Discos

Nocturnos para un nuevo milenio

Paco Yáñez
lunes, 19 de julio de 2021
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Joan Arnau Pàmies: Nocturnes, fantasias. Joan Arnau Pàmies, piano, piano eléctrico, sintetizador, guitarra eléctrica, instrumentos MIDI, controladores, procesado de señales digitales, grabación y mezcla. Chris Mercer, masterización. Chris Mercer y Hans Thomalla, productores. Un CD DDD de 51:24 minutos de duración grabado en Lleida y Reus (España), en 2020. Sideband Records 05.
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Por cuarta semana consecutiva, continuamos de la mano de compositores españoles en la sección discográfica de Mundoclasico.com, aunque no tengo del todo claro si tal gentilicio será completamente del agrado de quien hoy nos visita, Joan Arnau Pàmies (Reus, 1988), músico y compositor que se ha involucrado de forma frontal y decidida, a lo largo de los últimos años, en el Procés catalán, buscando el advenimiento de esa república independiente de la que nos habló en la que fue su segunda entrevista para nuestro diario, publicada en abril de 2020, y en la que la política tenía (como ya es habitual en el pensamiento tan altamente concientizado de Joan Arnau Pàmies) una importante presencia, ya no sólo por cuestiones de índole soberanista, sino por lo que a los planteamientos de la nueva izquierda internacionalista se refiere. 

Como uno tiene más querencia por esa izquierda internacionalista que por los necionalismos alzafronteras, espero que Cataluña y el propio Pàmies sigan formando parte de un Estado, el español, que sea capaz de articular —en el marco de lo europeo— esa finisecular y proteica heterogeneidad que lo caracteriza: ésa que hizo pensar a Chateaubriand, a comienzos del siglo XIX, que España era una de las naciones europeas en las que la república tendría un mejor acomodo, por la diversidad de cada uno de los pueblos que la integran.

Fueron, precisamente, las Memorias de ultratumba (1848) de François-René de Chateaubriand una de mis lecturas de más grato recuerdo durante los meses de estricto confinamiento, allá en la primavera del 2020: unos meses que supusieron una rara oportunidad para que muchos compositores y músicos encontrasen un tiempo de serenidad y silencio, dentro del continuo trajín que caracteriza a la vida de aquellos de más alto nivel. En el caso de Joan Arnau Pàmies, dicho confinamiento se produjo en Cataluña, a los pocos meses de su regreso de los Estados Unidos, donde había vivido desde el año 2007, y país en el que había cursado sus estudios superiores y su doctorado, en Boston y en Chicago. 

Pues bien, mientras uno se abismaba —entre otras— a la extensa lectura de Chateaubriand, Joan Arnau Pàmies seguía dando forma a un ciclo de piezas que constituye uno de los resultados más aquilatados de sus meses de confinamiento (así como de su nueva forma de comprender la música): las doce piezas englobadas en el compacto Nocturnes, fantasias (2020), del que hoy les damos cuenta.

Ahora bien, se trata de una nueva forma de trabajo dentro del catálogo de Joan Arnau Pàmies que ya se había iniciado un año antes, tal y como él mismo nos contaba en su última entrevista: 

En mayo de 2019 empecé a grabar algunos temas con medios electrónicos. Utilicé samples y sintetizadores digitales, y compuse patrones rítmicos sencillos, habituales en la música techno. La experiencia me ayudó muchísimo a volver a disfrutar de la música desde una perspectiva más ligera, también más centrada en aspectos puramente técnicos. Me lo tomé como un estudio de la producción musical: cómo ecualizar una parte vocal correctamente, qué parámetros debo automatizar en una mezcla, cómo tratar la frecuencias inferiores a cincuenta hercios... Aprendí muchísimo sobre aspectos técnicos que desconocía. Este proceso me llevó a tratar la situación como algo más que un entretenimiento —conseguí hasta un sintetizador analógico, además de varias controladoras MIDI; aprendí a utilizar todo tipo de software, hasta escribí código para una aplicación—, y así fue como empecé a conceptualizar no sólo un álbum, sino también un proyecto creativo paralelo a mis actividades compositivas.

De dicho proceso de reformulación compositiva nació no sólo el disco que hoy nos visita, sino todo un concepto musical que dio lugar (¿forzó?) a un seudónimo con el que el propio Pàmies parece querer diferenciar su trabajo en este campo del que desarrolla en lo que denomina (de forma muy consciente y premeditada, tal como nos explicó hace un año, citando su propia tesis doctoral) Nueva música. Dicho seudónimo es Inlet Industry, y con él Joan Arnau Pàmies ha compartido con nosotros piezas como las integradas en Dialectics of Collapse (2020), un trabajo que el compositor catalán dice que 

recibe influencias muy distintas de lo que suelo escribir: aquí uno puede escuchar electrónica futurista de los años setenta, synth pop (con la voz de mi compañera de trabajo y pianista Vivian Sànchez), industrial... pero, también, sonoridades que nos recuerdan a Stockhausen o Xenakis.

