue descubierta en los archivos del Mariinsky de San Petersburgo en 2000.
En 1803 compuso Peter Schmoll und seine Nachbarn (Peter Schmoll y sus vecinos), con libreto de Joseph Türk. Se han conservado los números musicales, pero no los diálogos; aún así, el argumento puede seguirse de manera aproximada.*
Entre 1804 y 1805 se dedicó a la composición de Rübezahl, ópera en dos actos, con texto de J. G. Rohde. Solo llegó a componer tres números, cuya música reaprovechó luego, principalmente para la obertura Der Beherrscher der Geister (El señor de los espíritus). En cierta medida, también podría hablarse de reutilización en su siguiente ópera, Silvana, con texto de Franz Carl Hiemer, basado en su primeriza ópera Das Waldmädchen, con el título traducido ahora al latín. Se estrenó en Frankfurt en 1810 y puede considerarse el primer éxito de Weber como compositor operístico.*
Con libreto del mismo Franz Carl Hiemer compuso Weber Abu Hassan, una deliciosa turquerie que se estrenó en 1811 en Múnich. Su modelo fue Der Kaufmann von Smyrna, de su maestro Vogler.*
Tuvieron que pasar diez años para que Weber pudiera estrenar una ópera. Fue Der Freischütz, motivo de este trabajo, que se estrenó en 1821; las grabaciones existentes se comentan en un apartado especial.
Entre 1820 y 1824 anduvo Weber ocupado en la composición de Die drei Pintos (Los tres Pintos), que quedó inconclusa. La completó Gustav Mahler. El estreno póstumo fue en 1888.*
Euryanthe se estrenó en el Theater am Kärntnertor de Viena en 1823. El libreto de Helmina von Chézy resultó ser endeble; aún así, la obra cosechó sendos éxitos en los estrenos en Viena, Dresde y Berlín, éxitos que, lamentablemente, no han perdurado.*
El último trabajo fue Oberon or The Elf King’s Oath (Oberón o el juramento del rey de los elfos), con texto de James Planché, estrenada en Londres en 1826.*
Notas
1. Otros distinguidos alumnos de Georg Joseph Vogler fueron Aloysia Weber, Danzi, Ritter, Winter y el berlinés Jakob Beer, conocido luego como Giaccomo Meyerbeer. Weber no solo era un virtuoso del piano, sino también de la guitarra.
2. Existen dos grabaciones en CD, una de Marco Polo (Busching, Schmidt, Pfeffer, Basa, Porcher, Schöpflin; Philharmonisches Orchester Hagen, Markson, 1993) y otra de Capriccio (Edelmann, Grümbel, Revolskaya, Kohlhepp, Seidl, Bamberger; Radio-Symphonieorchester Wien, Paternostro, 2019)
3. Existe también una grabación de Marco Polo (Spemann, Haller, Ruzzafante, Pfeffer, Fiehl, Dittebrand, Isken, Sturm, Gómez, Adam, Thies; Philharmonisches Orchester Hagen, Markson, 1996) y una moderna de cpo (Kaune, Krapp, von Bothner, Schörner, Pauly, Roth; Münchner Rundfunkorchester, Schirmer, 2010).
4. Afortunadamente, esta pequeña joya está muy bien servida en el disco: la veterana grabada por Leopold Ludwig en Berlín en 1944 (Schwarzkopf, Witte, Bohnen; Rundfunk-Sinfonieorchester Berlin); la de Rögner para RCA, producida en la DDR (Hallstein, Schreier, Adam; Staatskapelle Dresden, 1971); la clásica de Wolfgang Sawallisch para EMI (Moser, Gedda, Moll; Orchester der Bayerischen Staatsoper München, 1975); y la historicista de Weil para Deutsche Harmonia Mundi (Stojkovic, Dürmüller, Selig; Cappella Coloniensis, 2002).
5.Solo conozco la existencia de la grabación clásica de RCA (Grundheber, Kruse, Popp, Lövaas, Hollweg, Prey, Moll, Scovotti; Münchner Philharmoniker, Bertini, 1976) y la moderna de Naxos (Holzer, Furlong, Zechmeister, Marilley, Shaw, Svab; Orquesta nacional de Bielorrusia, Arrivabeni, 2004).
6. A pesar de que se conservan varias emisiones radiofónicas, solo fue llevada al disco oficial por EMI en 1974 (Norman, Hunter, Gedda, Krause, Vogel; Staatskapelle Dresden, Janowski). En 2018 apareció una grabación en CD Capriccio y DVD Naxos (Cerny, Reinhardt, Wagner, Foster-Williams, Kronthaler, Neubauer; ORF Radio-Symphonieorchester Wien, Trinks). El otro DVD existente es el de Dynamic (Prokina, Fogasova, Chung, Scheibner, Savoia, Orchestra del Teatro Lirico di Cagliari, Korsten, 2002).
7. La discografía oficial tampoco fue generosa con Oberon. Queda la clásica de Kubelík para Deutsche Grammophon en 1971 (Nilsson, Hamari, Domingo, Prey, Grobe; Sinfonie-Orchester des Bayrischen Rundfunks) y una moderna y provinciana grabación de Oehms en 2018 (Kerschbaumer, Roschkowski, Marx, Peros, Seidler, Egorov; Philharmonisches Orchester Gießen, Hofstetter). De la versión original en inglés apareció en Decca en 2004 una grabación (Martinpelto, Davislim, Kaufmann, Dazeley, Bourne, Comparato; Orchestre Revolutionnaire et Romantique, Gardiner). A pesar de que se trata solamente de una selección, no puedo dejar de citar el disco de Wilhelm Schüchter con Ingrid Bjoner, Jess Thomas, Hetty Plümacher, Herbert Brauer, Erika Köth y los Bamberger Symphoniker (Eurodisc, 1963).
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