Alemania

Música de José María Usandizaga en la Friedenskirche de Krefeld

Juan Carlos Tellechea
viernes, 1 de julio de 2022
Heinrich Walther © 2022 by Juan Carlos Tellechea Heinrich Walther © 2022 by Juan Carlos Tellechea
Krefeld, domingo, 19 de junio de 2022. Friedenskirche Krefeld (Iglesia de la paz de Krefeld). Concierto por el 60º aniversario del órgano Rieger de la Friedenskirche de Krefeld. Ewa Stoschek (soprano). „“Crescendo Chor“, dirigido por Heinz-Peter Kortmann, Kantorei de la Friedenskirche Krefeld, dirigido por Musang Hwang. Órganista profesor Heinrich Walther. Johann Sebastian Bach “Fantasía y fuga“ en sol menor BWV 542. José María Usandizaga, Fantasía para violonchelo y orquesta (1908) en la transcripción para órgano del profesor Heinrich Walther (2022). Felix Mendelssohn Bartholdy, “Hör mein Bitte“. Julius Reubke, Sonata en do menor “Der 94. Psalm“. 100% del aforo, bajo medidas de higiene y prevención contra la pandemia de coronavirus.
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Una bella transcripción (2022) para órgano de la Fantasía para violonchelo y orquesta (1908), de José María Usandizaga, realizada por el organista Heinrich Walther, profesor de los conservatorios de Heidelberg y Friburgo de Brisgovia, fue estrenada este domingo en la Iglesia de la paz, de Krefeld.

Tras dos años de demora, debido a la pandemia, la Comunidad Evangélica de esta ciudad a orillas del Rin pudo celebrar, por fin, el 60º aniversario del magnífico órgano Rieger (Schwarzach, Voralberg, Austria), que posee. El precioso instrumento fue instalado el 26 de junio de 1960 en la tribuna superior de este templo de nave única construido entre 1872 y 1874.

En la ceremonia inaugural de este festejo habló el alcalde de Krefeld, el socialdemócrata Frank Meyer, quien destacó los maravillosos efectos de la música en la experiencia humana. El anciano padre de este funcionario, presente también aquí, fue una de las personalidades decisivas que posibilitaron la adquisición del órgano en aquel tiempo.

Cuando las palabras no alcanzan para expresar los sentimientos más hondos, la música ocupa su lugar, y el órgano es un instrumento que incluso ayuda a fortalecer la fe entre los creyentes afirma la superintendenta (equivalente a obispa regional) de la Iglesia Evangélica de Krefeld, la Dra. Barbara Schwahn, durante el acto oficial previo al concierto.

Bach y Usandizaga

Éste comenzó con la gran Fantasía y fuga en sol menor BWV 542, una de las mejores obras para órgano de Johann Sebastian Bach. La ejecución de Heinrich Walther fue sublime, urgente y cromáticamente surcada. Impresionante fue asimismo la fuga, en la que uno puede quemarse literalmente los dedos, interpretándola. Es tanto más agradable cuando no solo se la ejecuta con suavidad, ya que exuda un cálido aliento musical y una límpida alegría al tocar. Los avispados amantes de la música de órgano le han dado, al menos por estas latitudes, un mote muy divertido: la fuga del agua del café, por su carácter algo burbujeante, fresco, pero también perennemente brillante.

El concierto, captado con cámaras de vídeo, que pudo seguirse en directo a través de una pantalla dispuesta en el extremo oriental del templo, puso de manifiesto los méritos del preciado órgano Rieger. Con sus 66 registros y cerca de 6.000 tubos, este grandioso instrumento, uno de los dos mayores de la región del Bajo Rin, es capaz de hacer entrar en profunda meditación a los oyentes, de elevarlos a un verdadero frenesí sonoro, un éxtasis durante el cual la sensación de eternidad y de proximidad celestial está programada de antemano, por decirlo de algún modo y en términos comprensibles para todo público.

El profesor Heinrich Walther, un organista para nada estrecho de miras, deleitó a la comunidad de la Friedenskirche de Krefeld con su transcripción de la Fantasía para violonchelo y orquesta escrita por José María Usandizaga en 1908. La interpretación fue fresca, luminosa. En fin, música universal tocada con gran sensibilidad y diafanidad por el destacado organista. Fue la primera vez que Walther presentó aquí su transcripción (realizada entre febrero y marzo de este año), pocos días después de su estreno mundial el pasado 11 de junio en la concatedral de La Redonda, de Logroño (capital de la región de La Rioja, España), durante la festividad de San Bernabé.

