Reportajes
Cambio climáticoXXXVIII. Consejo de una madre suiza: “Visite los glaciares alpinos antes de que se derritan“
Juan Carlos Tellechea

Los festejos de este año por el 731º
aniversario del Pacto Federal
de 1291, fundamento de la actual Confederación
Suiza, estuvieron consagrados, en un acto de amistad
helvético-germano en Düsseldorf, al cantón de los Grisones
(capital Coira), el más oriental,
extenso y menos densamente poblado de ese montañoso país europeo.
En estas agradables concurridas recepciones es costumbre homenajear cada año a un cantón diferente, de los
26 que integran hoy la Confederación Helvética. El cambio
climático y la guerra de
agresión de Rusia contra Ucrania fueron temas insoslayables en los
discursos oficiales pronunciados durante el encuentro.
De sobra saben los suizos, por su convulsionada historia,
por qué adoptan una política de neutralidad. Sin embargo, aunque no es un país
miembro de la Unión Europea, Suiza ha adherido a las sanciones de la UE contra
el agresor ruso, evoca el cónsul general de ese país en Alemania, Martin Bienz,
anfitrión del encuentro:
Esto fue visto en algunos sectores como una desviación de la la tradicional neutralidad suiza. Sin embargo, puedo asegurar que la neutralidad sigue siendo un instrumento central de la política exterior y de seguridad suiza. El Consejo Federal está trabajando en una definición moderna del concepto de neutralidad y adaptándolo a las realidades actuales sin tocar los principios fundamentales.
Esto también es importante en el contexto del hecho de que Suiza fue elegida por primera vez para integrar el Consejo de Seguridad de la ONU durante el período 2023-2024. Se trata, sin duda, de una tarea importante para nuestra diplomacia. Con su larga tradición humanitaria, Suiza está predestinada para trabajar eficazmente en este organismo en favor del Estado de Derecho, la paz y la seguridad.
El consejero de gobierno cantonal de
los Grisones, Marcus Caduff,
estuvo presente en la ceremonia. Maravillosos artistas suizos se encargaron de
la velada musical y cultural, y un filme de promoción turística mostró
impresionantes y fascinantes paisajes alpinos, vistos desde los vagones
panorámicos de los (¡muy puntuales!) ferrocarriles
suizos.
Sin embargo, el cambio climático es el acontecimiento dramáticamente más inmediato que pesa con gran fuerza en el ánimo de los suizos. Una madre, sentada a mi lado durante el acto, me comentaba muy preocupada:
voy a apresurarme a mostrarle a mi hijo (de cuatro años de edad) los glaciares alpinos antes de que se derritan del todo.
Invitado especial al acto, el director ministerial Ludger Siemes, jefe del departamento de Europa de la sección Asuntos Internacionales de la Cancillería del Estado federado alemán de Renania del Norte-Westfalia recordó, sin mencionar una fecha concreta, que su nuevo gobierno (democristiano-verde) estatal se ha fijado un ambicioso objetivo:
Queremos convertirnos en la primera región industrial de Europa que alcance la neutralidad climática. Pero no podemos hacerlo solos. El desafío de nuestro tiempo solo podemos superarlo juntos, con nuestros socios europeos e internacionales. Esto incluye naturalmente y siempre a Suiza.
Naturalmente, cuando Johanna Spyri escribió su famoso libro infantil Heidi el mundo estaba más o menos en orden. La catástrofe glaciar de la Marmolada, la montaña más
alta de los italianos, ha mostrado cómo el calentamiento global está
cambiando los . Estas alteraciones se aprecian también en el cantón de los
Grisones, uno de cuyos puntales económicos son el turismo durante todo el año y
los deportes invernales.
Los glaciares alpinos se derriten a un ritmo
récord, según los últimos estudios y análisis de campo. Los glaciólogos están
observando ya, en estos precisos momentos, lo que los modelos climáticos
preveían para las próximas décadas: los glaciares de los Alpes se están
reduciendo drásticamente. Los globos meteorológicos tienen que elevarse ahora
más que nunca para encontrar el punto de congelación en la atmósfera.
La pérdida de masa de los glaciares está
batiendo las plusmarcas medidas hasta ahora, según la red suiza Glamos de medición de glaciares. De
acuerdo con estos datos, el glaciar Morteratsch,
en el cantón de los Grisones, pierde cinco centímetros al día y ya está más
desintegrado que al final de un verano medio.
