Estados Unidos
Magnífico pianista sustituto
Roberto San Juan

La actual situación bélica en Europa ha convertido en habitual el hecho de que los conciertos de música clásica comiencen en estas latitudes con unas palabras de condena de la guerra y/o con el himno ucraniano.
Este concierto no fue una excepción y el director Eduardo , titular de la Sinfónica de Miami, cumplió con ello e incluso fue algo más allá, recordando la numerosa inmigración cubana y venezolana en Estados Unidos, especialmente en Miami (él mismo es nacido en Caracas), y apuntando a la falta de liderazgo como uno de los males del mundo actual.
Tras sus palabras, la orquesta interpretó lentamente el himno de Ucrania y, tras él, el director pidió al público guardar un minuto de silencio, que tan sólo se rompió con las primeras notas del primer tema del ‘Molto allegro’ mozartiano.
Marturet alternó amplios gestos y movimientos muy expresivos de todo el cuerpo con otros más contenidos, donde dejaba que la orquesta rodara sola. El viento metal fue la sección con mayor irregularidad - ¡qué difícil es conseguir el control total del sonido de la trompa! -, con intervenciones algo flojas en el primer movimiento, que mejoraron ostensiblemente en la mayor parte del ‘Andante’, con la sección de cuerda, además, muy bien empastada. ‘Menuetto’ y ‘Trío’ sonaron muy correctos, al igual que el último movimiento, el brillante ‘Allegro assai’. El público, que inexplicablemente había aplaudido al final de cada movimiento, pudo por fin aplaudir a su orquesta sin ninguna cortapisa.
Al comienzo de la velada se había informado por megafonía de la cancelación de Maria João , la pianista inicialmente programada como solista para el Concierto nº 3 de Beethoven. Ya había cancelado varios días atrás en Palm Beach y todo apuntaba a que cancelaría también en Miami, si bien la organización no tuvo confirmación de ello hasta la víspera del concierto. Tanto en Palm Beach como en Miami, fue quien sustituyó a la veterana pianista portuguesa en el Concierto beethoveniano
Leone es un joven pianista italiano afincado en Los Ángeles, flamante ganador del primer premio del 15º Concurso Internacional de Piano Beethoven de Viena, en 2017. Con tan solo un ensayo con la orquesta –en la mañana del mismo día del concierto- fue capaz de sacar adelante el programa con un resultado realmente sobresaliente.
Leone domina la obra. Posee un toque cálido y ágil, con una técnica muy poderosa. Se esforzó por integrar el instrumento solista con la orquesta, cediendo a ésta el protagonismo en pasajes del ‘Allegro con brio’ donde el piano despliega rápidos diseños arpegiados de acompañamiento. Fue en estos momentos, precisamente, donde se echó en falta una mayor y más clara definición de líneas y motivos temáticos en las distintas secciones de la familia orquestal, que guiasen mejor al oído en el entramado de la rica textura. La cadencia al final de este primer movimiento fue todo un despliegue de virtuosismo por parte del pianista.
El segundo movimiento, ‘Largo’, se inició con la exposición del tema en un pianissimo casi inaudible por parte del solista, que dio paso después a la cuerda. La melodía sonó serena y noble, también en la segunda intervención del piano. Más adelante el viento madera interpreta distintos motivos temáticos mientras el piano acompaña. En este pasaje de acompañamiento por parte del solista se produjo de nuevo una cierta caída de tensión expresiva que el director intentó solventar, si bien, al tratarse ahora de un tempo más lento que el primer movimiento, no fue tarea fácil. El ‘Rondo Allegro’ final sonó ajustado y preciso, con una muy buena compenetración entre solista y orquesta.
El público dedicó generosos aplausos a la orquesta y al solista y éste respondió con una magnífica interpretación del Preludio nº 24 en fa menor op 28 de Chopin, cargada de musicalidad y dominio técnico.
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