Alemania
El cascanueces en la versión de Demis Volpi
Juan Carlos Tellechea

Desde su estreno mundial el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro Mariinski, de San Petersburgo, “El cascanueces“, con música de Piotr Chiakovski, no puede faltar en ninguna celebración de Navidad.
Pero, reinventar este ballet clásico no es tarea fácil. Demis Volpi, director y coreógrafo jefe del Ballett am Rhein lo ha logrado con su equipo, con gran amor por el detalle, y fue largamente ovacionado por el público, de pie, este sábado en el estreno de su nueva versión en la Ópera de Düsseldorf.
La sala estaba colmada hasta el techo: niñas y niños con sus padres; abuelas y abuelos con sus nietas y nietos; adultos en general. No faltaba nadie.
En las calles de Düsseldorf y en toda la región de su entorno no hay ni señales de nieve. Los únicos copos que caen sobre el escenario son artificiales. También aquí se advierte el cambio climático producto del calentamiento atmosférico global.
Los niños ya no libran batallas con bolas de nieve; juegan con un balón de goma, y las niñas saltan a la cuerda de goma elástica, mientras las sombras de sus padres aparecen una y otra vez detrás de un enorme cristal esmerilado, decorando un árbol de Navidad con enormes estrellas.
Biedermeier, de forma sutil sigue pareciendo totalmente contemporáneo. comienza su representación de forma desenfadada y distendida, y aunque el oscuro vestuario de Katharina Schlipf (también escenografía) tiene más bien la elegancia de una época
El coreógrafo jefe del Ballett am Rhein no quiere trasladar el cuento de hadas de E. T. A. Hoffmann (El cascanueces y el rey de los ratones) a una distancia irreal, sino reflejar en él problemas que quizá también ocupen a su público. Para Volpi la historia de Hoffmann no se refleja bien en el ballet tradicional, no está bien contada y los espectadores no entienden muy bien de qué va la cosa.*
Clara (maravillosa Emilia Peredo Aguirre), la niña que protagoniza el "Cascanueces", está en todo caso en una edad difícil. Al no ser todavía una mujer, pero tampoco ya más la niña que juega exclusivamente con muñecas, puede disfrutar del Cascanueces (brillante Orazio Di Bella) que su excéntrico padrino Drosselmeier (magnífico Dukin Seo), fotógrafo e inventor, se saca de la manga un poco más tarde.
Al mismo tiempo, sin embargo, esta figura masculina dispara su imaginación de una manera tan extraña que la persigue hasta en sueños. Muchas cosas ocurren de noche y Volpi busca y encuentra los simbolismos en la narración. Lo que sigue es casi un viaje psicodélico con peleas de ratones, encuentros inesperados y el gran amor entre Clara y el Cascanueces.
En primer término, por supuesto, es Navidad, y Demis Volpi desarrolla el festejo de forma bastante lúdica y espontánea a partir de una situación familiar en la que todo sigue bien en el mundo a las siete de la tarde. Puede ser que una de las tías haya bebido alguna copita de más (muy histriónica Elisabeth Vincenti) y que la otra sea golosa (realmente dulce Charlotte Kragh), le encantan las tartas y los cupcakes, pero en cuanto todo el clan se reúne en torno a los abuelos (cariñosos y tiernos Neshama Nashman y Damián Torío) para una foto de grupo, no hay ni rastro de tensión. Solo que el cascanueces asusta a Clara de forma inexplicable, aunque al principio parezca estar tan elegantemente subido a un pedestal, haciendo sonar sus patitas o mordiendo las nueces.
Romper la única nuez importante que adorna simbólicamente a Clara como colgante: eso lleva un buen rato. Incluso en el sueño en el que la jovencita tras la fiesta no termina de salir de su pupa. El cascanueces sigue siendo el príncipe de madera aunque
Hasta que Clara se entrega a él, por así decirlo, dándole su nuez. El cascanueces se despierta para convertirse al instante en hombre, estremeciéndose en lo más profundo de su ser. Y demuestra su masculinidad ante todo en un pas de deux que cumple con las expectativas ligadas al compromiso de Demi Volpi: con una base clásica, Emilia
El equipo con el que Volpi reelaboró y ajustó aquella primera versión de 2016 en el Ballet de Flandes (Amberes) le hace justicia plenamente a El cascanueces, que por cierto dirige musicalmente con gran sensibilidad y calidez al frente de la extraordinaria orquesta Düsseldorfer Symphoniker.
Drosselmeier es unas figura coreográfica clave y un cerebro en la puesta; un hado bueno para Clara. Este Cascanueces no es un drama psicológico, consigue entretener a un público joven y adulto que sale de la sala de la ópera de Düsseldorf con una sonrisa de oreja a oreja. Como recuerdo del estreno, cada uno de los asistentes recibe de obsequio una nuez dorada, similar a la del collar de Clara.
Notas
Intérpretes: Clara (Emilia Peredo Aguirre). Drosselmeier (Dukin Seo). El cascanueces (Orazio Di Bella). Madre (Doris Becker). Padre (Nelson López Garlo). Federico, hermano de Clara (Evan L'Hirondelle). Tía Wirbelwind (Elisabeth Vincenti). Tía Zuckermund (Charlotte Kragh). Su marido (Niklas Jendrics). Abuela (Neshama Nashman). Abuelo (Damián Torío). La empleada doméstica (Futaba Ishizaki). La reina de los copos de nieve (Simone Messmer). Sus acompañantes (Niklas Jendrics, Nelson López Garlo). Niño (Luke Gondek). Mellizas (Emilia Sievers, Emilia Zielinski). Copos de nieve: Maria Luisa Castillo Yoshida, Lara Delfino, Sara Giovanelli, So-Yeon Kim-von der Beck, Marjolaine Laurendeau, Clara Nougué-Cazenave, Rose Nougué-Cazenave, Marié Shimada, Courtney Skalnik. Flores: Yoav Bosidan, Rubén Cabaleiro Campo, Tommaso Calcia, Pedro Maricato, Julio Morel, Daniel Smith, Kauan Soares Araujo, Eric White, Maria Luisa Castillo Yoshida, Lara Delfino, Mariana Dias, So-Yeon Kim-von der Beck, Clara Nogué-Cazenave, Rose Nougué-Cazenave, Marié Shimada, Courtney Skalnik. Hadas luminosas: Yoav Bosidan, Rubén Cabaleiro Campo, Tommaso Calcia, Pedro Maricato, Julio Morel, Daniel Smith, Kauan Soares Araujo, Eric White. Pastelitos: Maria Luisa Castillo Yoshida, Lara Delfino, So-Yeon Kim-von der Beck, Clara Nougué-Cazenave, Rose Nougué-Cazenave, Courtney Skalnik.
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