Chequia

Festival Janáček

Jamník-Kahánek: dos músicos de gran sensibilidad

Robert Ferrer Llueca
lunes, 28 de noviembre de 2022
Villa Tugendhat de Brno © 2022 by CC Villa Tugendhat de Brno © 2022 by CC
Brno, sábado, 12 de noviembre de 2022. Villa Tugendhat. Leoš Janáček: Pohádka (Cuento) para violoncello y piano, JW VII/5. Alexander Glazunov: Elegía para violoncello y piano, op. 17. Krzystof Penderecki: Divertimento para violoncello solo. Sergei Rachmaninov: Sonata para violoncello y piano en sol menor, op. 19. Tomáš Jamník (violoncello), Ivo Kahánek (piano).
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Bravos y aplausos fervorosos para el magnífico concierto que vamos a reseñar a continuación. Todavía con la resonancia del maravilloso recital ofrecido por el pianista Pavel Zemen en la Casa Janáček de Brno, en que nos deleitó con su gran emotividad y solvencia interpretativa durante los dos ciclos pianísticos de Janáček (serie I de Por un sendero frondoso JW VIII/17) y Prokofiev (Diez piezas para piano op 12) tocados en el piano Ehrbar del compositor moravo, nos trasladamos a otro distrito de la ciudad para disfrutar de uno de los recitales más intensos y apasionados del presente festival. Comida exprés y paseo por el conocido parque Lužánky, Prosecco a modo de recepción en la entrada a la Villa Tugendhat, un ejemplo de funcionalismo europeo de los años 20, debido en este caso a los arquitectos Lilly Reich y Ludwig Mies van der Rohe, marco incomparable para el extraordinario concierto que nos esperaba en unos instantes.

El recital del violonchelista Tomáš Jamník y el pianista Ivo Kahánek, con un interesante programa basado en compositores del Este, que pretendía estar totalmente “liberado” de la situación política actual en Ucrania, empezó con la obra Pohádka (Cuento) para violoncello y piano JW VII/5 de Leoš Janáček. Se trata de la única composición janáčekiana dedicada a esta plantilla instrumental, con varias versiones de la partitura hasta la definitiva de 1923, y está basada en un cuento sobre el zar Berendei del poeta ruso romántico Vasili Zhukovski.

Durante la interpretación de esta obra, ambos músicos destacaron tanto por su especial y cuidado fraseo como en el equilibrio absoluto de las partes solistas, en la acentuación de los planos sonoros. Además, notamos especial interés en la búsqueda de colores instrumentales, una extremada delicadeza en los pasajes más líricos, interesantes fluctuaciones en la agógica para las secciones modulantes y de carácter más rítmico, coordinación interpretativa y control técnico absoluto, agresividad y visceralidad cuando era necesario... En definitiva, una versión totalmente impregnada del espíritu janáčekiano al que nos tienen acostumbrados solo unos pocos intérpretes en el mundo.

En segundo lugar, pudimos escuchar la Elegía para violoncello y piano op 17 de Alexander Glazunov, una breve composición dedicada a Franz Lizst, de carácter nostálgico e impulsivo, impresionante melodismo y en estilo eminentemente tardoromántico. Al inicio, los intérpretes destacaron por su gran expresividad lírica y perfecta afinación, en contraste después con la intensidad dramática con que abordaron la sección central. La interpretación de esta maravillosa obra encantó a un público totalmente receptivo y fiel después de la escucha de la fantástica interpretación de Janáček con que se iniciaba el recital.

Todavía antes de la pausa, Tomáš Jamník nos deleitó con una extraordinaria interpretación del Divertimento para violoncello solo de Krzystof Penderecki. Esta partitura también existe en distintas versiones, y es un claro ejemplo del estilo compositivo neoromántico de Penderecki. Su génesis se basa en la influencia de varias amistades cercanas al compositor polaco relacionadas directamente con el violoncello, incluyendo incluso al legendario Mstislav Rostropovich. Si en las dos primeras obras del programa nos cautivó algo más el pianista, la excelencia del violonchelista vino a confirmarse totalmente en la interpretación de este Divertimento, de mucha mayor abstracción y complejidad técnica. Jamník mostró aquí un control absoluto en los distintos golpes de arco y otros efectos sonoros, con delicados pianissimos al niente y especial calidad sonora en los varios pizzicati comunes y Bartók, sul ponticellos, armónicos, etc. Impresionante su virtuosismo y energía en el endiablado Scherzo, de bastante dificultad técnica.

Tomáš Jamník (violoncello) e Ivo Kahánek (piano) saludan tras su concierto en la Villa Tugendhat de Brno. Festival Janáček 2022. © 2022 by Marek Olbrzymek.Tomáš Jamník (violoncello) e Ivo Kahánek (piano) saludan tras su concierto en la Villa Tugendhat de Brno. Festival Janáček 2022. © 2022 by Marek Olbrzymek.

La segunda parte del recital la ocupaba la Sonata para violoncello y piano en sol menor op 19 de Sergei Rachmaninov, su última obra camerística, compuesta en Moscú en otoño de 1901 -ya después del conocido Concierto para piano y orquesta- en cuatro grandes movimientos, como era típico en el romanticismo tardío. De nuevo, calidad interpretativa máxima en la versión ofrecida por estos dos músicos de gran sensibilidad y nivel internacional. Todo lo comentado más arriba para la interpretación de la obra de Janáček se dio cita también en Rachmaninov y, además, la exacerbada frescura, expresividad y belleza de la obra del compositor ruso permitió incluso un mayor lucimiento de ambos intérpretes, embarcados en una absoluta mimesis interpretativa, regalándonos una interpretación encantadora en la construcción de los puntos culminantes y sin ningún momento carente de interés musical. 

En fin, éxito total para un fantástico recital en una sala de excelente acústica, ideal para conciertos de música de cámara, con todo el público en pie y cierre con la repetición del delicioso tercer movimiento de la sonata de Rachmaninov como propina. 

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