Alemania

Los amuletos dodecafónicos lastran el retorno a Ítaca

Maruxa Baliñas y Xoán M. Carreira
miércoles, 31 de agosto de 2022
Iain MacNeil como Ulisse © 2022 by Barbara Aumüller Iain MacNeil como Ulisse © 2022 by Barbara Aumüller
Frankfurt, domingo, 26 de junio de 2022. Oper Frankfurt. Ulisse, ópera en un prólogo y dos actos. Texto y música de Luigi Dallapiccola. Estreno el 29 de septiembre de 1968 en la Deutsche Oper de Berlín. Dirección escénica, Tatjana Gürbaca. Iluminación y decorados, Klaus Grünberg. Vestuario, Silke Willrett. Elenco: Iain MacNeil (Odysseus), Katharina Magiera (Circe / Melantho), Juanita Lascarro (Calypso / Penelope), Yves Saelens (Demodokos / Teiresias), Sarah Aristidou (Nausikaa), Andreas Bauer Kanabas (Rey Alkinoos), Claudia Mahnke (Anticleia), Danylo Matviienko (Antinoos), Jaeil Kim (Eurymachos), Sebastian Geyer (Peisandros), Brian Michael Moore (Eumäos), Dmitry Egorov (Telemachos), Marvic Monreal (Primera doncella), Stefanie Heidinger (Segunda doncella), y Marvic Monreal (Comedor de Lotos). Coro de la Ópera de Frankfurt. Frankfurt Opern- und Museumsorchester. Dirección musical, Francesco Lanzillotta.
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Son frecuentes las sorpresas en la Ópera de Frankfurt, además de los correspondientes encargos y estrenos, este teatro desarrolla un interesante programa de recuperación de óperas 'fuera del repertorio', especialmente del siglo XX. Allí vimos nuestras primeras óperas de Martinů y nos enamoramos de Julieta, nos perdimos -muy a nuestro pesar- la trilogía de Krenek [Der Diktator op. 49 (1926), Schwergewicht oder Die Ehre der Nation op. 55 (1927), y Das geheime Königreich op. 50 (1927)] y nos agobiamos con El prigionero de Dallapiccola (en un programa doble junto a Volo di notte), en un fin de semana donde Frankfurt estaba llena de manifestantes, tomada policialmente (nos costó que nos dejaran pasar hasta las taquillas), y el panorama fuera del teatro contribuía a amplificar lo que nos esperaba dentro. 

En estas circunstancias, cuando anunciaron Ulisse (1968) nos pareció casi imprescindible ir a verla. Sólo al llegar a la sala descubrimos que se trataba del estreno de esta ópera en Frankfurt, por lo que el ambiente era más excitado de lo habitual en este teatro, que suele tener un público sobrio en el vestir y en el comportamiento. 

Iain MacNeil como Odysseus. © 2022 by Barbara Aumüller.Iain MacNeil como Odysseus. © 2022 by Barbara Aumüller.

Las tres producciones franconianas de Dallapiccola poseen gran coherencia y coinciden en destacar la perspectiva espiritual del compositor, siempre presente en su catálogo y hilo conductor en su producción escénica, sean óperas, ballets o cantatas. 

Para la directora de escena de este UlisseTatjana Gürbaca (Berlín, 1973) la narración de las aventuras de Ulises es una metáfora de un viaje interior del protagonista, de un encuentro con sus ángeles y demonios personales, mientras el retorno a Ítaca es la expresión utópica del anhelo de la autorrealización. 

Iain MacNeil, Katharina Magiera, Danylo Matviienko y Chor der Oper Frankfurt. © 2022 by Barbara Aumüller.Iain MacNeil, Katharina Magiera, Danylo Matviienko y Chor der Oper Frankfurt. © 2022 by Barbara Aumüller.

