Opinión
UcraniaLa música, campo de batalla en la guerra total
J.G. Messerschmidt
El Presidente alemán Frank-Walter organizó un "concierto de solidaridad" con Ucrania en su residencia berlinesa del Palacio de Bellevue. En el evento actuaron músicos alemanes, ucranianos, rusos y bielorrusos. Como invitados de honor se quería contar con la presencia del compositor ucraniano , que acudió, y del embajador de Ucrania en Berlín, Andrij . Éste, sin embargo, rechazó airadamente la invitación aduciendo la presencia de solistas rusos (el barítono Rodion y el pianista Jewgeni ). El presidente alemán, que tampoco asistió al acto por estar infectado del Covid, se dirigió al público en un discurso por vídeo en el que anunció que los alemanes deberán soportar duros sacrificios económicos a consecuencia de las sanciones impuestas contra Rusia.
Las solicitudes de ayuda del embajador Melnyk, sea militar o de cualquier otra clase, son habitualmente formuladas en términos de imperiosa exigencia y victimismo. Con gran asiduidad y dureza crítica en los medios de comunicación alemanes a las autoridades del país en que está acreditado. Hasta ahora el gobierno germano no ha reaccionado nunca con las formas de protesta diplomática propias de tales casos.
El rechazo del embajador a asistir a un concierto de solidaridad con su país porque algunos de quienes la expresan son ciudadanos (disidentes) de la nación enemiga, no carece de interés político en el contexto actual. Paralelamente el jefe de los servicios secretos del ejército ucraniano atribuía a Rusia la intención de dividir Ucrania "como Corea" y anunciaba una guerra de guerrillas para cuando ello ocurra. Comparando ambas declaraciones no es aventurado ver en ellas la intención ucraniana de convertir en "guerra total" un conflicto que hasta ahora ha sido de dimensiones bastante limitadas: según datos de la ONU tras un mes de combates habría 1.119 civiles muertos, cifra que en comparación con las de otras guerras de los últimos años (Irak, Afganistán, Yemen, Siria, etc.) es propia de una confrontación de intensidad bastante baja.
Por lo que respecta a la extensión del conflicto al ámbito musical, ésta comenzó con la exclusión de Valery hace ya un mes y siguió con la de otros artistas rusos, a los que, para continuar activos fuera de su país, se ha exigido manifestarse pública y explícitamente contra el gobierno ruso. Tal medida no comenzó en Ucrania, sino en estados que no tienen una alianza formal con aquel país (Alemania, los EE.UU., los Países Bajos, etc.). El hecho no tiene precedentes históricos. Como ha señalado el director de orquesta alemán Fred Buttkewitz, músicos vinculados estrechamente al nacionalsocialismo ( , , ) fueron festejados en la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial sin que se les impusieran condiciones previas. El mismo Willem , que por su cercanía al nazismo tuvo prohibido actuar en Amsterdam en los años inmediatamente posteriores a 1945, pudo hacerlo en esos mismos tiempos dentro de la zona alemana ocupada por los soviéticos.
No tenemos noticia de medidas similares por parte rusa contra músicos ucranianos o de cualquier otra nacionalidad en el actual conflicto.
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