España - Valencia

Ir por Mahler y salir fascinado

Rafael Díaz Gómez
miércoles, 30 de noviembre de 2022
Iván Fischer © 2022 by Quincena Musical Iván Fischer © 2022 by Quincena Musical
Valencia, viernes, 25 de noviembre de 2022. Palau de les Arts. Auditori. Radoslaw Szulc, violín; Giorgi Kharadze, violonchelo; Ramón Ortega, oboe; Mor Biron, fagot. Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks. Iván Fisher, dirección. Franz Joseph Haydn: Sinfonía concertante, Op. 84, Hob 105b. Gustav Mahler: Sinfonía número 5 en do sostenido menor.
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Ni siquiera la no muy agradecida acústica del Auditori de Les Arts pudo con ella: la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera pasó por encima de todo y cada instante fue moldeado con una belleza arrebatadora. Primero, Haydn. No nos engañemos: íbamos por Mahler, pero Haydn, esta versión de Haydn, nos encandiló. Pocos atriles, neto sonido camerístico, una dirección parca en indicaciones, como dejando libre el aliento, aunque en el fondo todo controlado, con un pulso elástico y elegante. Y un cuarteto solista de lujo, comunicativo, dialogante, respetuoso, exquisitamente frágil, delicadamente poderoso. Una de esas obras de simplicidad peligrosa, que quedó cincelada sin máculas, sin aristas. Tersos los fraseos, lógico el impulso rítmico y armónico, nutrientes las dinámicas. Y aún, por si fuera poco, los cuatro solistas nos regalaron una deliciosa interpretación de la Pasacaglia en sol menor de la Suite nº 7, HWV 432 de Haendel. Íbamos por Mahler, sí, sobre todo por Mahler, pero antes de que nos lo encontráramos ya habíamos sido conquistados.

La Quinta sinfonía obligó a revestir el escenario, en apretada disposición de sus fibras, de una carnosidad tímbrica más aparatosa a la vista que al oído. Y es que la orquesta bávara multiplicó las cualidades exhibidas en la primera parte de la velada. Así, la independencia de las líneas, el sonido nítido de las secciones, lejos de diluirse y emborronarse, se reforzó con la aparición de nuevos atriles. La densidad sonora creció sin que ninguna de sus capas dejara de tener una función significativa en el conjunto. Este juego delineado de las texturas resultó sumamente revelador de la inteligencia metódica y detallista del compositor. No obstante, ni Fischer ni sus músicos exponían el discurso como si de una fría lección de anatomía se tratara. Yo confieso que solté mis primeras lágrimas ya apenas concluida la introducción. ¡Con qué serenidad y con cuánta sensualidad se estaba contando aquello tan tremendo! ¡Cómo parecía suspenderse el tiempo y avanzar a la vez! Casi se estaba solicitando que interviniéramos con exclamaciones como si de un góspel se tratara.

Y ya no hubo descanso emocional ni paz para los sentidos (bendita la guerra que se les dio en este caso) hasta la coda del final de la sinfonía (incendiaria su interpretación). Apasionante el segundo movimiento. Modernamente contrastante, flexible y a la vez riguroso en su aparente locura, el extenso Scherzo central (con el trompa encargado de las llamadas al orden al lado del director, como si un solista se tratara); lírico sin solipsismos el Adagietto.

En la época de las vacas gordas y con las salas del Palau de la Música en activo Valencia se acostumbró a escuchar a orquestas de relumbrón. Ahora, Les Arts, pese a contar con una excelente formación que de manera habitual se encarga del repertorio sinfónico en la casa, nos ha brindado la oportunidad (con precios bastante más elevados de lo que aquí se estila, todo hay que decirlo) de volver a aquellos tiempos. Si ha sido así por petición de Zubin Metha, como deseo de un reencuentro con el espacio que le acogió durante esos años de prosperidad y dinero que parecía fácil, una enfermedad, esperemos que pasajera, le ha impedido cumplir su idea. Iván Fischer, con menos predicamento popular (aunque por Valencia ya ha pasado en más de una ocasión), no pudo ser una alternativa mejor.

Fuimos por Mahler. Y por la Sinfónica de la Radio de Baviera. Y por Kubelik, que la dirigió en una memorable integral mahleriana en disco. Y nos encontramos una orquesta bastante joven, versátil, unificada, de excelentes músicos al servicio de la música. Y nos congraciamos con el presente y con la esperanza en el futuro. El público, llenando el auditorio, lo reconoció con calurosa entrega.

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