Algo de todo ello hay, sin duda, en Nocturnes, fantasias, un álbum que, de entrada, produce un choque importante, si uno tiene en su memoria piezas de Joan Arnau Pàmies como el ciclo Produktionsmittel (2014-16) —del estreno de cuya segunda pieza les dimos cuenta en noviembre de 2014— o sus obras paramétricas más densas y extremas. Viniendo de todo ese universo tan deudor de Brian Ferneyhough, de la (¿mal llamada?) New Complexity, y de una Nueva música que en Pàmies había conocido expresiones de un virtuosismo y de una dificultad realmente apabullantes (sus partituras paramétricas, además de su gran belleza plástica, imponen realmente respeto —y diría que meses de estudio—), adentrarse en Nocturnes, fantasias supone un contraste tan fuerte, que, en una primera audición poco atenta, puede producir hasta cierto 'rechazo', inmersos como lo estaremos en un universo musical, aparentemente, más simplificado.

En todo caso, esa simplificación alquitara y reconceptualiza muchos de los códigos personales, estéticos e históricos con los que Joan Arnau Pàmies lleva trabajando desde hace décadas. Así, en la primera de sus piezas, Wien 1909, escucharemos lo que parece la exposición germinal de una serie —cual si en el Kammerkonzert (1923-25) de Alban Berg nos adentráramos—, si bien no trabajada con alturas desde el pentagrama, sino en ordenador, con distintos sonidos sintetizados, manipulados y mezclados por el propio compositor catalán, siendo ésta una de las diferencias fundamentales con sus métodos de trabajo previos en el ámbito de la Nueva música, caracterizados por la habitual secuencia de composición-notación-interpretación. En el caso de Nocturnes, fantasias, Joan Arnau Pàmies tira de su faceta de músico, y él mismo toca piano, piano eléctrico, sintetizador, guitarra eléctrica, instrumentos MIDI y controladores, así como el procesado de señales digitales: todo un banco de sonidos que posteriormente mezcla y edita desde una base de creación musical que podemos caracterizar (el propio Pàmies así lo hace) como improvisación libre: uno de sus ámbitos expresivos (¿paradójicamente?) más habituales (en un compositor cuyas partituras paramétricas más estrictas parecen no dejar ni un resquicio de la articulación al azar, marcadas por un hipercontrol del proceso interpretativo). Aquí, el trazo es más suelto, la intuición gana terreno ante una razón omnipresente en otras de su piezas, y entre todo ello se asoma una verdadera nostalgia por unos tiempos (como los de la Segunda Escuela de Viena) en la base y en el espíritu de tantas músicas como después de ella han sido, la del propio Pàmies incluida.

Así pues, nos movemos desde un sesudo estudio de las posibilidades de la notación musical más compleja hasta lo que Joan Arnau Pàmies define como un proceso de ensayo-error desde su improvisación en estudio, en la reclusión de unos meses de calma y silencio que pueden estar, asimismo, tras el ambiente y el espíritu de muchas de estas piezas, como Meditació: segundo corte del disco y una buena muestra de las horas en las que el compositor de Reus nos dice que ha creado estas obras, de noche: momento en el que también nos invita a escucharlas, en silencio y en buenas condiciones de sonido (sea —especifica— con cascos o con un equipo de alta fidelidad). Y es que, aunque se revistan de cierta depuración (quizás más que sencillez), las doce propuestas reunidas en Nocturnes, fantasias nos ofrecen muchos momentos en los que las capas musicales se acumulan y abigarran (marca de la casa en Pàmies), de forma que en piezas como Sonatina o Decoupling los ecos estilísticos se multiplican (la música experimental norteamericana y el jazz más avanzado no dejan de estar por ahí), así como la granularidad del sonido, que parece crepitar y propagarse en diferentes direcciones (todo ello realzado por una calidad de sonido excelente, como es propio de estos procedimientos básicamente electroacústicos —aunque, también por ello, presentan en conjunto estas piezas esa cierta frialdad que conocemos en otros compositores que, incluso desde cierto lirismo electroacústico, no dejan de mostrar ese carácter un tanto robótico, como el propio Vangelis. 

En Nocturnes, fantasias algunos de sus mundos acústicos parecen asomarse, igualmente, a ciertos ecos del juego y de lo lúdico, como escuchamos en The Fallibility of Memory—).

