España - Madrid

Valores en alza

Germán García Tomás
viernes, 9 de julio de 2021
David Afkham © by Gisela Schenker David Afkham © by Gisela Schenker
Madrid, lunes, 21 de junio de 2021. Auditorio Nacional de Música (Sala Sinfónica). La Generación Ascendente. Patricia Cordero (violín), Alejandro Gómez Pareja (violonchelo). Orquesta Sinfónica Freixenet de la Escuela Superior de Música de Madrid. David Afkham (director). Johannes Brahms: Doble concierto para violín y chelo en la menor op. 102. Robert Schumann: Sinfonía nº 4 en re menor op. 120. Ocupación: 60%.
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Con este concierto plenamente romántico dedicado a Brahms y Schumann, dos compositores de avatares vitales y artísticos estrechamente unidos, hemos tenido la oportunidad de presenciar el enorme talento de nuestros más jóvenes músicos tanto a nivel individual como colectivo. Con su apropiado y pertinente título, el ciclo de La Generación Ascendente de la Escuela Superior de Música Reina Sofía ha convocado a los miembros de su formación oficial, la Orquesta Freixenet, bajo la experta y atenta batuta del alemán David Afkham acompañando a dos de esas promesas cumplidas: la violinista Patricia Cordero y el violonchelista Alejandro Gómez Pareja, quienes han presentado al público del Auditorio Nacional sus elevadas virtudes técnicas en el Doble concierto de Brahms, partitura híbrida, pese a ser menos interpretada con habitualidad, nada baladí en la producción concertante del hamburgués.

Ambos instrumentistas fueron arropados en todo momento por Afkham en los sucesivos tutti, magníficamente articulados por una orquesta bien engranada que, cantable y expansiva, respondía de forma segura y precisa a cada indicación del director. Los dos solistas exhibieron un diálogo fluido y una absoluta complementación en los diferentes intercambios de esta página con una seguridad y un aplomo dignos de intérpretes de gran madurez. La belleza del sonido de ambos instrumentos, la estupenda afinación y la seguridad de los ataques, cálidos e incisivos, se pusieron de manifiesto desde las primeras intervenciones a solo de chelo y violín, aunando durante todo el concierto aliento lírico con bien medida exhibición de virtuosismo, algo que en el movimiento conclusivo fue una traducción sensacional. Es todo un orgullo disfrutar de versiones de tanta solera y pasión por parte de instrumentistas tan jóvenes, algo que el público agradeció con holgura y que fue obsequiado por una pizpireta propina de fragancias populares eslavas que volvió a poner sobre la mesa la enorme compenetración entre Cordero y Gómez Pareja: la Zingaresca del Dúo para violín y chelo del músico checo Erwin Schulhoff.

Por si hubiera sabido a poco, acto seguido se pudo seguir comprobando el excelente nivel de la Orquesta de la Escuela Reina Sofía en su interpretación de la experimental y rompedora Sinfonía nº 4 de Schumann, planteada como un todo unitario a través de sus movimientos enlazados. Y esa fue la visión que sirvió David Afkham en una pujante y vigorosa lectura en la que, sin perder el equilibrio, primó el aspecto rítmico y los contrastes entre dinámicas hasta los arrolladores acordes finales, acelerados por el impulso de la batuta, tan curtida en mil batallas. Si bien la sección de metales mostró bastante volumen no exento de cierta aspereza, todos los atriles de la joven formación madrileña, perfectamente empastados –exquisitos los fugatos del cuarto movimiento-, lucieron sus capacidades en una sobresaliente lectura de claro y meridiano discurso.


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