Artes visuales y exposiciones
Exilbriefe aus dem Deutschen Literaturarchiv
Juan Carlos Tellechea
El tema del "exilio" ha sido una preocupación constante del Archivo de Literatura Alemana (ADL, con sede en Marbach, Baden-Württemberg) desde su fundación. Si bien en aquella época el foco de atención se centraba en la literatura expulsada de Alemania tras 1933, a finales del siglo XX y en el siglo XXI las colecciones de Marbach se caracterizan también por los testimonios de personas que vinieron de otros países a buscar refugio aquí.
El ADL acaba de publicar en su edición ''Marbacher Magazin'' un volumen titulado S.O.S. - Exilbriefe aus dem Deutschen Literaturarchiv (Cartas del exilio del Archivo de Literatura Alemana),* en el que han trabajado miembros del personal de varios departamentos del archivo, reuniendo correspondencia del exilio: desde la carta de Friedrich Schiller escrita en 1782, tras su huida de Württemberg, pasando por cartas de la época nazi y los años posteriores, hasta un mensaje de un disidente de Turquía, ya no sobre papel, sino transmitida por Internet en 2022.
Mensajes conocidos y desconocidos, sobrios, a veces divertidos, a menudo desesperados y conmovedores, así como un ensayo de Natalka Sniadanko, escritora que huyó de Ucrania, ofrecen una visión de 240 años de historia del exilio en esta publicación.
En octubre pasado, el ADL realizó una conferencia internacional de germanistas, titulada Archivasyl, sobre el archivo de obras de escritores exiliados y sus dificultades. Hasta ahora no era habitual incluir literatura solo temporalmente en los fondos de los archivos. Pero la necesidad de los artistas afectados es grande, afirma la Dra Sandra Richter, directora del ADL.
Lo que queda archivado
Incluso los archivos alemanes apenas han podido dar cobijo a las obras de los autores perseguidos. Con motivo del citado encuentro la Dra Richter subrayaba que en realidad, lo que ha llegado a las sagradas salas de su institución se queda para siempre.
Por lo tanto, hay que cambiar las normas si la literatura del exilio solo entra en los inventarios de forma transitoria, si se presta o si encuentra refugio en otro lugar a través de donaciones. Esto todavía no ha sido puesto en práctica por la ADL, puntualizaba.
La situación de los autores exiliados es grave
Sin embargo, en vista de la persecución de autores en muchos países, los responsables del Archivo de Literatura Alemana se sienten obligados a crear posibilidades para archivar colecciones literarias. La angustia de los afectados, que quieren ver sus textos y borradores de guiones a buen recaudo, es grande. A menudo vienen con un idioma diferente, vienen en un estado en el que han perdido su público, decía la directora del ADL, poniendo como ejemplos, entre otros muchos, al escritor chino Liao Yiwu y al publicista turco Can Dündar.
Uno de los problemas es que todavía hay mucho material que no está disponible digitalmente, sino en papel. En las crisis existenciales en las que se encuentran los escritores perseguidos, éstos se aferran a su material. Es precisamente el objeto concreto el que adquiere un valor especial, acota la Dra Richter, quien se muestra cauta ante el futuro próximo. Para ella es importante mirar qué se puede gestionar a través de su propia institución, y qué hay que hacer con especialistas de los campos en cuestión.
El legado de Rainer Maria Rilke
El 1 de diciembre pasado el Archivo de Literatura Alemana recibió el legado del escritor y poeta Rainer Maria Rilke, donado por sus descendientes. El patrimonio de Rilke había estado en manos privadas durante casi 100 años. Junto con Franz Kafka, Rilke es uno de los autores modernos en lengua alemana más importantes del mundo.
El acervo del poeta y novelista austríaco es sorprendentemente completo, pese a los numerosos traslados de Rilke; además, gran parte de los papeles siguen siendo desconocidos. El Archivo Rainer Maria Rilke Gernsbach, uno de los archivos de autor más importantes del siglo XX, está ahora a disposición de la investigación internacional y del público en el Archivo de Literatura Alemana de Marbach.
La adquisición del Archivo Rilke Gernsbach fue posible gracias a los esfuerzos conjuntos del sector público y de fundaciones privadas: el Estado de Baden-Württemberg a través de la Fundación Baden-Württemberg, la Kulturstiftung der Länder (Fundación de Cultura de los Estados federados alemanes), la Fundación Wüstenrot, la Fundación Berthold Leibinger, el Ministerio de Cultura y Medios de Comunicación, y la Fundación Carl Friedrich von Siemens.
