Italia

Un ‘Boris’ interior

Jorge Binaghi
martes, 27 de diciembre de 2022
Holten, Boris Godunov © 2022 by Brescia e Amisano. Teatro alla Scala Holten, Boris Godunov © 2022 by Brescia e Amisano. Teatro alla Scala
Milán, viernes, 16 de diciembre de 2022. Teatro alla Scala. Boris Godunov, San Petersburgo, Teatro Mariinski, 27 de enero (8 de febrero) de 1874. Primera versión (1869). Libreto y música de Modest P. Mussorgski. Dirección escénica: Kasper Holten. Escenografía: Es Devlin. Luces: Jonas Bogh. Vestuario: Ida Marie Ellekilde. Video: Luke Halls. Intérpretes: Ildar Abdrazakov (Boris), Norbert Ernst (Chuisky), Ain Anger (Pimen), Dmitri Golovnin (Grigori), Stanislav Trofimov (Varlaam), Maria Barakova (Posadera), Yaroslav Abaimov (El inocente), Lilly Jorstad (Feodor), Anna Denisova (Xenia), Agnieszka Rehlis (La nodriza), Alexander Kravets (Missail) y otros. Orquesta, coro de niños y coro del Teatro (maestro de coro: Alberto Malazzi; del coro de voces blancas: Bruno Casoni). Director: Riccardo Chailly
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Resulta curioso ver tras más de cuatro años la misma versión ‘super original’ que se ha puesto de moda en nuestros días de la obra maestra de Musorgski con tres de los cuatro intérpretes masculinos de entonces en París, pero con un elenco distinto, una orquesta y coro aún más distintos, una batuta totalmente disímil e igualmente una puesta en escena (nueva) alejadísima de la entonces propuesta por Ivo van Hove. Esta vez la sensación ha sido de mucha más ‘redondez’ en todos los aspectos, incluso en quienes repetían papel. Se ha tratado, y en eso la dirección escénica y musical iban de acuerdo (por suerte) y si el enorme pergamino en el que Pimen cuenta para terminar su crónica los años del reinado del zar usurpador es lo que sirve de fondo para que en medio de él se abran las puertas del palacio para la coronación (por ejemplo) sin caer en el oropel vano aunque la impresión era potentísima, Chailly ha impuesto una visión que parecía rehuir deliberadamente la espectacularidad en sí para insinuar un tono sombrío de sospecha, terror de todo tipo (en este sentido el encuentro entre Boris y el Inocente ante la catedral de San Basilio fue estremecedor, aunque la escena única me supiera, como las transiciones entre cuadros, a poco o a forzado en la parte visual), que se acentuaba por la presencia del fantasma del zarévich asesinado -francamente algo excesiva- al que obviamente sólo ve el mandante supuesto de su degüello.

No entendí el motivo de la pausa luego de la escena de la posada, aunque supongo que era imposible inaugurar el 7 de diciembre sin al menos un intervalo para que tanta persona importante -que no le llegaba a los talones al zar culpable- tuviera su momento de vanagloria (y vana gloria).

‘Boris Godunov’ de Musorgski. Dirección musical: Riccardo Chailly. Dirección escénica: Kasper Holten. Milán, Teatro alla Scala, diciembre de 2022. © 2022 by Brescia e Amisano. Teatro alla Scala.‘Boris Godunov’ de Musorgski. Dirección musical: Riccardo Chailly. Dirección escénica: Kasper Holten. Milán, Teatro alla Scala, diciembre de 2022. © 2022 by Brescia e Amisano. Teatro alla Scala.

Una concesión a la ‘facilidad’ fue hacer que Boris muera a su vez asesinado (no estamos en el ‘gran mecanismo’ de la primitiva monarquía inglesa según Jan Kott y en la obra de Shakespeare, aunque con esta haya más de un punto de contacto), pero en general la sobriedad e interioridad obligan a reflexionar y eso es bueno (después se puede seguir lamentando la ausencia del acto polaco y otros momentos que también son de puño y letra del autor, pero no insistiré porque ya lo dije hace cuatro años y nada ha cambiado en medio del constante cambio).

Insisto, sí, en la flexibilidad y la ductilidad de la batuta de Chailly, que me parecieron ejemplares, y la forma en que arropó a los cantantes. El otro puntal del espectáculo fue el maravilloso coro del Teatro en una actuación gigantesca.

‘Boris Godunov’ de Musorgski. Dirección musical: Riccardo Chailly. Dirección escénica: Kasper Holten. Milán, Teatro alla Scala, diciembre de 2022. © 2022 by Brescia e Amisano. Teatro alla Scala.‘Boris Godunov’ de Musorgski. Dirección musical: Riccardo Chailly. Dirección escénica: Kasper Holten. Milán, Teatro alla Scala, diciembre de 2022. © 2022 by Brescia e Amisano. Teatro alla Scala.

Y luego, claro, el protagonista. Decía yo de Abdrazakov entonces (no recuerdo si era la primera vez que lo cantaba en Occidente, pero sí que lo veía yo y en un teatro importante): ‘no resultó carismático en absoluto. Cantó y actuó muy bien, pero sin sobresalir. Incluso cedió ante el Pimen glacial de Anger, en magnífico estado vocal.’ No fue así por suerte esta vez y no porque Anger -nada glacial en este caso- no estuviera soberbio en su monje cronista. Pero desde su aparición (muda, antes de la coronación) hasta la muerte final esta vez el bajo ruso convenció plenamente aunque no tenga un caudal imponente ni un color muy oscuro, pero sin caer en exageraciones resultó siempre atormentado, receloso, autoritario, y particularmente afectuoso en la esfera familiar, y aprovechó desde la simple frase hasta los monólogos para imponerse.

Sí repetiré lo siguiente: “El Grigori de Golovnin fue bueno, pero con la extensión del papel en esta versión uno se queda sin saber si podría con la parte extendida”. Agregaré ahora que he percibido algunas notas fijas y engoladas que me inclinan a pensar que no sería lo suyo el gran dúo del acto polaco, por ejemplo.

‘Boris Godunov’ de Musorgski. Dirección musical: Riccardo Chailly. Dirección escénica: Kasper Holten. Milán, Teatro alla Scala, diciembre de 2022. © 2022 by Brescia e Amisano. Teatro alla Scala.‘Boris Godunov’ de Musorgski. Dirección musical: Riccardo Chailly. Dirección escénica: Kasper Holten. Milán, Teatro alla Scala, diciembre de 2022. © 2022 by Brescia e Amisano. Teatro alla Scala.

Muy bueno el Inocente de Abaimov (que habría merecido el honor que le concedió luego el autor de cerrar con la repetición de su famoso lamento la obra) y excelente el Varlaam de Trofimov pese a que me resultó más ‘declamado’ que en otras oportunidades.

En las partes femeninas -todas episódicas y por lo mismo secundarias- hay que decir que todas cumplieron de modo adecuado o más que eso en sus respectivos papeles, y quisiera destacar -me he olvidado de poner su nombre en el reparto, pero tal vez ha sido un lapsus más o menos freudiano- el extraordinario secretario de la Duma, Chelkalov, que supo trazar Alexei Markov.

El teatro estaba repleto, el público estuvo atento y silencioso (loado sea quien sea) y aplaudió cuando debía en forma atronadora y merecida.

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