Nueva versión

Pero la historia de esta música de Usandizaga no termina aquí, como relató el profesor Walther a mundoclasico.com poco después del concierto. 

En abril pasado, surgió una colaboración con un magnífico trompista, Martin Grom, de la Ópera de Stuttgart, y el 15 de mayo hicimos un concierto benéfico para Ucrania en la pintoresca localidad de Merdingen (Selva Negra) en el que recaudamos más de 3.000 euros.
Le mostré la Fantasía para violonchelo y orquesta de Usandizaga en nuestro primer ensayo, y pensamos que funcionaría maravillosamente para trompa y órgano. Y así es, que elaboramos una versión en la que la parte del violonchelo es tocada en parte por la trompa y en parte por el órgano, como un diálogo, por decirlo así.

Martin Grom tiene buenos contactos con un editor de instrumentos de viento, y seguramente publicaremos la versión en cuanto haya hecho los deberes, es decir, será una partitura en 4 sistemas: 3 para el órgano y uno para la trompa. 

En realidad no puedo entender por qué no se conoce esta obra de Usandizaga. Tampoco se ha publicado. Asier Polo la grabó con la Orquesta de Euskadi, y eso es todo. Al parecer, no existe ninguna grabación de la versión original, para piano y violonchelo. (Heinrich Walther)

Mendelssohn

Pero, volviendo al recital: vino después el himno (en versión para órgano) Hör' mein Bitten (Escucha mi súplica), escrito por Felix Mendelssohn Bartholdy en 1844 y basado en el Salmo 55, Interpretado excelsamente por la soprano Ewa Stoschek con el Crescendo-Chor, dirigido por Heinz-Peter Kortmann, y la Cantoría de la Iglesia de la paz, de Krefeld, dirigida por Munsang Hwang, ex alumno en el Conservatorio de música sacra de Heidelberg del profesor Walther. La obra, de cuatro partes conectadas entre sí, fue muy popular en la época victoriana en Inglaterra. El coro y la solista se alternan con frecuencia.

En realidad, esta velada podría haber estado también dedicada a Ucrania, porque en estos tiempos, todas las letras no pueden relacionarse de otra forma que no sea con esta terrible guerra, esta despiadada agresión de aniquilamiento de Rusia que causa miedo a la gente en Europa. Creyentes y no creyentes buscan consuelo y curación, mientras tratan de ayudar a los miles de refugiados ucranianos que llegan a Alemania. El deseo de paz sale de las profundidades del alma en este coral y le pone con acierto un gran signo de exclamación.

Ewa Stoschek tiene una voz maravillosa y clara que nunca pierde su calidez, intimidad y sencillez incluso en las notas altas; su articulación es impecable. Fue notable además la perfección en los frecuentes cambios entre la solista y el coro, dirigido por Kortmann, y la cantoría conducida por Hwang.

Julius Reubke

Sin embargo, la obra principal que cerró la velada fue el Salmo 94 - Sonata en do menor para órgano (1857) de Julius Reubke, quien murió 13 meses después de componerla con tan solo 24 años de edad. Esta única obra para órgano de Reubke, alumno de Franz Liszt, está considerada como una de las más destacadas de la música romántica alemana para este instrumento. Influida por la Fantasía y fuga de la coral Ad nos ad salutarem, de Liszt, pertenece al repertorio estándar de los concertistas modernos.

 La sonata para órgano puede entenderse como un poema sinfónico a gran escala. La atmósfera sombría e inquieta, así como las dificultades técnicas que presenta dejan asombrados a los espectadores en la extraordinaria interpretación del maestro Heinrich Walther.

Fue un concierto que, tras una larga “sequía“, debido a las medidas de higiene y prevención contra la pandemia, nos dejó con ganas de más y nos permitió palpar el nuevo “amanecer“, tras muchos desafíos. Tanto los músicos, como la solista, el coro y el público agradecieron que por fin vuelvan a ser posibles estas veladas. La elección de la música sacra de Mendelssohn-Bartholdy fue asimismo profundamente conmovedora. Encajó muy bien en estos tiempos en los que todos aguardamos en silencio que del peligro y la barbarie crezca por fin y pronto la concordia.

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