España - Cantabria
Los Mendelssohn
Ainhoa Uria
Fanny y Félix
Tanto Fanny como Félix se afanaron en su trabajo musical hasta convertirse en muy buenos compositores e intérpretes y a medida que fueron creciendo, la carrera de Félix le llevó a un viaje musical que a Fanny no se le ofreció, puesto que socialmente no era usual que una mujer desarrollara una carrera en los escenarios. Aunque eso no fue impedimento para que de una forma u otra, Fanny se las ingeniara para tener presencia en la vida musical berlinesa tocando, componiendo, estrenando sus obras como intérprete o dirigiendo, tanto música coral como orquestal.
Las vidas de los hermanos discurrieron por diferentes caminos aunque mantuvieron una continua correspondencia musical gracias a la cual, podemos acercarnos más a sus vidas, sus pensamientos y al momento histórico en el que vivieron; Felix se dedicó de lleno a la composición mientras que Fanny, siguiendo las directrices de su padre y sucumbiendo a los marcados convencionalismos sociales, aprovechaba para ello los momentos que le restaban sus quehaceres caseros, pero aún así, consiguió hacerse un hueco en la historia de la música.
Con ánimo de reunir a los hermanos Mendelssohn y a dos de sus composiciones más populares, se programa el concierto de la Orquesta Sinfónica del Cantábrico, una bonita idea en la que Fanny y Félix se ven, virtualmente, en el mismo escenario. Reza la web de la OSCAN que son la primera formación sinfónica profesional de Cantabria, también tiene un apartado para hablar de su su fundadora y directora, Paula Sumillera, formada en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
Unos micrófonos encima de la maestra Sumillera atestiguan que el concierto está siendo grabado; la reunión de los hermanos lo merece. Desde el bello comienzo de la obertura la dirección es clara y precisa, sobre todo, en los cambios de tempo, bien anunciados y bien ejecutados. El gesto, algo tibio al comienzo se torna cada vez más orgánico y eficaz. La orquesta, realiza una labor bien entendida prestando buena atención al final de los fraseos y su distribución con cellos al frente, consigue que sus pasajes sean muy disfrutados. Al sonido le cuesta llegar al público en los momentos de gran impacto de la Escocesa de Felix, posiblemente debido a la falta de concha acústica, pero la intención de incremento de tensión e intensidad se puede percibir en los gestos de sus músicos; todos los sentidos pueden ser empleados a la hora de la escucha de un concierto.
Como reflexión hoy en día, considero que sería interesante que la música hecha por mujeres cada vez fuera más tocada o dirigida por ambos géneros indistintamente; las grandes obras de la literatura musical son un enorme legado cultural y nuestra responsabilidad es mantenerlas vivas sin distinción de género. Así, poco a poco, vamos saldando la deuda que teníamos con artistas y creadoras, devolviéndolas a la historia, en muchos de cuyos libros ocupaban un lugar muy reducido, en el caso de haber tenido la suerte de haber sido citadas. Es importante que el silenciado trabajo artístico femenino sea cada vez más defendido tanto por mujeres como por hombres, igual que ambos géneros defienden sin temor a error el trabajo masculino. No cabe duda de que en ambos casos se ha escrito música tanto de primera calidad como de calidad media, pero qué bonito sería atajar de una vez por todas el sexismo y que pudiéramos disfrutar del buen hacer que las personas del pasado nos dejaron como legado
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