Esta es una de las lecturas convencionales de la Odisea (y los innumerables monumentos literarios que la parodiaron, incluyendo El Quijote y Moby Dick), pero es sobre todo la mirada de Dallapiccola sobre la hégira de Ulises, y lo que lo identifica con Péllerin, el protagonista de Volo di notte, y con el anónimo preso de Il Prigionero, e incluso con Marsias, del ballet homónimo (1943) de Dallapiccola o con el propio Job de su cantata (1950). 

Pieza enlazada

En un libro recientemente publicado, el director John Mauceri (Nueva York, 1945) se lamenta de la doble 'prohibición' de la 'Música degenerada', los compositores de entreguerras exiliados a EEUU por la Segunda Guerra Mundial y que acabaron haciendo música cinematográfica, sencilla para el público y no dodecafónica o serial por lo cual fueron nuevamente 'prohibidos'. Y cuando trata de Italia pone precisamente como ejemplo las óperas de Dallapiccola y su evolución:

El hecho de que el estilo de la música de Dallapiccola transitara desde las profundas influencias de Wagner y Debussy en Volo di notte (1938), pasando por los estilos cromático y expresionista de la vanguardia vienesa de la preguerra (Il Prigioniero, 1944), y finalmente su ópera dodecafónica Ulisse (1968) –aclamada por la crítica y casi nunca representada-, puede casi contemplarse como la trayectoria emblemática de la música clásica en el Occidente libre del siglo pasado.

Para la crítica contemporánea a su estreno, Ulisse "representa una suma del arte dallapiccoliano y de su modo de entender el teatro musical", según escribía Armando Gentilucci en 1969 quien explicaba: 

"El mito homérico es reelaborado por Dallapiccola desde un punto de vista muy alejado de los convencionales, y la figura laica y racional de Ulises se aproxima a la demarcación de la fe católica. Esta opción ideológica genera la estructura musical, constituída con núcleos sonoros cristalinos de lenguaje unívoco, fiel a los 'amuletos' dodecafónicos como depositarios de una nitidez y coherencia evocativa absoluta, de una eticidad intrínseca a la materia sonora". 

Iain MacNeil como Odysseus. © 2022 by Barbara Aumüller.Iain MacNeil como Odysseus. © 2022 by Barbara Aumüller.

Transcurrido más de medio siglo desde su estreno, el principal handicap de Ulisse es precisamente su fidelidad a "los amuletos dodecafónicos" que parecían gozar de una envidiable salud cuando la Deutsche Oper de Berlín encargó esta ópera en 1961 pero que cuando se estrenó el 29 de septiembre de 1968 -tras esa asombrosa primavera y verano de 1968 que cambiaron el devenir musical- empezaba a ser evidente que la vanguardia no sólo tenía los pies de barro sino que carecía de cimientos: el amuleto estaba obsoleto por más que su uso se prolongase en los tenderetes institucionales. 

Danylo Matviienko, Katharina Magiera y Iain MacNeil. © 2022 by Barbara Aumüller.Danylo Matviienko, Katharina Magiera y Iain MacNeil. © 2022 by Barbara Aumüller.

Este fue el primer motivo de la cortísima carrera de Ulisse. Sin duda alguna la partitura es de enorme calidad: Dallapiccola era un Maestro y Ulisse fue uno de sus mayores tour de force. El libreto está bien construido y funciona razonablemente. Si la combinación de ambos elementos -texto y música- no funciona es por culpa del catalizador, el 'amuleto dodecafónico', que tanto en Ulisse como en otras obras músico-teatrales impide el flujo de la emoción y de la comunicación, que son la savia del espectáculo teatral. Y este bloqueo del flujo afectivo es tanto peor cuanto mejores sean los 'afectos' del creador, quien -como Dallapiccola- se tornará impotente para obtener la benevolencia de sus espectadores ... y para ganarse la complicidad de sus intérpretes. 