En general, la masa de nieve y hielo se ha
vuelto casi tres kilómetros más corta y 200 metros más estrecha. El Dr. Andreas
Linsbauer, glaciólogo de la Universidad de Zúrich, ya ha tenido que
hacer nuevas
perforaciones en el hielo para fijar los instrumentos de medición,
un trabajo para el que suele llegar a finales de septiembre, al final del
periodo de deshielo. Según los datos, el cercano glaciar de Silvretta se ha
reducido un metro más que en 1947, que fue el peor año de pérdida desde que
comenzaron las mediciones en 1915.
Es por demás evidente que esta es una temporada extrema. (Dr. Andreas Linsbauer)
En julio se compartieron en las redes sociales varias imágenes del catastrófico estado de los glaciares de los Alpes. Masas de agua cayeron desde el glaciar Adamello en Italia. En el glaciar de Hintertux, en el Tirol austríaco, que también se utiliza para esquiar en verano, los remontes mecánicos circulaban por una superficie de hielo oscuro, casi completamente despejada de nieve.
Tras el trágico derrumbe del glaciar de la Marmolada, en los Dolomitas, el Dr. Matthias Huss, principal glaciólogo suizo y profesor de la Universidad Técnica de Zúrich,quien ya había advertido hace un tiempo atrás de un deshielo récord, vio confirmados sus temores. El Dr. Huss, quien también investiga para el sistema de medición Glamos, afirma que
Los glaciares de los Alpes se encuentran en un estado completamente diferente del que hemos visto hasta ahora. Estoy realmente preocupado por la situación". (…) "Las mediciones realizadas en julio en el glaciar Gries muestran que estamos un mes por delante incluso en comparación con el récord anterior de 2003 con el deshielo. Y no hay ninguna mejora a la vista". (...) "No esperaba ver un año tan extremo tan temprano en este siglo.
Debido al cambio climático (sobre el que ya
advertían los científicos durante la Conferencia
de Estocolmo de 1972, y cuyas admoniciones han sido desoídas hasta
hoy), hace tiempo que se prevé la desaparición de la mayoría de los glaciares
alpinos.
Para el año 2100, el 80% de la masa de hielo se derretirá si la Tierra sigue su curso climático actual, según un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado en 2019. Pero si siguieran más años como el 2022, podría ocurrir mucho más rápido, afirma el Dr. Matthias Huss: Estamos viendo hoy resultados de modelos que se esperaban para varias décadas en el futuro.
Los investigadores de los países vecinos confirman la drástica reducción. En Austria,
los glaciares están libres de nieve hasta las cumbres", afirma la Dra. Andrea Fischer, profesora de glaciología de la Universidad de Innsbruck e investigadora de la Academia Austriaca de Ciencias. "Es fácil imaginar cuál será el resultado final después del verano,
acota el profesor Marco
Giardino, de la Universidad de Turín y vicepresidente del Comité Glaciológico
Italiano: Pérdida generalizada de la cubierta glaciar en los Alpes
italianos.
Punto de congelación sólo a 5184 metros sobre el nivel del mar
Los glaciares de todo el mundo están en
retroceso, incluso en el Himalaya, investigadores como el Dr. Mohd Farooq,
glaciólogo del Instituto Indio de Tecnología de Indore, hablaron de un deshielo
sin precedentes tras las olas de calor de la primavera. Pero los glaciares de
los Alpes europeos están especialmente en peligro: A razón de 0,3 grados
Celsius por década, esta región se está calentando el doble que la media
mundial. Además, los glaciares de los Alpes son en su mayoría pequeños y tienen
una fina capa de hielo.
El pasado invierno, cayó excepcionalmente poca
nieve en los Alpes. El glaciar del Grand Etret, en el noroeste de Italia, por
ejemplo, solo ganó 1,30 metros, dos metros menos que la media entre 2001 y
2020. Sin la capa de nieve blanca que refleja la luz del sol en la atmósfera,
las masas de hielo, que son en su mayoría oscuras por el polvo y la suciedad
acumulados, carecen de protección contra el deshielo.
A esto se suma ahora el calor. Suiza, al igual
que otros países de Europa, está experimentando temperaturas excepcionalmente
altas este verano. La línea de cero grados subió más que nunca en la noche del
lunes 25 de julio, llegando a 36,4 grados centígrados a las 15 horas (hora local). La
medición batió un récord de 27 años, escribió en Twitter MeteoSwiss,
la Oficina Federal de Meteorología y Climatología de Suiza.
Los globos meteorológicos solo detectaron el
punto de congelación a 5.184 metros, muy por encima del pico más alto del país,
el Dufourspitze, en el macizo
del Monte Rosa,
a 4.636 metros. El récord anterior se había medido el 20 de julio de 1995 a
5117 metros sobre el nivel del mar. Normalmente, el límite de cero grados en
verano se sitúa entre los 3.000 y los 3.500 metros sobre el nivel del mar.
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