Vastos fondos
El legado de Rainer Maria Rilke comprende un total de más de 10.000 páginas manuscritas con borradores de obras y notas, unas 8.800 cartas y más de 470 libros y diarios de su biblioteca, entre otros en alemán, francés y ruso, que se reunieron entre 1897 y 1918 aproximadamente y están provistos de numerosas anotaciones, marginales y poemas dedicatorios. Además, hay 131 dibujos de Rilke desconocidos hasta ahora, unas 360 fotografías de todas las fases de su vida y otro material biográfico. Los documentos proceden de todas las épocas de su vida: desde las primeras fotografías y dibujos infantiles del niño de cuatro años, pasando por libros infantiles y escolares, hasta el poema Komm du, du letzter, den ich anerkenne, que escribió en un libro de bolsillo poco antes de morir en 1926, en Val-Mont, Suiza.
Se conservan manuscritos de casi todas las obras de Rilke. Trabajos preparatorios, borradores y copias auténticas permiten reconstruir la génesis de sus célebres ciclos poéticos -Libro de Horas, Libro de Cuadros, Nuevos Poemas, Elegías de Duino y Sonetos a Orfeo- y de libros en prosa como Camino de amor y muerte del corneta Christoph Rilke, Worpswede, Auguste Rodin y Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. 86 cuadernos de bocetos y de bolsillo hasta ahora desconocidos contienen notas, fragmentos, borradores de poemas y cartas, además de registros tipo diario, lo que aporta nuevas perspectivas sobre contextos biográficos e histórico-laborales.
La extraordinariamente extensa correspondencia de Rilke, considerada por los investigadores como una parte importante de su obra literaria, comprende 2.500 cartas suyas de más de 7.500 páginas y unas 6.300 cartas dirigidas a él.
Ignacio Zuloaga
Entre las cartas que se conservan están las de Lou Andreas-Salomé, Max Brod, Hans Carossa, Eugène Carrière, Eleonora Duse, Stefan George, André Gide, Oskar Maria Graf, Gerhart Hauptmann, Hermann Hesse, Hugo von Hofmannsthal, Harry Graf Kessler, Ellen Key, Paul Klee, Oskar Kokoschka, Annette Kolb, Karl Kraus, Else Lasker-Schüler, Gustav Meyrink, Robert Musil, Boris Pasternak, Alfred Polgar, Walter Rathenau, Auguste Rodin, Romain Rolland, Arthur Schnitzler, Georg Simmel, Paul Valéry, Heinrich Vogeler, Clara Westhoff-Rilke, Ignacio Zuloaga y Stefan Zweig.
Las epístolas muestran la intensa participación de Rilke en la escena literaria y artística europea de su época. Rilke y
Traducciones
El autor nacido en Praga se consideraba europeo y ciudadano del mundo. Vivió largas temporadas en Francia e Italia, en Alemania y en Suiza, donde se encuentra su tumba. Viajó extensamente a Rusia, España (donde conoció al pintor Ignacio Zuloaga), Escandinavia y Egipto. Escribió poesía no solo en alemán, sino también en francés y ruso, y tradujo obras de Gabriele d'Annunzio, Agustín de Hipona, Elizabeth Barrett Browning, Charles Baudelaire, André Gide, Jens Peter Jacobsen, Sören Kierkegaard, Mijaíl J. Lermontov, Stéphane Mallarmé, Miguel Ángel, Francesco Petrarca, William Shakespeare y Paul Valéry, entre otros.
Tras su indexación en archivos y bibliotecas, el patrimonio también estará disponible para la investigación internacional sobre Rilke en formato digital sin restricciones. Con el fin de presentar por primera vez la diversidad de los materiales a un público más amplio, una gran exposición en el Museo Marbach de Literatura Moderna a partir de finales de 2025 traerá a
Trascendencia
Estuvo presente asimismo en el acto oficial Claudia Roth, secretaria de estado de Cultura y Medios de Comunicación, quien declaró sobre este acontecimiento:
Es una pequeña sensación que este patrimonio de Rilke pueda ser ahora accesible al público y a la investigación. Rainer Maria Rilke es uno de los poetas más importantes del siglo XX que sigue cautivando a la gente hoy en día. Estoy impaciente por ver qué cosas nuevas aprenderemos sobre él gracias a la indexación de estas obras en parte inéditas. Qué suerte que los fondos de Rilke y ahora esta incomparable colección se conserven en el Archivo Literario de Marbach, la memoria literaria de Alemania.