Iain MacNeil, Yves Saelens, Andreas Bauer Kanabas y Sarah Aristidou. © 2022 by Barbara Aumüller.Iain MacNeil, Yves Saelens, Andreas Bauer Kanabas y Sarah Aristidou. © 2022 by Barbara Aumüller.

Y quede constancia de que en esta producción de la Ópera de Frankfurt los intérpretes pusieron toda la carne en el asador, tanto en el foso, desde el que director romano Francesco Lanzillotta concertó y dirigió con entrega, inteligencia y una determinación que nos hizo recordar la admirable lección que nos dió el maestro Zedda en la producción de Semiramide del Teatro Real, una propuesta a priori casi disparatada pero que acabó convirtiéndose en una referencia de la historia del Teatro Real. Lanzillotta en Frankfurt tuvo una orquesta muy superior a la que tuvo Zedda en Madrid, y el elenco vocal franconiano era mucho más equilibrado, pero esto no resta un ápice a su fantástica labor, codo con codo con Gürbaca. 

Porque el segundo apoyo de esta representación fue la directora de escena, la germano-turca-italiana Tatjana Gürbaca, que planteó un montaje sobrio, como es habitual en la Ópera de Frankfurt para la que trabajaba por primera vez, pero cargado de momentos imaginativos que llegaron a crear símbolos potentes a partir de elementos sencillos. De hecho, cabe preguntarse si Ulisse hubiera podido funcionar sin esta atención escénica, por ejemplo en la larga escena del primer acto donde Ulises rememora sus aventuras anteriores y los diversos peligros a los que se enfrentaron ellos y sus compañeros, principalmente sus propios traumas, como por ejemplo esas sirenas con unos simples globos en sus barrigas y a su alrededor que nos hacen creer en embarazos felices y familias idílicas. Klaus Grünberg, responsable del atrezzo e iluminación, añadió otro elemento importante, los diferentes momentos de la ópera parecen estar todos teñidos de un determinado color, sea el rojo de los peligros del mar y de Circe, el blanco del romanticismo de Nausicaa, el rosa de las sirenas, el azul de las reflexiones de Ulises, etc. 

El elenco vocal fue igualmente sólido, especialmente el barítono canadiense Iain MacNeil (Odysseus), miembro regular de la compañía desde hace cinco años, quien está en escena y cantando prácticamente toda la ópera. Lógicamente su rendimiento vocal no fue siempre parejo, pero dramáticamente consiguió mantener la acción en marcha y sobre todo creíble, algo no tan sencillo puesto que su viaje es más interior que exterior. 

Por su belleza vocal destacaron la soprano Sarah Aristidou (Nausikaa), invitada para esta producción, y Andreas Bauer Kanabas (König Alkinoos, su padre), miembro regular de la Ópera de Frankfurt al igual que Juanita Lascarro (Kalypso y Penelope) y Katharina Magiera (Kirke y Melantho), satisfactorias como siempre. Porque esa es quizá una de las principales fortalezas de la Ópera de Frankfurt, la capacidad de montar sus óperas en torno a un núcleo propio de artistas, lo cual abarata costes y mejora el rendimiento. Buena prueba de ello fue el coro, bajo la dirección de Tilman Michael, que en esta ópera tiene muchos momentos de lucimiento, además de una importante labor actoral. Por cierto, Telémaco fue cantado por un contratenor -Dmitry Egorov- y no por la contralto indicada por Dallapicolla. 

El público reconoció el esfuerzo realizado por todos en este reestreno de Ulisse, y puesto en pie aplaudió largamente a todos los participantes, incluidos director y regista. Compartimos este entusiasmo por un trabajo interpretativo admirable que nos ha hecho plantearnos incluso la posibilidad de volver a Frankfurt cuando repongan esta ópera. 

Notas

1. Armando Gentilucci, 'Guida all'ascolto della musica contemporanea', Milano, Giangiacomo Feltrinelli editore, 1969, 501 páginas: 129-130. ISBN 88-07-80595-2

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