La pervivencia (y/o la actualización) de algunas de las formas arquetípicas de la Nueva música está representada en este disco por sonoridades como las que Kryptogramm nos comunica. Séptima pieza del compacto, en ella parece remedarse, con métodos electrónicos, la rugosa sobrepresión de arco en las cuerdas, multiplicada y expandida a lo largo del disco con efectos que evocarán tanto el tapping en la guitarra como la percusión del tornillo del arco contra las cuerdas (técnica paradigmática de la musique concrète instrumentale en obras como Toccatina (1986), de Helmut Lachenmann). Mostrando los múltiples rostros que un mismo instrumento nos puede ofrecer, la riquísima pluralidad de su timbre y lenguaje armónico (aspecto central que también lo es en las investigaciones de Joan Arnau Pàmies en el terreno de la Nueva música), si avanzamos una sola pieza, en Malpaís nos encontraremos con una guitarra que es ya calidez melódica de tintes mediterráneos, tan poéticos y sensuales como nos sugiere esta evocación nocturna. También podría evocar ese mundo la novena pieza, Pulse, verticals, cuyo piano es totalmente deudor (sea ello consciente o no) de otro compositor catalán, Frederic Mompou, con su elegante y ascético lirismo, aquí multiplicado por medio de una electrónica que crea paisajes de fondo para ese piano y que lo expande con guiños —de nuevo— al mundo de un Vangelis, por lo que no deja de haber una voluntad de homenaje(s) y cierta sonoridad que diría retro, cual si Joan Arnau Pàmies hubiese aprovechado este momento de retiro y silencio que ha propiciado la pandemia para reconocer(se) y hacer explícitas las raíces que lo conectan (y nutren) con otro tipo de corrientes y estilos musicales (que anteriormente nos podrían parecer hasta extrañas en su aparato estilístico).

Por su parte, piezas como Quodlibet y Formeller Überschuss (Exceptio probat regulam) nos adentran en otro aspecto tan importante en Pàmies como el tiempo —algo que, asimismo, destaca Pablo Santiago Chin en sus notas—: un tiempo que en estas dos piezas contrasta de forma muy notable, con la lánguida quietud de la primera, mientras que en la segunda las temporalidades se superponen y multiplican de forma febril en sustratos simultáneos, con ecos estilísticos que perforan esos tiempos (que de cronológicos devienen históricos), para hacer converger sobre Formeller Überschuss desde el Stockhausen (compositor tan respetado y estudiado por Pàmies) electroacústico de los años cincuenta y sesenta a improntas del techno más experimental (una impronta, la del techno y la fusión, que está mucho más presente, dentro del catálogo de Joan Arnau Pàmies/Inlet Industry, en el álbum Dialectics of Collapse). Sea como fuere, en Formeller Überschuss podemos rastrear otra dimensión compositiva crucial en Pàmies: la de la arquitectura musical, pues estamos ante una estructura abigarradamente articulada hasta sus más mínimos puntos de apoyo y fuerza, que esta pieza parece querer evidenciar hasta alcanzar sus componentes más esenciales, a modo de átomos musicales, por lo que las deudas con los modelos granulares son muchas (sonoridad y principio organizador del discurso, éste de la granularidad, tan habitual en la música electroacústica de la pasada centuria —y que a lo largo del siglo XXI tantas veces ha sido remedado en el discurso instrumental, como veremos en próximas fechas con respecto a la música de otro compositor español actual, el madrileño José Manuel López López—).

Tras haber escuchado varias veces las doce piezas que componen Nocturnes, fantasias, son muchas las preguntas que nos podrán asaltar, ya no sólo pensando en esta música propiamente dicha, sino contextualizándola en el catálogo previo del compositor catalán: ¿Evolución lógica de un pensamiento musical? ¿Claudicación? ¿Acercamiento al público? ¿Búsqueda de una democratización musical por medio de formas musicales más accesibles?... Viniendo de ese Joan Arnau Pàmies más paramétrico al que a lo largo de esta reseña nos hemos referido, del autor de obras tan sesudas y complejas como [IVsax(op_VIvln/c)] (2012), [IVsaxVIvlc]^[III(bflbclvln/a)] (2012), [k(d_b)s] (2012-13), [VItbn]^4 (o quatre panells per a trombó sol) (2013), o [V(fl.ob.vln/c)IIIkl] (2013), son, éstas, preguntas (y posibles respuestas) a las que cada uno de nosotros debe contestar a medida que se adentra en estos —parafraseando libremente las lecciones de Italo Calvino en Harvard— nocturnos para un nuevo milenio.

A dar una más cumplida respuesta a dichas preguntas, así como a disfrutar de estas piezas (a poder ser, en la quietud y en el recogido seno de la noche), ayudan unas tomas de sonido muy cuidadas: producto del gran dominio que Joan Arnau Pàmies tiene de estos medios electrónicos, así como del control que a lo largo de todo el proceso de interpretación, mezcla y edición ha realizado el propio Pàmies. También ha querido cuidar el compositor catalán la edición física de su compacto, publicado por el sello estadounidense especializado en música actual Sideband Records, que cuenta en su libreto con una presentación de este proyecto a cargo de Joan Arnau Pàmies, así como con una breve biografía del compositor de Reus y con un ensayo de cuatro páginas (en inglés) a cargo del compositor costarricense Pablo Santiago Chin, en el que se adentra en el pensamiento musical de quien fue su compañero de estudios en Chicago, así como pone en perspectiva estas piezas con lo que son partituras en el ámbito de la Nueva música más re-conocidas de Joan Arnau Pàmies: un compositor del que seguimos esperando, en todo caso, también un disco compacto que refleje su buen hacer en ese estilo paramétrico en el que sus partituras no han dejado de deslumbrarnos a lo largo de los últimos años.

Este disco ha sido enviado para su recensión por Joan Arnau Pàmies.

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