Discos
¡Maldito tango!
Juan Carlos Tellechea

El moderno cuarteto vocal de tango Flores Negras, compuesto por solistas porteñas (de querencia o de nacimiento), ha lanzado recientemente su nuevo CD Maldito Tango, cuyos temas está presentando ahora en una amplia gira artística por América Latina y Europa. El exquisito y siempre renovado conjunto, desde que fuera formado en 1996, abarca un vasto repertorio de tangos, tangazos, valses, milongas, milongonas y candombes, con nuevos y fascinantes arreglos. Están acompañadas muy sutilmente por la magistral guitarra de Rodolfo Gorosito.
Son temas clásicos, de toda la vida, incluso desde mucho antes de la Edad de Oro del género, como La Cumparsita (1917), de Gerardo Matos Rodríguez (grabado por primera vez ese mismo año por la orquesta de Roberto Firpo), y modernos, como Libertango, de Astor Piazzolla, o el humorístico Vals ecológico, de Hugo Varela.
Las interpretaciones de las cuatro cantantes, Cecilia Bonardi (soprano segunda), Alejandra Cañoni (mezzosoprano), Laura Esses (contralto), y Laura Hatton (soprano primera), son cautivantes y técnicamente muy bien logradas.
Bajo la dirección musical del celebrado compositor y autor Diego Vila, cada una de las integrantes viene desde diferentes experiencias vocales, teatrales o corales. Pero forman un poético conjunto de solistas, armónico y equilibrado, con una notable fusión de timbres, muy buena connivencia, y sobresaliente entramado. Uno se siente inmediatamente seducido por estas voces tan dúctiles. Hatton, la adquisición relativamente más reciente del grupo, nacida en Nueva York, pero argentina de alma (afincada desde los cinco años de edad en el país sudamericano) integraba antes el famoso ensemble Buenos Aires 8 (1968 -1983).
Decidieron llamarse “Flores Negras“ en honor a aquel entrañable tango homónimo (1927) de Francisco De Caro (eran todavía los tiempos de los discos de 78 revoluciones que se escuchaban en antiguas victrolas). De aquellos períodos más ardientemente románticos, el cuarteto nos entrega temas como Gota de lluvia, Baldosa floja y Griseta / Milonguita. Se trata de la noche en sus más diversos aspectos, las copas, las fiestas, los bailes y bailongos, los amores y desamores o el deseo sensual... A veces evocaciones extáticas, escalofriantemente bellas, que nos retrotraen a veladas ligeras y tiernamente embriagadoras. Las piezas ofrecen estilos particularmente narrativos en el que cada voz canta una frase en solitario, desde la más grave hasta la más aguda, transmitiendo una variedad de sentimientos, como la expectación y la aspiración insatisfecha.
El título de este CD se inspira en aquella composición del mismo nombre (1916), tan querendona, del chileno Osmán Pérez Freire, con letra del porteño Luis Roldán, Maldito tango, hoy casi olvidada, y que popularizara décadas más tarde Libertad Lamarque (antes del famoso altercado con Eva Duarte que la llevara a exiliarse definitivamente en México).
Maldito tango
En un taller feliz yo trabajaba
nunca sentí deseos de bailar,
hasta que un joven que me enamoraba
llevóme un día con él para tanguear.
Fue mi obsesión el tango de aquel día
en que mi alma con ansia se rindió,
pues al bailar sentí en mi corazón
que una dulce ilusión nació.
Era tan suave la armonía
de aquella extraña melodía
que lleno de gozo sentía
mi corazón soñar.
Igual que en pos de una esperanza,
que al lograrla todo se alcanza,
giraba loca en esa danza
que me enseñaba a amar.
La culpa fue de aquel maldito tango
que mi galán enseñóme a bailar
y que después, hundiéndome en el fango,
me dio a entender que me iba a abandonar.
Mi corazón, de pena dolorido,
consuelo y calma buscó en el cabaret,
mas al bailar sentí en el corazón
que aquella mi ilusión, se fue.
Oyendo aquella melodía
mi alma de pena moría
y lleno de dolor sentía
mi corazón sangrar...
Como esa música domina
con su cadencia que fascina,
fui entonces a la cocaína
mi consuelo a buscar.
Hoy que ya soy espectro del pasado
pido al ajenjo la fuerza de olvidar
mas a mi pobre pecho destrozado
nada hay que pueda su angustia sofocar.
Del cabaret soy una triste mueca,
ya nadie el tango conmigo más bailó
y aquel amor pasó como visión.
Y aquella mi ilusión murió.
Maldito tango que envenena
con su dulzura cuando suena,
maldito tango que me llena
de tan acerba hiel.
El fue la causa de mi ruina,
maldito tango que fascina...
¡Oh tango que mata y domina!
¡Maldito sea el tango aquel!
Las composiciones que elige Flores Negras son apasionadas, contemplativas o ardientes que fluyen con sentimiento y grandes arrebatos; que progresan lúdica y sensiblemente en sonidos cristalinos con agudos claros y graves generosos, sin brillos excesivos.
La grabación (Gustavo López) en una acústica algo seca, está marcada por una interesante espacialización de las cuatro voces, con (de izquierda a derecha) soprano primera, mezzosoprano, contralto y soprano segunda. La guitarra, situada al lado izquierdo, está discretamente presente apoyando a las cantantes. El relieve es igualmente satisfactorio para todos y cada uno de los integrantes del conjunto. ¡Enhorabuena!
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