España - Madrid

Imaginación y generosidad

Xoán M. Carreira
lunes, 5 de diciembre de 2022
Bohuslav Martinů © Dominio público Bohuslav Martinů © Dominio público
Madrid, lunes, 21 de noviembre de 2022. Auditorio Nacional. Sala Sinfónica. César Franck, El cazador maldito. Bohuslav Martinů, Concierto para cuarteto y orquesta H. 207. Camille Saint-Saëns, Sinfonía n° 3 “Órgano” op 78. Cuarteto Bretón. Juan de la Rubia, órgano. Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Pascal Rophé, director.
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Bajo la dirección de Marzena Diakun desde septiembre de 2021, la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid está afrontando esta nueva etapa con generosidad e imaginación, combinación que implica no solo la incorporación con pleno derecho de la música actual -y no tratada como 'sopa de pobres'- sino también la recuperación de repertorios históricos que han sido marginados por razones de territorialidad: género, geografía, estética, ideología o creencias, etc.

Tal es el caso del franco-checo-norteamericano Bohuslav Martinů (1890-1959), un artista brillante y prolífico condenado al ostracismo como consecuencia los conflictos bélicos y del mito político de las vanguardias formales de la Guerra Fría. Su Concierto para cuarteto de cuerda y orquesta H. 207, de 1931, fue acertadamente integrado por Pascal Rophé (París, 1960) en un programa monográfico de música francesa entre la guerra franco-alemana y la 2ª Guerra Mundial. Esta sinfonía concertante de Martinů es una de las muchas joyas del cosmopolita neoclasicismo francés. En ella encontramos muestras espléndidas de las mejores virtudes de Martinů: imaginación cromática y rítmica, sensibilidad y sentido del humor; maestría técnica y una honda empatía por los intérpretes y el público. El Cuarteto Bretón no disimuló estar gozando y contagió su gozo al público, Pascal Rophé entendió la obra e hizo que la orquesta la entendiera y se esforzara. Como consecuencia de una interpretación acertada, la música de Martinů mantuvo su frescura original y nada hubo de la obsolescencia políticamente programada por los mesías de la vanguardia. 

Previamente Rophé y la ORCAM ofrecieron como entrante una competente interpretación de la poco frecuentada obertura de El cazador maldito de Franck, una más de las gratas sorpresas de las celebraciones del bicentenario del nacimiento de Franck, un compositor sobre cuya obra se ha acumulado el polvo de los tópicos y los prejuicios. Motivo por el cual agradecí la mirada fresca de Rophé y la entrega de la ORCAM. 

El plato fuerte del programa era la Sinfonía n° 3 “Órgano” op 78 de Camille Saint-Saëns, una de las obras maestras de la Belle Époque, cuya influencia sigue plenamente vigente en el repertorio de música para electrónica y orquesta de los últimos sesenta años. El maestro de ceremonias fue Juan de la Rubia (Vall de Uxó, Castellón, 1982), quien en 2022 está realizando una amplia gira con esta obra, y que en esta ocasión contaba con el excepcional órgano del Auditorio Nacional (construido por Gerhard Grenzing e inaugurado en 1990). 

Una instrumentación tan elaborada como la de la Sinfonía nº 3 de Saint-Saëns es una dura prueba para una orquesta como la ORCAM, que tiene que compartir la doble función de orquesta titular del Teatro de la Zarzuela con la de su ambiciosa temporada de abono de conciertos. De nuevo Rophé demostró conocer y entender la obra, y poseer los recursos para concertarla, integrando plenamente el órgano en su textura. La acústica de la sala sinfónica del Auditorio Nacional lo hizo posible y de la Rubia nos ofreció una interpretación gloriosa, a destacar incluso en un organista de su admirable rango. En la secuencia final la noble sonoridad órgano, perfectamente empastada con la orquesta y anegando la sala sinfónica, me ayudó a entender por qué esta sinfonía fascinó a Richard Strauss, Gustav Mahler, Robert Gerhard, y a no pocos de los grandes creadores actuales de bandas sonoras cinematográficas. 

El éxito fue apoteósico y a la salida disfruté con las caras de felicidad del público de la ORCAM, muy encariñado con su orquesta y generoso en sus comentarios sobre lo que habían oído. Mientras esperábamos el autobús, Maruxa Baliñas y yo no nos privamos de ironizar sobre la sorpresa de algunos amigos y colegas ante el hecho de que hubiésemos seleccionado este programa de la ORCAM para nuestra apretada agenda de esta nueva visita a Madrid. 

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