Alemania
Ligeti 2023Concierto Minguet-Quartett en Neuss
Juan Carlos Tellechea
Allí donde está la buena música muchas veces huelgan las palabras, pero en esta ocasión los responsables de Cultura de la ciudad de Neuss am Rhein decidieron comenzar la nueva temporada con una velada en la que fluyeran exquisita interpretación de cámara, en este caso del Minguet Quartett, y literatura alemana del más alto nivel, recitada por el laureado actor Christian Brückner, quien presta su voz en el doblaje de célebres figuras de la pantalla grande como Marlon Brando, Robert de Niro y Harvey Keitel, entre otros.
El prestigioso Minguet Quartett, fundado hace 35 años e integrado por músicos de impresionante talento, ejecutó con pasión y calidez obras de Robert Schumann, Clara Schumann y Gustav Mahler, recreando una visión muy interiorizada de sus mundos del romanticismo y posromanticismo en esta tensión con la poesía. Me atrevo a afirmar que el conjunto hace honor al nombre de Pablo Minguet, el filósofo español del siglo XVIII, que se esforzó en sus escritos por facilitar al gran público el acceso a las bellas artes; una idea con la que el Minguet Quartett está más comprometido que nunca.
Abrieron el recital con el primer movimiento del Cuarteto de cuerda nº 3 en la mayor, sin duda el más bello de la tríada op 41 de Schumann por su unidad formal. La obra comienza a la manera clásica con una sección principal de sonata cuyas condiciones formales el compositor escribe de manera muy individual.
Ovaciones
Los elementos motívicos que aparecen en el Andante espressivo precedente resultan sustanciales para todo el curso. A partir de ellos, alterados métricamente, se desarrolla el tema principal del Allegro molto moderato. Aquí, como en el movimiento secundario arioso en mi mayor, el intervalo de quinta descendente adquiere un significado constitutivo en términos armónicos y melódicos.
Los merecidos aplausos los tuvo que contener el público hasta el final de la presentación, a pedido expreso de los artistas; llegado ese momento no pudieron ser acallados por más tiempo, convirtiéndose en estruendosas ovaciones, apaciguadas solo por un breve bis.
Christian Brückner comenzó su declamación con los versos de un célebre poeta del Barroco, Paul Fleming, que destilan toda la agudeza de quien fuera médico y pensador, nacido en Sajonia en 1609 y fallecido en Hamburgo en 1640 :
In sich
Sei dennoch unverzagt! Gib dennoch unverloren!
Weich keinem Glücke nicht, steh höher als der Neid,
vergnüge dich an dir und acht es für kein Leid,
hat sich gleich wider dich Glück, Ort und Zeit verschworen.
Was dich betrübt und labt, halt alles für erkoren;
nimm dein Verhängnis an. Laß alles unbereut.
Tu, was getan muß sein, und eh man dir's gebeut.
Was du noch hoffen kannst, das wird noch stets geboren.
Was klagt, was lobt man noch? Sein Unglück und sein Glücke
ist ihm ein jeder selbst. Schau alle Sachen an:
dies alles ist in dir. Laß deinen eitlen Wahn,
und eh du fürder gehst, so geh in dich zurücke.
Wer sein selbst Meister ist und sich beherrschen kann,
dem ist die weite Welt und alles untertan.
(1636)
En sí
Sin embargo, ¡no te desanimes! ¡Sigue impertérrito!
No cedas ante ninguna felicidad, mantente por encima de la envidia,
Alégrate en ti mismo, y no te aflijas,
si la fortuna, el lugar y el tiempo conspiran contra ti.
Lo que te aflige y te deleita, considéralo todo como elegido;
acepta tu condena. Deja todo sin arrepentirte.
Haz lo que hay que hacer, y antes de que te lo digan.
Lo que aún puedes esperar siempre nacerá.
¿Qué hay que lamentar, qué más alabar? Cada uno es dueño de su propia
desgracia y felicidad
Mira todas las cosas:
todo esto está dentro de ti. Deja tu vano delirio,
y antes de ir más lejos, vuelve a ti mismo.
El que es dueño de sí mismo y puede controlarse,
el ancho mundo y todas las cosas le están sujetas.
