Alemania
El cascanueces de Demis Volpi por el Ballett am Rhein en el Teatro de Duisburgo
Juan Carlos Tellechea

Una bellísima y delicada muestra de arte es El cascanueces presentado este sábado en el Teatro de Duisburgo con coreografía de Demis Volpi, director general y coreógrafo principal del Ballett am Rhein, en cooperación con jóvenes coreógrafas y coreógrafos de su compañía o allegados a ella: Wun Sze Chan, Michael Foster, Bahar Götken & Yeliz Pazar (del colectivo nutrospektif), Neshama Nashman y James Nix.
La representación, ante una sala que rebosaba de público adulto e infantil, fue aclamada tras sus poco más de dos horas de duración.
Es difícil resumir la suma de invenciones que hacen de este ballet con música de Piotr Chaikovski un compendio de audacia e inventiva: una escenografía (y vestuario Katharina Schlipf) conmovedora y caricaturesca, en el mejor sentido del término (iluminación Bonnie Beecher), así como una dramaturgia innovadora e intemporal.
Decididamente inspirada hasta en el más mínimo detalle, la compañía del Ballett am Rhein (Düsseldorf / Duisburgo) ha producido una joya que en estos tiempos anuncia la inminente llegada de la fiesta del amor. El resultado es una obra cautivadora, liberadora, muy fluída en el relato y con una exquisita atmósfera íntima, familiar.
Si el aspecto dramatúrgico prima sobre el puramente musical, este último no se resiente, servido como está por la brillante interpretación de la orquesta Duisburger Philharmoniker, bajo la égida de Vitali Alekseenok, que multiplica las metáforas, fundiendo íntimamente su quehacer con el de la danza.
El cascanueces, de Chaikovski, ballet estrenado en 1892 con coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov, pertenece a la época prenavideña como el árbol y las decoraciones de Navidad. Mas esta versión que Demis estrenara mundialmente el 24 de enero de 2016 con el Ballet Vlaanderen, de Amberes, bien puede ser presenciada durante todo el año.
En su interpretación el director del Ballett am Rhein se remonta al núcleo psicológico del cuento de hadas y envía a Clara a un viaje a través de su alma infantil. Para describir visualmente la polifonía de la mente en crecimiento, surgió la idea de que los jóvenes coreógrafos trabajaran diversas escenas en aspectos perfectamente seleccionados y bajo una precisa dirección.
Con un excelente elenco de bailarines* y un reparto de altos vuelos, la producción se regodea en una opulencia que no es factible en escenarios más pequeños. El resto del espacio también es un regalo para la vista.
De un gran reloj de pie a la derecha del escenario aparece por extraño sortilegio El cascanueces, magníficamente interpretado hasta en sus más mínimos movimientos por Gustavo Carvalho, que protagoniza el enfrentamiento con el Rey de los Ratones, en torno a un enorme árbol de Navidad.
Niklas Jendrics, como Drosselmeyer, domina la escena de esta fiesta con fascinantes trucos de magia. Paula Alves hace las delicias de Clara, con su encanto de niña que evoluciona hacia la adolescencia, en una interpretación merece ser alabada por la forma más que comprometida en que traduce las distintas facetas del personaje. El gran pas de deux de Clara y El cascanueces casi al final del segundo acto es de ensueño. Él se convierte en un joven de carne y hueso. Ambos se enamoran, se ennovian y su relación es aceptada por la familia en el desayuno del día de Navidad.
El conjunto se muestra maravillosamente compenetrado y cuenta numerosas pequeñas historias en la fiesta navideña en la mansión de los Stahlbaum. Los jóvenes bailarines también merecen una mención especial; ganan puntos con sus movimientos exactos y su gran alegría al jugar. Evan L'Hirondelle interpreta a un Fritz, hermano de Clara, maravillosamente descarado, que se burla del Cascanueces y casi lo destruye hasta que es reprendido por Drosselmeyer.
Es admirable la cohesión de la compañía Ballett am Rhein, que asimila con brillantez la imaginativa coreografía en la batalla contra el Rey de los ratones, en la danza de los copos de nieve, en el vals de las flores, en las serpenteantes guirnaldas de hadas buenas luminosas, y en el espectáculo del hada de los pastelillos (''cupcakes'') y su séquito. El elenco se encuentra en un excelente momento, tanto en su estado físico como en su entusiasmo y creativa labor con el repertorio.
Al final los adultos aprecian mucho la peculiar forma del cuento convertido en ballet; los niños a su vez, con su mentalidad tan abierta y sin los prejuicios de los mayores, no encuentran tan extraña la iridiscencia de los fascinantes personajes que acaban de admirar sobre el escenario.
Notas
Madre (Doris Becker), Padre (Pedro Maricato), Fritz, hermano de Clara (Evan L'Hirondelle), Tía Wirbelwind (Elisabeth Vincenti), Tía Zuckermund (Charlotte Kragh), su marido (Daniele Bonelli), Abuela (Neshama Nashman), Abuelo (Damián Torío), la empleada doméstica (Wun Sze Chan), La reina de los copos de nieve (Futaba Ishizaki), sus acompañantes (Daniele Bonelli, Pedro Maricato), Niño (Jakob Ibrahim), Mellizas (Sophie Jennings, Emilia Zielinski). Copos de nieve (Maria Luisa Castillo Yoshida, Lara Delfino, Sara Giovanelli, Lotte James*, Clara Nougué-Cazenave, Rose Nougué-Cazenave, Marié Shimada, Courtney Skalnik, Imogen Walters*), Flores (Joaquin Angelucci, Yoav Bosidan, Jack Bruce, Miquel Martinez Pedro, Geivison Moreira, Kauan Soares, Andrea Tozza, Maria Luisa Castillo Yoshida, Lara Delfino, Mariana Dias, Lotte James*, Clara Nougué-Cazenave, Rose Nougué-Cazenave, Marié Shimada, Courtney Skalnik, Imogen Walters*), Guirnalda de hadas buenas luminosas (Joaquin Angelucci, Yoav Bosidan, Jack Bruce, Sara Giovanelli, Miquel Martínez Pedro, Geivison Moreira, Kauan Soares, Andrea Tozza), Pastelillos / cupcakes (Maria Luisa Castillo Yoshida, Lara Delfino, Lotte James*, Clara Nougué-Cazenave, Rose Nougué-Cazenave, Courtney Skalnik). * Promovidos por la Comisionada del Gobierno Federal de Alemania para la Cultura y los Medios a través del programa NEUSTART KULTUR, graduadas y graduados de la promoción DIS-TANZ-START de la Dachverband-Tanz Deutschland (Organización Central de la Danza de Alemania).
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