Por su parte, Arne Braun, secretario de estado del ministerio de Ciencia, Investigación y Arte de Baden-Württemberg, señaló en la oportunidad:
La obra de Rainer Maria Rilke no sólo es formativa para el modernismo literario de finales del siglo XIX. Las facetas de su obra entre el escepticismo lingüístico y el poder lingüístico forman el caleidoscopio artístico virtuoso de una época que se había deshecho por las costuras y que difícilmente podía representarse en términos literarios en su agitación y fragmentación. Y precisamente ahí reside el inestimable valor que tiene la adquisición del Archivo Rilke por parte del Archivo Literario Alemán: Podemos recibir -y redescubrir- esta obra que se trasciende a sí misma como espejo de nuestro tiempo en un mundo que vuelve a estar impregnado de cesuras históricas, de profundas incertidumbres. La adquisición demuestra la destacada posición del Archivo Literario Alemán como centro de investigación y documentación de la literatura alemana. Agradezco a la familia Sieber-Rilke que haya decidido legar sus fondos de archivo al Deutsches Literaturarchiv Marbach.
Aldabonazo
A su vez, Marcel Lepper, director general de la Fundación Carl Friedrich von Siemens, subrayó:
La apertura del legado de Rilke a la investigación es un acontecimiento internacional, no solo para las filologías, sino también para la historia contemporánea y del arte. La Fundación Carl Friedrich von Siemens, que lleva muchos años apoyando al Archivo de Literatura Alemana de Marbach en la adquisición de bibliografía indispensable para la investigación, felicita al archivo por este aldabonazo y espera con interés los resultados académicos.
Por último, la directora del ADL, Dra Sandra Richter, subrayó:
Desde su creación, el Archivo de Literatura Alemana ha tratado de adquirir el Archivo Rilke Gernsbach, al tiempo que reunía la mayor colección Rilke del mundo. Ahora hemos conseguido realizar una de las adquisiciones por legado más importantes de la historia de la Sociedad Alemana Schiller: el Archivo Rilke Gernsbach es una adquisición del siglo. Mi más sincero agradecimiento al círculo de simpatizantes que han hecho posible esta adquisición que ha marcado una época gracias a su magnífica cooperación.
Reveladora carta de Franz Kafka
Hace ahora dos años, en noviembre de 2020, el Archivo de Literatura Alemana adquirió una carta de Franz Kafka dirigida a su amigo Max Brod el 10 de septiembre de 1922. Es una de las cartas más confusas del escritor, pero también la más reveladora.
Por mucho que Franz Kafka fuera tacaño con las palabras, en sus cartas se derrochaba a sí mismo y -al fin y al cabo, era Kafka- se odiaba a sí mismo por ello al mismo tiempo.
Toda la infelicidad de mi vida -con lo que no pretendo quejarme, sino hacer una observación generalmente instructiva- proviene, si se quiere, de las cartas o de la posibilidad de escribir cartas,
escribía, lamentándose, a su amiga la escritora, periodista y traductora Milena Jesenská en marzo de 1922.
En las a menudo voluminosas cartas a sus amigos, sobre todo a Max Brod, discutía cuestiones literarias, intercambiaba opiniones sobre las mujeres y los libros, entregaba boletines desde su casi permanente baja por enfermedad y encontraba casualmente algunas de sus formulaciones más famosas, como la del libro, que debe ser el "hacha para el mar helado que llevamos dentro" (al historiador del arte Oskar Pollak) o de las cartas que fueron "besos escritos" que no llegaron a su destino, sino que se las "bebieron los fantasmas por el camino" (a Milena Jesenská). En estas cartas, asaltaba a las mujeres con las más implorantes declaraciones de amor y, al mismo tiempo, las mantenía a raya con toda la fuerza de las palabras. No habría podido escribir sin esta distancia. Por eso Peter Handke lo calificó en una ocasión de "ejemplo de estafador matrimonial".
Soledad
Como escritor, Kafka necesitaba soledad y, sin embargo, no temía nada más. "En el fondo", explicaba a su amigo Max Brod el 10 de septiembre de 1922,
la soledad es, después de todo, mi único objetivo, mi mayor atractivo, mi posibilidad y, suponiendo que se pueda hablar en absoluto de haber 'arreglado' mi vida, es siempre con vistas a que la soledad se sienta en ella como en casa.
