Jerez de la Frontera, domingo, 30 de enero de 2022.
Teatro Villamarta. 30 de Enero de 2002. Jules Massenet: Manon. Alfonso Romero, dirección escénica. Ricardo Sánchez Cuerda, escenografía. Jesús Ruíz, vestuario. Elenco. Sabina Puértolas (Manon), Ismael Jordi (Le Chevalier des Grieux), Damián del Castillo (Lescaut), Javier Castañeda (Le Comte des Grieux), Manuel de Diego (Guillot), César San Martín (Brétigny), Natalia Labourdette (Poussette), Zayra Ruiz (Javotte) Marina Pardo (Rosette), Gregorio García (Posadero), Mario Salas y Jesús Tomás Moreno (Guardias). Coro del Teatro Villamarta (José Ramón Hernández, director del coro). Orquesta Filarmónica de Málaga. Carlos Aragón , dirección musical. Nueva producción del Teatro Villamarta de Jerez.
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Mi puesta en escena gira literalmente en torno a Manon. Para ella el mundo es un inmenso e inagotable campo de juego y fantasía, y es precisamente ahí, en su fantasía, donde se genera toda la escena. Sobre el escenario veremos el rico universo creado por la imaginación de la joven. Mezcla de estilos y de épocas, escenas llenas de erotismo y sofisticación, personajes que resuenan en la misma frecuencia que Manon y sirven para definir su figura y sus sueños (…) Todo sirve para hacerla brillar y dar forma a una personalidad única y rara, la de una joven que sueña con jugar, y juega a soñar un futuro lleno de sensualidad y disfrute de los sentidos...
De esta forma explicaba en el programa de mano la idea en torno a la cual Alfonso Romero ha concebido esta nueva producción escénica de Manon para el Teatro Villamarta de Jerez. Un título que volvía a dicho escenario desde que en 2004 lo encarnara Ángeles Blancas y Juan Lomba bajo la dirección de Enrique Patrón.
Y ciertamente el director de escena madrileño ha conseguido ofrecer una interesante visión subjetiva del personaje principal, pues todo gira en torno al caótico vaivén emocional de la protagonista, en torno al cual deambulan todo y todos los demás. Una versión Manon interpretada como icono de ansia de libertad femenina, como mujer adelantada a su tiempo que "muere" cuando, tras declamar “Et c'est là l'histoire...de Manon”, se incorpora a la mesa con su marido y sus hijos, en esa estampa de tradicional familia burguesa de la escena final. No obstante, a excepción de esta, el impacto estético de esta propuesta escénica, con ese desorden de muebles, de vestuario y de general anacronismo, se va reduciendo a medida que va avanzando las casi tres horas de función y el espectador se va saturando visualmente con dicha monotonía conceptual.
Por su parte, Carlos Aragón fue una batuta honesta y profesional que hizo gala de una gran capacidad de organización, orden general y cierta cohesión, con especial atención al acompañamiento de los cantantes. Con un color y tempi básicos, todo fluyó con naturalidad a falta de mayor intensidad, fantasía y tensión dramática. La Filarmónica de Málaga no tuvo su mejor día, con demasiados desajustes y borrosidades, algo en parte comprensible habida cuenta de las bajas y contratiempos de última hora en la plantilla. El Coro del Teatro Villamarta encaró su exigente cometido con una actuación loable a pesar de que la puesta en escena obligaba a situar las voces casi siempre en el medio fondo del escenario.
Sabina Puértolas encarnó una Manon delicada, de holgada técnica y magnífica cohesión vocal. Cantó con gusto y nobleza toda su parte, en todo caso algo falta de un mayor contraste que mostrara más matices de la progresión dramática del personaje.
Fue evidente su complicidad con el 'Des Grieux' de Ismael Jordi, que le contagió con sus altas dosis de entusiasmo y entrega nada más salir al escenario. El tenor jerezano, que ya protagonizara su debut como 'Edgardo' junto a la misma Puértolas en 2014, volvió a ofrecer su habitual elegancia y buen gusto al abordar un rol que se ajusta bastante bien a sus cualidades actuales, como el anteriormente citado y otros que ha incorporado en la última década como Faust, y que también hemos podido presenciar en el Teatro Villamarta. Así lo demostró tanto en momentos estelares tanto en su aria inicial "En fermant les yeux", con un fraseo cincelado de gran altura y personalidad, como en la temible "Ah fuyez douce image", donde acusó cierta fatiga en todo caso compensada con una extraordinaria musicalidad.
Damián del Castillo compuso un estupendo 'Lescaut' en lo musical y en lo actoral mientras que Javier Castañeda interpretó un 'Comte Des Grieux" de gran nobleza vocal, extraordinario en "Épouse quelque brave fille". Por su parte Manuel de Diego y César San Martín ofrecieron unos aseados 'Guillot' y 'Bretigny' respectivamente. El reparto fue completado con acierto con el trío femenino de 'Javotte', 'Poussette' y 'Rosette' encarnado de forma convenientemente sensual y un punto histriónica por Natalia Labourdete, Zayra Ruiz y Marina Pardo.
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