(1636, traducción libre)
Poesía y música
Después siguieron famosos poemas de Hans Jakob Christoffel von Grimmelshausen (Komm, Trost der Nacht) y de Johann Wolfgang von Goethe (Willkommen und Abschied y Ganymed). Así continuó la tarde, durante hora y media, con emotivos poemas alternados entre cada una de las piezas o los movimientos del citado op 41 nº 3. En una transcripción para cuarteto de cuerda de Annette Reisinger, segunda violinista del conjunto, Die gute Nacht, die ich dir sage (Te doy las buenas noches), de Clara Schumann, aunque muy breve, muestra la gran sensibilidad e inventiva de la mujer que fue musa de su marido y al final llevó una excepcional carrera en solitario durante toda su vida en Europa.
Tras tres románticos poemas de Novalis, Conócete a ti mismo, Himnos a la noche y Cuando ya no son números ni cifras, vino el excepcional segundo movimiento del Cuarteto para cuerda (Assai agitato – Un poco adagio – Tempo risoluto) que Robert Schumann diseñó como un movimiento de variación, lo que ya es bastante inusual, acentuado por el hecho de que le confirió rasgos distintivos de scherzo a través de componentes rítmicos idiosincrásicos.
Apenas encaja en el esquema de cuatro movimientos familiar de la sonata. La sección principal, sin aliento y aparentemente fugaz, va seguida de un trío. Se reanuda con un sorprendente cambio de tempo y expresión, ya que el tema, antes excitado y palpitante, se escucha ahora en un suave balanceo de ritmo siciliano. Interesante es que lo más importante, es decir un tema, no aparece hasta el final.
Gustav Mahler
Versos de Friedrich Hölderlin (An Zimmern, Brot und Wein, An die Parzen) y de Friedrich Rückert (O ihr Sternenaugen, inspirado en el poeta persa Hafis; Oft denk' ich, sie sind nur ausgegangen; Ich bin müde), precedieron la interpretación de Ich bin der Welt abhanden gekommen (Rückert, 1821), una de las obras vocales más personales y características de Gustav Mahler, en la transcripción que escribiera también Annette Reisinger para el Minguet Quartett.
La sentencia del poema, de ''haberse perdido para el mundo'', se había convertido en 1901, cuando Mahler escribía su composición musical, en una realidad amargamente sentida por él; versos percibidos como su propia confesión, a los que puso consecuentemente dolorosa música.
Christian Brückner recitó a continuación poemas de Clemens Brentano (Frühlingsschrei eines Knechtes aus der Tiefe y Wenn der lahme Weber träumt), así como de August Graf von Platen (Es liegt an eines Menschen Schmerz), como preámbulo al Adagio molto de Robert Schumann, determinado alternativamente por dos secciones temáticas sustanciales y amplias.
De todos los cuartetos de Schumann, este movimiento lento es probablemente uno de los más inspirados y profundos en su mensaje. Aquí también falta una tema propiamente dicho, sustituido más bien por un movimiento central temático, excelentemente trabajado por los músicos del Minguet Quartett. Mientras que la sección inicial, expresiva, recuerda a un romance, la segunda sigue más bien un modo dialógico formativo. También aquí Schumann da forma eficazmente a la coda, cuya alternancia elegíaca de violín y viola se hace cada vez más densa a través de la armonía cromática.
El programa se cierra con fragmentos de las Duineser Elegien, de Rainer Maria Rilke, cuyos originales acaban de ingresar al Archivo de Literatura Alemana, de Marbach, y con el cuarto movimiento Finale. Allegro molto vivace, en forma de rondo, del op 41 de Schumann, que parece un final alegre, especialmente en comparación con la variedad motívica de los dos movimientos centrales. Schumann se las arregla aquí con un número sorprendentemente reducido de ideas principales y tonalidades.
Sin embargo, el compositor parece retomar todas las ideas precedentes y llevarlas coherentemente hasta el final: La riqueza del desarrollo en el dinámico primer movimiento, las secciones "narrativas" del segundo y la expresiva combinación de desarrollo y narrativa en el tercer movimiento. Temas vivos y armónicamente coloridos se alinean ahora en el final, interrumpidos en su viva motricidad solo por una sección "cuasi trío" en dicción claramente más tranquila. Este extraordinario episodio ofrece el contraste más llamativo con el resto de la acción. Una tensa coda con figuraciones de acordes rotos concluye el cuarteto de cuerda en un radiante la mayor.
Fue una interpretación sobresaliente del Minguet Quartett, que este año tiene un calendario muy intenso de actuaciones: ha sido nuevamente invitado al Festival de Salzburgo y participará en el Festival Ligeti, para conmemorar el centenario del nacimiento del compositor transilvano.
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