Esta carta - ocho páginas escritas a mano – fue adquirida por el Archivo Literario Alemán de Marbach al coleccionista Heiner Bastian por un ''precio reducido'', según comunicado de prensa de la institución. La carta no es en absoluto desconocida, fue publicada por el destinatario ya en 1958, pero es sin duda una de las más confusas, aunque también de las más reveladoras, que escribiera Kafka.
Insomnio
En la figura de inflexión -no es él quien se ha instalado en la soledad, sino que ésta se ha instalado en su vida y se supone que lo tiene bien ahí- hay un destello del ingenio dialéctico que Kafka cultivó al abordar su escritura. Pasaba la mayor parte de julio y agosto de 1922 en Planá nad Lužnicí, un lugar de veraneo para los praguenses más adinerados. Su hermana Ottla y una criada cuidaban de él en un piso de vacaciones de dos habitaciones.
Kafka alababa la zona, que le resultaba "inmensamente agradable", pero luego volvía a enfadarse por el ruido que provocaban doscientos escolares de Praga: "Un ruido infernal, un azote de la humanidad". No lejos del piso había un muelle de transbordo de carga, un aserradero devoraba sus canales auditivos a pesar de los tapones Ohropax. A Milena, sin embargo, le recomendaba el poema costumbrista El vagabundo en el aserradero, de Justinus Kerner:
Sah zu der blanken Säge,/Es war mir wie ein Traum,/Die bahnte lange Wege/In einen Tannenbaum" (''Miré la sierra desnuda,/Era como un sueño para mí,/Cortaba largos senderos/En un abeto. Traducción libre)
Desde principios de año (1922), Kafka escribía El castillo, al tiempo que esquivaba las preguntas de su editor sobre un manuscrito. Sufría como de costumbre:
Por encima de todo, sé que no podré dormir, el poder del sueño está siendo arrancado a mordiscos de mi corazón, de hecho ya estoy insomne, estoy literalmente anticipando el insomnio, sufro como si ya hubiera estado insomne anoche.
Sin embargo, es capaz de describirse a sí mismo ante Brod como parte de una comedia. La casera de la pensión es "fría, desagradable, embustera", pero al parecer no carece de compasión: "Cuando usted vino, tenía el color de la muerte". Ahora, afirma, está "casi gordo" de tan bien alimentado. Abrumado por tanta amabilidad, quiere quedarse más tiempo, el otoño y el invierno todavía, y al mismo tiempo se maldice por este deseo. Ottla se adelanta y tiene que retirar la solicitud. "Me quedo ahí como Gulliver cuando hablan las mujeres gigantes".
Brod quiere traerlo a Berlín, Kafka propone matrimonio libre de a cuatro
Kafka lee a su hermana Anna, de Gerhart Hauptmann, un largo poema de amor, y los dos no pueden parar de reír: "¡Qué borbotón es todo!". En general, Kafka brilla aquí casualmente como crítico literario, cuando escribe sobre la novela Schwermut der Jahreszeiten (La melancolía de las estaciones) de Wilhelm Speyer y "uno apenas puede seguir este hundimiento mientras lee".
Parte de la comedia es un juego que se ejecuta en segundo plano. La carta del 10 de septiembre de 1922 es también una respuesta a una invitación para viajar con él a Berlín. Brod quiere apaciguar a una amante allí. A Kafka no le apetece. Cuatro semanas antes había propuesto un matrimonio libre de a cuatro al agobiado Brod. El estafador matrimonial como consejero matrimonial:
¿Pero por qué no, donde hay sitio para dos mujeres a tu alrededor, también hay sitio en alguna parte para mí?
Para entonces, Kafka ya estaba gravemente enfermo y le quedaban menos de dos años de vida. Tras muchas estancias en el balneario y varios análisis, a mediados de año había conseguido que su empresa, el Seguro de Accidentes de Trabajo del Reino de Bohemia en Praga, accediera a su solicitud de jubilación anticipada. Ahora podía dedicarse exclusivamente a escribir, pero tal como era Kafka, también a sufrir escribiendo. "Y sin embargo, el miedo de lo que tanto amo". En Planá interrumpe el trabajo sobre la "historia de El Castillo". Aparentemente había tenido que dejarlo para siempre, según le confesaba Brod.
"Escribir es una dulce y maravillosa recompensa, pero ¿para qué?", se preguntaba a sí mismo y a Brod dos meses antes. Tras una noche de angustia, se había dado cuenta de que no es más que un "salario por el servicio al diablo". Por eso seguía escribiendo, a pesar de todo, los fantasmas eran insaciables.
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