Alemania
Ahora estoy preparado para hacer algunas variaciones musicales y ser libre
Juan Carlos Tellechea
El proyecto Diabelli 2020 del prestigioso y legendario maestro Rudolf Buchbinder impone respeto. El programa, llevado también al disco, no solo incluye las 33 variaciones sobre un vals de Anton Diabelli opus 120, la última gran obra pianística de Ludwig van , sino también las antiguas y modernas versiones de otros 19 compositores que se inspiraron en aquella breve pieza y que, con su mayor o menor grado de dificultad, exigen al máximo al pianista.
Buchbinder domina todo esto serenamente, con un equilibrio fascinante, sin payasadas pianísticas, y con una capacidad técnica e interpretativa que no deja de sorprender. El laureado intérprete, merecedor de altas distinciones a lo largo de su ascendente carrera de casi 70 años ya no tiene que rendir homenaje a nadie. Se sienta al piano en la Tonhalle de Düsseldorf como si estuviera en el salón de su casa en Viena. Su esposa, Agi, a quien conoció en sus épocas de estudiante -ella también fue pianista- lo sigue desde la platea (delante nuestro).
Las ovaciones del público, de pie en la sala, hicieron temblar las instalaciones del auditorio. Pero al término de estas casi dos horas de concierto y después de agradecer tanta abrumadora efusividad, Rudolf
El proyecto incluye también una selección de las 50 variaciones que el emprendedor editor y creador de valses solicitó en 1821 a compositores famosos de la época. Entre ellos estaban Franz Schubert, Ignaz , Johann Nepomuk , Carl , Conradin , Frédéric , Franz y Franz Xaver Wolfgang , todos los cuales idearon deliciosas variaciones y adiciones a la pegadiza melodía del vals.
Pero eso no fue todo: al igual que Diabelli, Buchbinder retó a los compositores contemporáneos a tratar el tema de Diabelli a su manera. Once compositores aún vivos respondieron a esta petición, por lo que el público presente en la Tonhalle al principio de la velada experimentó perspectivas compositivas muy diferentes, por ejemplo de Lera
A veces de forma tonal, otras veces al mejor estilo jazzístico, otras más cercanas al original, a continuación algunas alejadas de toda tonalidad; no había límites para la imaginación de los compositores. Jörg
Buchbinder ha situado a Beethoven en el "centro" de su vida. La integral de Sonatas para piano la interpretó más 60 veces en los últimos seis decenios. Su amplia colección de partituras originales de primera edición y documentos relacionados con la música, incluyen hasta 12 partituras autógrafas del genio de Bonn.
Cuando la pandemia comenzó a asolar el mundo y muchos de sus recitales tuvieron que ser cancelados el año pasado, este artista de 75 años grabó el álbum The Diabelli Project en el sello Deutsche Grammophon, que se suma al más de un centenar de placas registradas a lo largo de su historial artístico.
Lo cierto es que la música de Beethoven libera a los músicos, afirma Buchbinder en declaraciones a la prensa internacional.
He estado tocando a Beethoven durante toda mi vida, pero nunca me aburro. Siempre encuentro una nueva alegría en su música. Beethoven está en el centro de mi vida y de mi programa (…) Las sonatas reflejan las emociones más íntimas del Beethoven romántico y revolucionario.
Sin embargo, Buchbinder tardó unos 40 años en interpretar a Beethoven con su propio estilo, ya que era cabezón y no tenía la suficiente confianza en sí mismo como para tocar de forma poco convencional.
Cuando era joven, era estrecho de miras e impaciente. En aquella época, intentaba ser exacto en todos los detalles al tocar las obras de Beethoven, ya que era una persona muy académica (...) Pero después de 30 años de tocar a Beethoven, el crítico Joachim Kaiser me dijo: 'ahora estás preparado para hacer algunas variaciones musicales y ser libre', y así fue.
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