España - Andalucía

Impecable tragedia

Pedro Coco
miércoles, 30 de marzo de 2022
Pelléas et Mélisande, régie de Willy Decker © 2022 by Guillermo Mendo Pelléas et Mélisande, régie de Willy Decker © 2022 by Guillermo Mendo
Sevilla, sábado, 26 de marzo de 2022. Teatro de la Maestranza. Claude Debussy: Pelléas et Mélisande. Drama lírico en cinco actos sobre texto adaptado del drama de M. Maeterlinck. Willy Decker, dirección escénica; Stefan Heinrichs, reposición de la puesta en escena; Wolfgang Gussmann, escenografía y vestuario; Hans Toelstede, iluminación; Wolfgang Schünemann, reposición de la iluminación. Mari Eriksmoen (Melisánde), Edward Nelson (Pelléas), Kyle Ketelsen (Golaud), Jérôme Varnier (Arkel), Marina Pardo (Geneviève), Eleonora Deveze (Yniold), Javier Castañeda (Médico / Pastor). Coro Teatro de la Maestranza; Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Director: Michel Plasson. Producción de la Staatsoper de Hamburgo.
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Pieza fundamental en la historia del género, la ópera Pelléas y Mélisande de Claude Debussy supone toda una experiencia estética para el espectador, y dado que no es un título que se represente con tanta asiduidad, suele siempre mimarse como merece cada vez que sube a escena; esta vez no fue la excepción, por fortuna. 

Después de casi veinte años, el Teatro de la Maestranza la vuelve a programar, y no en versión de concierto como en la anterior ocasión, en la que la personalísima Ángeles Blancas brilló como protagonista, sino con una producción de Willy Decker para la Ópera de Hamburgo que cautiva desde la primera vez —de las muchas— en la que se alza el telón. 

Con un gusto exquisito y una indiscutible sensibilidad a la hora de trabajar con los intérpretes y sus movimientos, aquí retomados gracias a Stefan Heinrichs, la puesta en escena ofrece además con gran sencillez unas estampas de embriagadora belleza y simbolismo, de la mano del escenógrafo Wolfgang Gussmann y ayudada sin lugar a duda por las luces de Hans Tolstede (en Sevilla se encargó de la reposición Wolfgang Schünemann).

Pelléas et Mélisande, régie de Willy Decker. © 2022 by Guillermo Mendo.Pelléas et Mélisande, régie de Willy Decker. © 2022 by Guillermo Mendo.

El apartado musical tuvo como figura central a un inspirado Michel Plasson, que conocía bien el terreno que transitaba y que consiguió de la Sinfónica de Sevilla, muy entregada y disfrutando cada nota, un empastado y arrebatador sonido. Tomó el maestro con su gran experiencia las riendas de la narración e hizo fluir la historia desde el foso sin decaer un segundo, trabajando además como artesano con las dinámicas y creando una atmósfera hechizante.

Desde la escena, respondieron con gran acierto los cantantes principales, muy bien seleccionados por sus diversos timbres y personalidad artística. En primer lugar, se situaría el sólido Golaud de Kyle Ketelsen, barítono con un instrumento de seductora oscuridad y muy buena técnica que llenaba la sala con gran variedad de acentos. Es un personaje que conoce bien y que ha encarnado en grandes teatros a ambos lados del Atlántico previamente, por lo que la interiorización parece lograda desde la primera escena. 

Mari Eriksmoen y Edward Nelson. © 2022 by Guillermo Mendo.Mari Eriksmoen y Edward Nelson. © 2022 by Guillermo Mendo.

También se podría hablar en los mismos términos de interiorización de la delicada Mélisande de Mari Eriksmoen; la suya es una aproximación desde la mayor fragilidad de la heroína, y su timbre claro y cristalino ayudan a potenciarla, dotando a sus intervenciones además de un halo de irrealidad y distancia que solo parece romper con su declaración de amor a Pelléas, reflejado con toda su inestabilidad por Edward Nelson. Debutó este joven barítono en nuestro país precisamente con este rol, en Oviedo, y cuatro años después vuelve a él con esos medios ideales para tan compleja creación. 

Pelléas et Mélisande, régie de Willy Decker. © 2022 by Guillermo Mendo.Pelléas et Mélisande, régie de Willy Decker. © 2022 by Guillermo Mendo.

El timbre, atractivo, contrasta en claridad con el de su hermano Ketelsen, y controla la voz para dotarla de todos los matices que el atormentado personaje precisa. Por último, rotundo en cuanto a mimbres y sensible recitante fue Jérôme Varnier como Arkel, y muy bien delineado estuvo el Yniold de Eleonora Deveze.

Con un equilibrado programa lírico en este primer año de mayor normalidad, se ha revelado todo un acierto la inclusión de este título fundamental del primer siglo XX operístico, cuidándose al detalle tanto el aspecto musical como el escénico. Esto despierta la esperanza del aficionado más inquieto ante futuras propuestas menos habituales, no solo de la música cercana a nosotros, sino de aquella en los albores del género que tanto cuesta vez por estas latitudes con toda su parafernalia.

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